“Es una persona admirable para el pueblo chino, porque ha salvado China”, afirma Mao Feng, director de la Asociación de Chinos en España (ACHE), sobre el difunto dirigente Mao Zedong, con quien comparte apellido. “Es la persona más grande de la historia de China”. Este viernes, exactamente 40 años después de la muerte del 'Gran Timonel', muchos comparten su visión, asegura el expatriado.

En la víspera del aniversario, ACHE no tenía previsto organizar un acto especial para la comunidad expatriada en Madrid. “Pero yo creo que cada uno en su casa puede tener una pequeña cosita para rememorar a Mao Zedong”, apuntaba el director de la asociación.

En la República Popular China, hay quien peregrina al hogar natal de Mao Zedong, el sureño Saoshan, que a lo largo de 2015 recibió a cerca de 17 millones de turistas, según Efe. Allí la venta de estatuillas y parafernalia del 'Presidente Mao' es el negocio insignia, pese a haber perdido fuelle en los últimos dos años, de acuerdo con la cabecera china Global Times.

La prensa nacional informaba acerca de celebraciones en diferentes puntos del país en los días previos al aniversario. Y aunque no haya un gran acto planificado por el Gobierno de Pekín, el cuerpo de Mao continúa expuesto en la céntrica plaza Tiananmen y su cara, impresa en los billetes de yuan.

Aunque el Partido Comunista chino ha reconocido “errores” cometidos por el dirigente revolucionario, la versión oficial, y el sentimiento extendido en China, es aún hoy que Mao Zedong fue mayormente un buen líder que empujó al país a convertirse en una potencia mundial, indican los expertos consultados por EL ESPAÑOL.

“Mao es visto no sólo como un líder bueno y relevante, sino como el más importante del siglo XX por una amplia mayoría de la población china según encuestas realizadas tanto por académicos chinos como occidentales”, asegura Daniel Leese, profesor de Política e Historia Moderna de China en la Universidad de Friburgo (Alemania).

Las razones, dice Leese, son dos: por un lado, en la educación y los medios de comunicación se ensalza su figura como fundador del Partido Comunista y la República Popular mientras se difuminan sus sombras; por otro, las reformas capitalistas llevadas a cabo por sus sucesores han generado unas diferencias económicas en la sociedad que despiertan sentimientos de nostalgia en algunos ciudadanos.

Para Steve Tsang, profesor de Estudios Chinos Contemporáneos en la inglesa Universidad de Nottingham, la mayoría de los chinos no piensan hoy día en Mao y su opinión sobre él, generalmente, es la que ofrece el Gobierno.

“La mayoría de los chinos saben muy poco de Mao y lo que saben lo han aprendido sobre todo a través de la propaganda del Gobierno, que lo presenta principalmente como una figura positiva”, dice Tsang, que también integra el think tank británico Chatham House. “[Pero] para aquellos que saben, Mao es un personaje muy distinto: la gente mayor que vivió el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural sabe cuánto daño hizo Mao a China y su pueblo”.

LOS "ERRORES" DE MAO

Las muertes bajo el régimen de Mao se cuentan por millones. El Gran Salto Adelante (1958-1962), un plan económico basado en la industrialización acelerada y la colectivización agrícola, derivó en una terrible hambruna que acabó con la vida de hasta 45 millones de personas, según los historiadores. La Revolución Cultural (1966-1976) supuso una década de caos en la que hasta dos millones de personas perdieron la vida víctimas de una cruzada contra la “burguesía” convocada por Mao.

Seis años después de la muerte del 'Gran Timonel', el Partido Comunista de China reconoció en una resolución que la Revolución Cultural fue un “error cometido por un gran revolucionario proletario”. Sin embargo, la formación concluyó que los méritos de Mao Zedong sobrepasaban con creces sus fallos y se instauró la noción de que el dirigente había sido 'un 70% bueno y un 30% malo'.

Pero el partido no ha abordado en profundidad lo ocurrido -pese a que el padre del actual presidente, Xi Jinping, fue encarcelado durante la revolución- y los críticos con el régimen afirman que la discusión sobre lo ocurrido bajo el mandato de Mao Zedong es casi nula.

“El Gobierno chino tiene el monopolio de la historia”, dice Tsang, el experto de Chatham House. Con él coincide William Nee, investigador en Hong Kong de Amnistía Internacional. “La principal arma del Gobierno para lidiar con los aspectos negativos del legado de Mao han sido la tortura y la reescritura y limpieza de la historia para satisfacer necesidades políticas actuales”, asegura Nee. “En las últimas décadas, el espacio para hablar de Mao Zedong y su legado ha sido limitado, pero el Gobierno del presidente Xi Jinping ha reducido el ya limitado espacio de debate”.

El pasado 16 de mayo se cumplieron también 50 años del inicio de la Revolución Cultural. El aniversario pasó prácticamente desapercibido en la prensa china. Sin embargo, el Diario del Pueblo, vocero del Partido Comunista, publicó un artículo en su web que reforzaba la postura del Gobierno ante los “errores” de Mao. “La historia siempre avanza y resumimos y absorbemos las lecciones de la historia para usarla como un espejo para avanzar mejor”, rezaba el artículo, recogido por The New York Times.

“Mi madre piensa que es un demonio, pero mi padre, que fue más represaliado que mi madre, hasta hace unos años decía que fue un gran líder”, afirma Rose Tang, artista y superviviente de la matanza de Tiananmen, desde Nueva York. “Eso siempre era una fuente de discusión y entonces ya me rendí”.

Tang cuenta que su padre fue privado de su libertad por once años mientras que su madre tenía que pintar cuadros de Mao. Más de una decena de sus parientes murieron de hambre durante el Gran Salto Adelante. Pero Rose, que critica abiertamente al 'Gran Timonel', asegura que tanto los que lo defienden abiertamente como los que lo atacan en público son relativamente pocos en la sociedad china actual. Lo que reina, dice, es la indiferencia y la falta de espíritu crítico.

Rafael Bueno, director de Política y Sociedad de Casa Asia, asegura que las dificultades que China atraviesa en la actualidad llevan a algunos a decir “esto con Mao pasaba y entonces se está empezando a recuperar un poco esta figura”. El experto cita como ejemplo el hecho de que se empezara a construir una estatua de 37 metros del líder comunista en una localidad del país, aunque el proyecto se ha paralizado. Bueno afirma, sin embargo, que los que añoran los años de Mao son pocos, pero que muchos valoran que Mao unificara el país y fundara la República Popular.

Por su parte, Mao Feng, piensa que pese a haber cometido errores, Mao Zedong fue un gran capítulo en la historia de China. “Cualquier persona puede fallar, pero tenemos que ver cosas positivas”, dice. “Yo creo que ha llevado a China a tener buena imagen, eso es más importante”.