Francia y Bélgica han tenido un incidente fronterizo este martes después de que dos policías belgas introdujeran, sin previo aviso, a 13 migrantes (sirios e iraquíes) en suelo francés. Una vez detectados, los dos agentes fueron detenidos por las autoridades galas e interrogados, durante más de cuatro horas, en la comisaría de Armentières (norte).

Los policías belgas, destinados en la comisaría de Ypres (suroeste de Bélgica), encontraron el martes pasado a 13 indocumentados, tres de ellos menores y diez adultos, cuya intención era cruzar a Inglaterra desde Calais, Francia. Acto seguido, los agentes les transportaron en camión hacia la frontera francesa.

Una vez dentro del país vecino, en la ciudad de Nieppe, la Policía francesa detuvo al vehículo y envió a los agentes a la comisaría de Armentières para interrogarlos sin orden de arresto, según La Voix du Nord. Sin embargo, la Unión Policial belga ha advertido de que sus compañeros sí que fueron arrestados.

Con respecto a los migrantes interceptados, los menores fueron ubicados a una residencia en Lille mientras que a otros cinco les expulsaron del país y al resto les pusieron en libertad, siendo previamente puestos bajo detención administrativa, como publica Le Monde.

Los policías explicaron a la radio belga RTBF que “no querían dejarlos ir a pie hasta la frontera” y que, por ello, les transportaron en camión. “No lo hicimos por dinero, no se trata de un tráfico de personas. Los llevamos (...) hacia la dirección a la que querían ir”, explicó George Aeck, uno de los agentes implicados.

Bernard Cazeneuve, ministro de Interior francés. Philippe Wojazer Reuters

La respuesta desde Francia ha sido contundente. El ministro de Interior galo, Bernard Cazeneuve, convocó al embajador de Bélgica en París, Vicent Mertens de Wilmars, para mostrar su descontento sobre el suceso. “No es posible comportarse así”, increpó el ministro.

A su vez, la prefectura del departamento (lo más parecido a una provincia) de Nord manifestó este miércoles que esta actuación “no se ajusta a las prácticas de trabajo” llevada entre ambas naciones dentro de los acuerdos bilaterales Tournai II -basada, en parte, en la cooperación en inmigración-. 

Este suceso ha tenido lugar en un momento controvertido para la Francia de François Hollande, después de que su Ejecutiva prometiera a principios de este mes desmantelar ‘La Jungla’ de Calais, que cobija a 9.000 refugiados.

A día de hoy, Europa no está cumpliendo el plan de reubicación de refugiados, pactado en septiembre del año pasado, ya que los Estados Miembros únicamente han recolocado a un 3,1% de los 160.000 acordados.

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