Bruselas

Los nacionalistas flamencos de la N-VA vuelven a demostrar que constituyen la principal cobertura política y logística con la que cuenta Carles Puigdemont en Bélgica. La invitación que ha cursado la N-VA al expresidente catalán para que visite el Parlamento federal belga el próximo martes 27 de febrero ha desatado una nueva tormenta política en el país, incómodo con un huésped tan polémico. Los grupos políticos de la oposición acusan a la partido de Bart de Wever de tratar de instrumentalizar la Cámara para exaltar el nacionalismo y el separatismo.

"El Parlamento belga no tiene por qué dar legitimidad extra a un hombre buscado por la justicia de su país. Eso es lo que vamos a decir muy claramente en la conferencia de presidentes de la Cámara que debe decidir sobre esta petición de la N-VA", explica a EL ESPAÑOL la líder de los democristianos valones (CdH), Catherine Fonck. Es la conferencia de presidentes, donde están representados los líderes de todos los grupos políticos, la que debe tomar la decisión final sobre Puigdemont este miércoles.

También ha protestado por la visita del expresidente catalán el grupo socialista. "Claramente, el Parlamento federal no debe ser instrumentalizado por un partido, la N-VA, para exaltar el nacionalismo y el separatismo. Y recuerdo además que sobre el señor Puigdemont pesa una orden de detención en España, se le persigue especialmente por malversación de fondos públicos", ha dicho el jefe del partido, Ahmed Laaouej, al periódico Le Soir.

Orden de detención en España

La intención de la N-VA es invitar a Puigdemont a un coloquio sobre la situación en Cataluña. El portavoz del partido, Peter De Roover, considera indignante que el resto de partidos quieran vetarle. "No veo dónde está el problema: el señor Puigdemont es un demócrata, elegido democráticamente, con escaño en un parlamento europeo y que expresa la voz del pueblo catalán", ha alegado en declaraciones a la agencia Belga.

"Espero que no acabe instaurándose una prohibición de expresarse en la Cámara. Personalmente, nunca me he opuesto a que se invite a oradores que a veces tienen opiniones muy distintas de las mías", ha resaltado De Roover. De hecho, la N-VA ya amagó con invitar a Puigdemont al Parlamento flamenco, incluso para dar desde allí su fallido discurso de investidura, aunque finalmente dio marcha atrás.

Desde que el presidente del Parlament, Roger Torrent, aplazara indefinidamente su investidura, Puigdemont mantiene un inusual perfil bajo en Bruselas. El pasado viernes celebró una reunión en su nueva mansión de Waterloo con sus abogados y los exconsellers que le acompañan, cuyos resultados no han trascendido.  

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