Bruselas

Una vez más, el resultado de las elecciones británicas ha pillado por sorpresa a los dirigentes de la UE. En Bruselas se creyeron las encuestas y apostaban por una victoria clara de Theresa May, incluso con una mayoría reforzada. Los 27 habían diseñado un plan de negociación para el brexit a medida de la ruptura radical que propugnaba May, con la salida de Reino Unido del mercado único y de la unión aduanera. La extrema debilidad en la que ha quedado ahora la primera ministra dificulta enormemente las conversaciones y aumenta el riesgo de un brexit caótico sin acuerdo.

La primera incógnita es si las negociaciones de divorcio podrán empezar el 19 de junio, la fecha que había fijado el negociador jefe de la UE, Michel Barnier o si van a retrasarse. "Las negociaciones del brexit deben empezar cuando Reino Unido esté preparado; el calendario y las posiciones de la UE están claras. Concentrémonos en llegar a un acuerdo", ha escrito Barnier en Twitter.

El problema es que May activó la cláusula de divorcio, el ahora ya famoso artículo 50 del Tratado, el pasado 29 de marzo, justo antes de convocar las elecciones anticipadas. Y esta cláusula desencadena una cuenta atrás irreversible de dos años hasta el brexit: Reino Unido quedará fuera de la UE el 29 de marzo de 2019, logre o no un acuerdo con sus socios europeos.

"No sabemos cuando empezarán las negociaciones del brexit. Pero sí que sabemos cuándo deben terminar. Hagan lo posible para evitar un escenario de 'no acuerdo' como resultado de 'no negociaciones'", ha escrito el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en un duro mensaje dirigido a Londres. En su carta de felicitación a May, Tusk insiste en que "no hay tiempo que perder".

"El calendario no es opcional, es un calendario jurídico", ha resaltado el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, en una entrevista a la radio Europe1. A su juicio, "May ha perdido su apuesta" al convocar las elecciones y ahora "está en una situación menos fácil". El resultado de las elecciones "tendrá un impacto, sin duda, en el espíritu de las negociaciones, pero no cuestiona la apertura de las conversaciones sobre una base firme pero amistosa", sostiene Moscovici.

Menos tiempo

En estas condiciones, la jugada de May aumenta considerablemente los riesgos de un brexit caótico. La primera ministra británica pretendía reforzarse frente a la UE, pero ha conseguido lo contrario: perder la mayoría conservadora en el parlamento y quedarse sin margen de maniobra para negociar con los 27.

Es quizá el peor escenario para las dos partes porque complica enormemente las conversaciones. "Necesitamos un Gobierno que sea capaz de actuar, que pueda negociar la salida de Reino Unido. Con un interlocutor débil, existe el peligro de que las conversaciones sean malas para las dos partes", ha dicho el comisario de Presupuestos, Günther Oettinger, a la radio alemana.

"Otro autogol, después de Cameron ahora May, que hará que unas negociaciones que eran complejas se vuelvan todavía más complicadas", se ha quejado el portavoz de la Eurocámara para el brexit, el liberal belga Guy Verhofstadt.

Otra muestra del desconcierto que se ha apoderado de los líderes europeos ha sido el mensaje del primer ministro holandés, el liberal Mark Rutte. "Los británicos han hablado. Lo que significa el resultado para el brexit está por ver. Holanda está lista para cooperar", ha escrito también en Twitter.

¿Se puede parar el reloj? La UE ha dejado claro que la activación de la cláusula de divorcio es irreversible. Sólo podría darse marcha atrás con un acuerdo unánime entre los 27 y Londres que en este momento parece lejano. Pero el ex primer ministro finlandés, Alexander Stubb, apuesta por esta hipótesis. "Parece que podríamos necesitar un tiempo muerto en las negociaciones del brexit. Tiempo para que todo el mundo se reorganice", ha escrito en su cuenta de Twitter.

Las consecuencias del no acuerdo

Durante la campaña electoral, May ha repetido una y otra vez que es mejor que Reino Unido se marche de la UE sin acuerdo que un pacto que no satisfaga todos sus intereses. Pero en Bruselas sostienen que las consecuencias de un brexit caótico serían muy negativas. En primer lugar, los ciudadanos europeos que viven en Reino Unido y los británicos que residen en el continente (4,5 millones en total) se verían desposeídos de sus derechos.

La Comisión también ha avisado de problemas de abastecimiento en el Reino Unido, perturbaciones muy graves en el tráfico aéreo en los aeropuertos de Londres, colas en el puerto de Dover por la reintroducción de los controles aduaneros obligatorios o incluso la suspensión de la circulación de materiales nucleares en territorio británico. Reino Unido dejará de formar parte de Europol y no tendrá acceso a las bases de datos policiales europeas para la lucha antiterrorista.

La UE se había preparado para una negociación a cara de perro con May y temía una ruptura temprana de las conversaciones por las grandes diferencias entre las dos partes en cuestiones como los derechos de los ciudadanos, la factura de salida d 100.000 millones o el futuro acuerdo de libre comercio. Ahora toca esperar para saber cómo influirá su derrota electoral en el brexit.

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