Bruselas

El futuro de Gibraltar ha sido una de las cuestiones que han suscitado más polémica en el debate celebrado este miércoles sobre la resolución que fija las líneas rojas de la Eurocámara para las negociaciones del brexit

Tanto los representantes del Gobierno británico de Theresa May como los eurodiputados ultras del UKIP han protestado por el veto que la UE ha dado al Gobierno de Mariano Rajoy sobre el Peñón.

Pero en un giro respecto a su posición tradicional, los principales grupos del Parlamento Europeo han expresado su solidaridad con España frente a los ataques de Londres, dado que ahora Reino Unido abandona la UE.

La resolución sobre el brexit -que rechaza un divorcio a la carta y fija como prioridad el derecho a quedarse de los ciudadanos- ha sido aprobada por una abrumadora mayoría de 516 votos a favor, 133 en contra y 50 abstenciones. Los eurodiputados de Izquierda Unida han votado en contra, junto con los euroescépticos británicos y el grupo de ultraderecha de Marine Le Pen, mientras que Podemos se ha abstenido.

A petición de PP, PSOE y Ciudadanos, el texto no contiene ninguna referencia al estatus de Gibraltar para dejar claro que se trata de un problema bilateral que debe ser resuelto por España y Reino Unido, tal y como defiende el Gobierno de Rajoy. Es decir, en la práctica otorga también a España capacidad de bloqueo sobre el futuro del Peñón.

Todas las enmiendas que pretendían proteger a Gibraltar, tanto las promovidas por los euroescépticos británicos como las impulsadas por los separatistas catalanes, han sido rechazadas. Aunque la Eurocámara no participa directamente en las negociaciones del brexit, su posición es importante porque debe ratificar el acuerdo final de divorcio.

"Los intereses españoles no son sólo intereses españoles, son también intereses europeos", ha proclamado el líder del PP europeo, el conservador alemán Manfred Weber, del mismo partido que la canciller Angela Merkel. Madrid no deberá enfrentarse en solitario a Londres sino que contará con el respaldo de la UE de los 27, ha asegurado Weber.

"Hace dos días, un ex líder conservador británico ha planteado la posibilidad de una guerra entre España y Reino Unido", ha criticado el presidente de los socialistas europeos, Gianni Pittella. "Espero que los ciudadanos británicos se den cuenta ahora de en qué manos han acabado", ha dicho Pittella.

Posición ofensiva

Frente al apoyo de los grupos mayoritarios a Madrid, el eurodiputado del UKIP Nigel Farage, uno de los principales impulsores del brexit, ha criticado que las directrices negociadoras de la UE reconozcan que "España tiene veto sobre el futuro acuerdo comercial (con Reino Unido) si no está feliz con la soberanía de Gibraltar".

"Nosotros creemos en la autodeterminación nacional. Vuestro objetivo y ambición (de la UE) es destruir la democracia de los Estados nación. En los términos actuales, Gibraltar es claramente un factor de ruptura", ha amenazado.

Farage sostiene que la estrategia de la UE en las negociaciones del brexit equivale a un chantaje propio de una "mafia" cuyo único objetivo es "castigar" a Reino Unido, especialmente con la factura de salida de 60.000 millones de euros. Unas palabras que le han costado el reproche del presidente de la Eurocámara, Antonio Tajani.

También el actual líder del UKIP, Paul Nuttall, ha dicho que la cláusula sobre Gibraltar es la "posición más ofensiva" que ha adoptado la UE en las negociaciones del brexit. "Los gibraltareños son orgullosamente británicos. En 2002, el 99% de los gibraltareños votaron en un referéndum contra la soberanía compartida con España y sus deseos deben respetarse", ha alegado Nuttall. A su juicio, la solución para que Gibraltar no se utilizado como "peón" en las negociaciones y para poner fin a las reclamaciones de soberanía por parte de España es convertir al Peñón "en una parte plenamente integrada en Reino Unido".

Por su parte, el portavoz de los tories de Theresa May en la Eurocámara, Ashley Fox, ha reclamado "respetar el derecho a la autodeterminación". "La soberanía de Gibraltar no es parte de estas negociaciones", ha dicho Fox. 

Frente común

Durante el debate en la Eurocámara, y pese a la diferencia de tono, los portavoces del PP y del PSOE han exhibido un frente común sobre Gibraltar, una posición que comparte también el representante de Ciudadanos, Javier Nart. Los políticos británicos "se equivocan cuando quieren que cerremos el mercado único a Escocia -que quiere ser europea- pero pretenden dejarnos dentro a Gibraltar, que no es parte constitucional de Reino Unido y que es un paraíso fiscal”, ha dicho el popular Esteban González Pons.

“Los políticos británicos también se equivocan cuando no ven que el nacionalismo extremo conduce al racismo y han pasado solo siete días desde el brexit y no paramos de escuchar desprecios a España, y a los más nacionalistas con la palabra guerra en la boca", ha insistido González Pons.

"España no pretende hacer una guerra de soberanías con Gibraltar", ha resaltado por su parte el eurodiputado socialista Ramón Jáuregui. "Pero España tiene un contencioso histórico pendiente y quiere convivir con Gibraltar. Pero tampoco podemos admitir que en el siglo XXI haya una colonia en Europa", ha apuntado.

El diablo está en los detalles

El negociador de la UE para el brexit, el francés Michel Barnier, ha celebrado que la resolución de la Eurocámara respalda su estrategia. Una estrategia que, según ha dicho, se basa en tres pilares. El más importante es mantener la unidad para defender los intereses de los 27 en las conversaciones.

La segunda condición para que las negociaciones del brexit concluyan con éxito es "acabar con la incertidumbre y restablecer la seguridad jurídica" en tres cuestiones: los derechos de los ciudadanos, la frontera con Irlanda y la factura de salida de 60.000 millones. Los ciudadanos serán también la prioridad para Bruselas, aunque Barnier ha avisado de que "el diablo está en los detalles".

Finalmente, el negociador de la UE ha vuelto a rechazar la petición de May de negociar "en paralelo" la separación y el futuro acuerdo comercial entre la UE y Londres. "Es un enfoque muy arriesgado", ha dicho Barnier. Su objetivo es cerrar primero el divorcio y sólo después discutir la relación futura.

Noticias relacionadas