Bruselas

Una vez más, Alemania ha ganado la batalla del rescate de Grecia. Y de nuevo el Eurogrupo ha alcanzado un acuerdo de mínimos para contener la crisis griega, otro parche temporal que evita el riesgo de quiebra y de salida del euro pero que no ofrece una solución definitiva.

El Eurogrupo desbloquea 8.500 millones de euros del rescate para Grecia

Los ministros de Finanzas de la eurozona han aprobado este jueves desembolsar un tramo de 8.500 millones de ayuda a Atenas -que forma parte del tercer rescate de 86.000 millones- con el fin de que pueda hacer frente a vencimientos urgentes de deuda. Pero han aplazado de nuevo cualquier decisión sobre el alivio de la deuda helena, reclamado tanto por el Gobierno de izquierda radical de Alexis Tsipras como por el Fondo Monetario Internacional.

Esta vez, Tsipras ha cumplido su parte del trato. Tras resistirse durante meses, ha cedido y ha aceptado una nueva tanda de recortes por valor de más de 4.000 millones de euros. El paquete incluye un total de 140 medidas. Las más importantes son una rebaja de las pensiones y una subida del impuesto sobre la renta (reduciendo el mínimo exento), equivalentes a un ajuste del 2% del PIB. El Eurogrupo ha elogiado este "ambicioso" plan de ajustes.

Pero ni siquiera el buen comportamiento de Grecia ha sido suficiente para ablandar al todopoderoso ministro alemán, Wolfgang Schäuble. El alivio de la deuda griega es un tema tabú en Berlín, al menos hasta después de las elecciones de septiembre. Con el veto de Alemania, el Eurogrupo ha vuelto a aplazar cualquier decisión hasta que concluya el rescate de Grecia, a mediados de 2018. Eso sí, ha dado más pistas de que está dispuesto a alargar otros 15 años los vencimientos y la moratoria de tipos de la deuda helena y a ajustar los pagos al crecimiento de Atenas. Se descarta cualquier tipo de quita.

No es la mejor solución

Este arreglo le ha parecido suficiente al FMI, al menos de momento. El organismo dirigido por Christine Lagarde participó en los dos primeros rescates de Grecia, pero hasta ahora no se había sumado al tercero alegando que la deuda griega no es sostenible. Al mismo tiempo, Alemania y Holanda, pese a oponerse a un alivio de la deuda, exigían la presencia del FMI como precondición para desbloquear un nuevo tramo de fondos.

Ahora, Lagarde propondrá al directorio del Fondo participar en el rescate con una aportación de 2.000 millones de dólares. Pero no hará ningún pago hasta que haya un acuerdo definitivo sobre el alivio de la deuda. "Esto beneficia a Grecia, porque la crisis que hubiéramos tenido a mediados de julio se ha evitado, así que se mantiene la estabilidad", ha alegado Lagarde. No obstante, también ha dejado claro que "nadie cree que esto sea la mejor solución". "La mejor solución habría sido la aplicación definitiva del alivio de la deuda, que hubiera dado claridad", ha resaltado.

El acuerdo "permitirá a Grecia pasar página de un periodo que ha sido tan difícil para el pueblo heleno", ha sostenido el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscivici. "Es una buena noticia que suscita esperanza", ha resaltado.

También el ministro de Finanzas griego, Euclides Tsakalotos, ha querido poner buena cara a este acuerdo de mínimos. "Ahora hay luz al final del túnel". A su juicio, la decisión del Eurogrupo permitirá que Grecia vuelva a financiarse en los mercados "en su momento".

El tramo de 8.500 millones de euros se pagará en dos partes, una vez que sea ratificado por los parlamentos nacionales que deben hacerlo, entre ellos el alemán. La primera, a principios de julio por valor de 7.700 millones: 6.900 millones para vencimientos de deuda y 800 para atrasos del Gobierno griego. Los otros 800 millones se abonarán después del verano siempre que Atenas ponga también dinero para pagar a proveedores.