Hay alrededor de 20 millones de hombres gays en China. Y el 90% de ellos están casados con mujeres heterosexuales que no conocen la orientación de sus cónyuges, según un estudio en 2012 de la Universidad de Qingdao. Tienen que enfrentarse a la presión de sus familias y a la visión de la homosexualidad en el país asiático, que lo considera tabú. Muchos han optado por una medida atípica: matrimonios con personas del sexo opuesto en la misma situación para pretender que llevan una vida tradicional.

Para ello buscan pretendientes en foros de emparejamiento online, que han ido apareciendo los últimos años. Chinagayles.com es el más importante: tiene más de 400.000 usuarios registrados y ha acordado más de 50.000 matrimonios.

Xiaoxiong, una mujer de 35 años, cuenta en South China Morning Post cómo creó el suyo propio hace una década para ayudar a la gente a encontrar a sus falsos maridos o mujeres.

La presión familiar

"Me sentí tan aliviada de que hubiera una manera de complacer a mis padres sin quedar atrapada en un matrimonio con un hombre heterosexual ", cuenta Xiaoxiong, que no quiso dar su apellido para mantener la privacidad.

Ella vive con su pareja, Xiaojing, de 36 años, su perro y dos gatos, en una de las regiones más conservadoras de China: Shenyang, la capital de la provincia nororiental de Liaoning. Cuando llegan las vacaciones u ocasiones especiales se reúnen con sus cónyuges para aparentar. Ambas creen que puede que sus familias sepan la verdad pero que prefieren que "nadie quiere reconocerlo".

"Cuando cumplí 25 años, mis padres comenzaron a presionarme para que me casara. Así que busqué en Internet ideas ", cuenta Xiaoxiong. Cinco años más tarde se casó con un profesor de matemáticas de la escuela secundaria. Tenía diez años más que ella y le agradó su comportamiento relajado. El vídeo de su boda, en el que lleva un vestido blanco y una peluca negra le "da ganas de vomitar".

Pocas semanas después Xiaojing, su mujer, se casó también con un hombre gay. Ella advierte de que no es nada sencillo: "Como en los matrimonios de verdad hay que ponerse de acuerdo sobre el lugar en el que vivir, tener o no hijos y si realmente se preocupan el uno del otro".

Clínicas como tratamiento

De esta manera tratan de evitar los prejuicios de una sociedad conservadora. En China el matrimonio entre personas del mismo sexo no es legal. Algo contra lo que lucharon en 2016 Sun Wenlin y Hu Mingliang. 

Ambos se casaron a pesar de que un tribunal en Changsha desestimase su demanda contra la oficina de asuntos civiles por negarse a emitir una licencia de matrimonio. Que el tribunal aceptase escuchar su caso fue algo sin precedentes. Su historia dio visibilidad a la comunidad LGBT en el país.

Incluso algunos padres llevan a sus niños homosexuales a clínicas de "conversión" para que les den tratamiento. Entre otras técnicas, en ellas utilizan los electrochoques y la medicación.

La homosexualidad en China era considerada un crimen hasta 1997 y una enfermedad mental hasta 2001. Los activistas homosexuales han sufrido arrestos en sus manifestaciones.

Ellos consideran que ocultar el problema no es la solución: "Están dejando solos frente a la presión a otras personas homosexuales", dice Ah Qiang, activista que lidera PFLAG (Padres, Familias y Amigos de Lesbianas y Gays) de China. Él critica que pretendan ser heterosexuales "disfrutando de los beneficios sociales".

"Creo que una razón por la que la homofobia sigue siendo tan fuerte en China es que muchas personas heterosexuales no conocen a ninguna gente abiertamente homosexual", asevera el activista.