Bruselas

Una nueva estrella política ha nacido de las elecciones holandesas y le disputa el protagonismo al ganador, el primer ministro Mark Rutte, y al líder islamófobo Geert Wilders. Se trata del joven y carismático líder de los Verdes (GroenLinks), Jesse Klaver, -Roosendaal, 30 años-, cuyo partido ha logrado el mayor avance electoral en estos comicios (de 4 a 14 escaños) y al que se le equipara con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, no sólo por sus políticas progresistas y proinmigración, sino incluso por su parecido físico.

Klaver, el candidato más joven en la historia holandesa, intenta quitarse de encima esta comparación y asegura que se siente más cercano a la plataforma política de Bernie Sanders, el demócrata que disputó a Hillary Clinton la candidatura a la presidencia de EEUU. Y bromea que lo que de verdad le gustaría es estar tan en forma como el primer ministro canadiense. "Tengo muchos celos de los músculos de Trudeau, porque yo no estoy tan musculado como él", ha dicho en una reciente entrevista a la agencia AP.

Casado y con dos hijos, se define a si mismo como optimista, idealista y ambicioso y su objetivo declarado es cambiar Países Bajos y darle un vuelco al statu quo encorsetado de la capital, La Haya. Pero en su discurso de la noche electoral avisó también a sus seguidores de que no hay que que cantar victoria antes de tiempo. "El populismo todavía no está roto", aseguró Klaver tras conocerse que Rutte había derrotado a Wilders.

Movilización del voto joven

De padre de origen marroquí y madre medio indonesia, su estilo informal y desenfadado y su buena actuación en los debates han servido a Klaver para convertir a los Verdes en la primera fuerza de la izquierda en Holanda tras el hundimiento de los socialdemócratas del PvdA. "Los apoyos de los socialistas se han fragmentado. Muchos han ido a GroenLinks y su carismático nuevo líder", explica a EL ESPAÑOL el investigador holandés Rem Korteweg, del think tank Centre for European Reform. Otros votantes socialistas se han marchado al partido promusulmán Denk, a los liberales progresistas del D66 o incluso al propio Wilders.

"Los Verdes se han beneficiado de la caída de los socialdemócratas. Su campaña ha sido muy buena y han movilizado a los votantes jóvenes", señala a este periódico la analista del Instituto Holandés de Investigación Social, Josje Den Ridder. "No obstante, creo que están un poco decepcionados con su resultado: los socialdemócratas han perdido 29 escaños, la izquierda radical otros 4 y ellos sólo han ganado 10", apunta.

Durante la campaña, Klaver se quejó de la atención a su juicio excesiva que la prensa internacional prestaba al populista Wilders. "Él no es Holanda, es sólo una parte de Holanda (...) Nuestro partido está ganando impulso y nosotros somos todo lo contrario de lo que está pasando con Geert Wilders", alegaba. Los Verdes no sólo apoyan la acogida de refugiados sino que son firmes defensores de la Unión Europea, eso sí, con unas instituciones reformadas y más transparentes y con nuevas prioridades, como obligar a las multinacionales a pagar los impuestos que deben.

Si logra entrar en el Gobierno de coalición, una de sus prioridades será la lucha contra el cambio climático. Quiere construir grandes parques de turbinas eólicas y cerrar todas las centrales eléctricas que funcionan con carbón.

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