China se reserva el derecho a ejercer el uso de la fuerza sobre Taiwán como último recurso si las circunstancias así lo requirieran, a pesar de que la reunificación pacífica sigue siendo la primera opción, según ha señalado este sábado Sun Yeli, portavoz del Partido Comunista (PCCh).

Según Yeli, la reunificación de China es algo que satisface a todos, incluso a los compatriotas de Taiwán.

El presidente Xi Jinping está decidido a obtener un tercer mandato como secretario general del partido en el Congreso que se celebra este domingo y que se extenderá una semana, hasta el próximo 22 de octubre.

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Xi aspira a ser reelegido secretario general del PCCh y a encabezar de nuevo el Comité Permanente del Politburó, la cúspide del poder, para controlar el régimen con un tercer mandato quinquenal inédito entre sus predecesores.

El Congreso despejará la incógnita de quiénes formarán este todopoderoso Comité Permanente, compuesto actualmente por 7 miembros, y el Politburó, de 25: en el cónclave anterior, de 2017, entraron cinco nuevas caras en la cúpula, todos ellos aliados de Xi y mayores de 60 años.

El líder chino aspira a que sus leales copen los principales cargos dentro del Estado, del Ejército y del Partido, especialmente de su temida Comisión Disciplinaria, al tiempo que se cuestiona si colocará entre los puestos más altos a un potencial delfín.

No en vano, alrededor del 60% de los miembros del Comité Central -unos 300 miembros- suelen ser recién llegados para evitar la gerontocracia, y si se cumple la norma no escrita de que los dirigentes deben tener 67 años o menos para escalar puestos, habría una renovación total en la cúpula del poder.

Una norma que no se aplicará a Xi, de 69 años, pero sí al actual número dos y primer ministro, Li Keqiang, que ya avanzó que dejará el cargo y para quien se busca sustituto, según ninforma Efe.

Críticas externas

La insistencia en la política de Covid cero o los problemas para una economía aún incapaz de recuperar su habitual brío se plantean como los nuevos "desafíos" de Xi para el próximo quinquenio.

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Además, su tercer mandato también levanta suspicacias entre quienes auguran "un empeoramiento de los derechos civiles y políticos, los cuales ya estaban gravemente restringidos, dado que las autoridades responden a las quejas con más censura, detenciones arbitrarias y represión", según denunció la ONG Human Rights Watch.



Y el convulso contexto internacional, agravado por la guerra en Ucrania y las crecientes tensiones en Taiwán, harán que el liderazgo chino tenga que decidir si reconciliarse con un Occidente que recela cada vez más de las intenciones del gigante asiático