Roma

Mariangela Di Trapani cumplía todos los requisitos. En su currículum puede presumir de una condena a ocho años de cárcel por asociación mafiosa y unos apellidos ilustres. Hija del capo Ciccio Di Trapani y mujer de otro líder histórico de la Cosa Nostra: Salvino Madonia, responsable del asesinato en 1991 del empresario Libero Grassi, que se negó a cumplir con la extorsión.

De modo que quién mejor que Maria Angela para hacer de correo entre su marido, otros detenidos y el exterior. La mujer ha sido detenida este martes en Palermo, junto a otras 24 personas, acusada por los testimonios de arrepentidos de dominar el territorio y estar reorganizando la mafia siciliana.

La nueva líder quedó en libertad hace dos años, en un momento de vacío de poder en el llamado clan de los Madonia. Bajo el estricto régimen de aislamiento 41-Bis no sólo había quedado su líder, sino Giuseppe y Antonino Madonia, familiares y lugartenientes de éste. Maria Angela, al comando de la zona de Resuttana (Palermo), era la única con capacidad de movimiento que sabía lo que cocía dentro de prisión, por lo que durante todo este tiempo fue transmitiendo el mensaje de los presos al resto de capos que están en libertad, la mayoría de ellos huidos de la justicia y oficialmente en paradero desconocido.

A las órdenes de Mariangela



A esas decisiones transmitidas por Di Trapani se atribuye la muerte en 2006 del jefe del barrio parlermitano de San Lorenzo, Giovanni Bonanno, enfrentado con los mafiosos de Resuttana. Dos años más tarde, la mujer habría comunicado que debía ser ejecutado su sucesor, Giovanni Niosi, un mafioso que ejercía oficialmente como bombero y que había sido actor, del que se sospechaba que había colaborado con la policía al pactar la condena que le sería impuesta. Niosi fue desacreditado por los otros jefes, aunque finalmente la intercesión de estos resultó fundamental para salvar su vida.

Según el arrepentido Manuel Pasta, Maria Angela se había convertido en la “padrona”. De acuerdo con este relato, era ella quien daba las órdenes en el territorio palermitano dominado por este clan especialmente sangriento, al que se le atribuye algunos de los asesinatos más importantes de los ochenta y los noventa, como el de Piersanti Mattarella, hermano del actual presidente de la República. Pasta asegura que la mujer “comunicaba la aprobación de los Madonia a los candidatos para dirigir la familia”.

A los 25 arrestados, entre los que se encuentra Mariangela, se les acusa de asociación mafiosa, extorsión y daño con agravante mafioso. La policía piensa que estaban preparando nuevos asesinatos, en un momento de reorganización en la jerarquía mafiosa, y confirman que la extorsión sigue funcionando.

El papel de las mujeres

La muerte del histórico líder de la Cosa Nostra, Totò Riina, dejó patente hace unas semanas que la Cosa Nostra está en un periodo de reflexión. Con la mayoría de los grandes capos en prisión, “las mujeres han dado un paso adelante”, confirma el fiscal antimafia Alberto Cisterna. Sin embargo, “no es tanto que hayan asumido el papel de líderes de la organización, sino que gracias a su mayor autonomía, intentan reconfigurar la estructura”, advierte el magistrado.

Ya ha sucedido en otras ocasiones. Hace sólo un par de meses, los Carabinieri detuvieron a otras seis mujeres en el pueblo siciliano de Gela, cuyos maridos mafiosos se encuentran en prisión, acusadas de controlar la extorsión y el tráfico de estupefacientes. Según Cisterna, “esto es un signo de debilidad de la mafia, ya que demuestra que su jerarquía está descabezada”. Aunque otros expertos reconocen que también es una muestra de la capacidad de supervivencia del crimen organizado.

Lo que es novedad es que en una red profundamente machista como la mafia, comience a haber “mujeres de honor”, un calificativo antes reservado únicamente para los hombres. Las declaraciones del arrepentido Gaspare Mutolo son elocuentes: “parece que las mujeres no se enteran de nada, que sólo sirven para acompañar al hombre, pero ellas han sabido siempre lo que ocurre, por lo que ahora tienen también la posibilidad de contar”.

La mujer del mafioso se ha ocupado tradicionalmente de proteger a la familia y de mantener el orden en casa, mientras el hombre lo imponía fuera. “Instigaban también asesinatos, pero hasta ahora no se han involucrado en su ejecución”, aclara el fiscal Cisterna.

Este –obligado- paso al frente también ha provocado que muchas de ellas comiencen a arrepentirse, como aseguran desde la organización Libera, que trata de dar un respaldo legal a este colectivo. No existen cifras exactas de mujeres arrepentidas, pero sí que declaran que es un fenómeno en auge. Y como ocurre también con las nuevas líderes, es algo que comenzó a producirse en la ‘Ndrangueta calabresa y la Camorra napolitana, pero que en los últimos tiempos se ha extendido también a la aún más tradicionalista y rural mafia siciliana.

En 2013 fue arrestada Patrizia Messina Denaro, hermana de quien se supone es el mayor de los capos actuales en libertad, Matteo Messina Denaro, en búsqueda y captura desde hace décadas. Se considera que la mujer coordinaba los ingentes bienes del mafioso y que le pasaba información a otros líderes, aunque ni así se ha conseguido dar con Messina Denaro. Tampoco se ha detenido a los interlocutores de Maria Angela Di Trapani ni se ha explicado cómo consiguió entrar en contacto desde prisión con el clan Madonia, supuestamente bajo estricto aislamiento. Hace unos años incluso consiguió autorización de un juez para ser inseminada artificialmente por su marido, que se encontraba bajo el 41-Bis.