El Gobierno de Mariano Rajoy se ha cobrado una importante victoria diplomática en la cumbre en la que se ha aprobado el plan de negociación para el brexit. Los líderes europeos han acordado formalmente este sábado otorgar a España poder de veto en cualquier decisión sobre las relaciones futuras entre la Unión Europea y Gibraltar tras la salida de Londres, incluido en lo que se refiere a la frontera.

En la práctica, eso significa que el Peñón no obtendrá ningún estatus especial en la UE, como reclamaba su ministro principal, Fabián Picardo, sino que la abandonará al mismo tiempo que Reino Unido. Además, Gibraltar no formará parte de las negociaciones del brexit. Su futuro se decidirá después en conversaciones bilaterales entre Madrid y Londres.

"Una vez que Reino Unido deje la Unión, ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido se aplicará al territorio de Gibraltar sin que haya pacto entre el Reino de España y Reino Unido", establece la cláusula 24 de las directrices de negociación del brexit aprobadas este sábado. La UE ha abandonado su tradicional neutralidad sobre el Peñón y ahora cierra filas con España.

May no negociará la soberanía

De nada ha servido el griterío que se organizó en Londres y las presiones tras conocerse la cláusula de Gibraltar. El antiguo líder del partido tory, Michael Howard, llegó a decir que la primera ministra británica, Theresa May, estaría dispuesta a ir a la guerra para defender el Peñón. La sobreactuación de los conservadores británicos en esta cuestión ha logrado el efecto contrario: reforzar la determinación de Bruselas de apoyar a España. 

En la rueda de prensa final de la cumbre, Rajoy ha rehuido cualquier enfrentamiento con Londres y se ha limitado a calificar de "reconfortante" el apoyo de los 27 sobre Gibraltar. "No hay nadie que haya discutido ni una sola línea", ha celebrado. No obstante, no ha querido aclarar si su objetivo es la soberanía compartida sobre el Peñón o acabar con sus ventajas fiscales.

"España tiene una posición constructiva", ha asegurado el presidente del Gobierno. "No hay líneas rojas ni de ningún otro color. Simplemente, cualquier acuerdo (sobre Gibraltar) necesitará el acuerdo previo entre Reino Unido y España, lo cual creo que es muy razonable y no necesita de mayores explicaciones", se ha limitado a señalar.

Tras reunirse recientemente con el presidente del Consejo Europeo, May reiteró que su intención es negociar el mejor acuerdo posible para Gibraltar y que nunca aceptará negociar sobre la soberanía sin el consentimiento de los gibraltareños. También el ministro para Europa de Tony Blair, Denis MacShane, dijo en una entrevista a EL ESPAÑOL que "Gibraltar es británico como Ceuta y Melilla son españolas".

Pero la realidad es que el brexit dejará a Gibraltar en una situación de aislamiento y tendrá "consecuencias económicas importantes" en las dos principales industrias del país: la financiera y la del juego. Así se admite en un informe elaborado por la Cámara de los Lores. Además, la UE podría endurecer su posición contra las ventajas fiscales que ofrece el Peñón para atraer capitales, que ya están siendo investigadas por Bruselas.

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