La reputada periodista de The New York Times Maggie Haberman ha escrito una biografía de Donald Trump, al que conoce de cerca y del que escribe desde hace décadas. "Hay abundantes revelaciones, pero se trata de un libro más notable por la calidad de las observaciones sobre el carácter de Trump que por sus noticias", opina Joe Klein, compañero de Haberman en el Times y encargado de la reseña. Involuntariamente, Klein hace un favor a la autora poniendo el foco en esas "observaciones" ya que las "noticias", como es habitual, han sido ya reveladas. 

Confidence Man: The Making of Donald Trump and the Breaking of America, que se publica este martes, sigue al Trump empresario en Nueva York, al presidente de Estados Unidos y por último al expresidente. Para este libro, Haberman ha entrevistado en tres ocasiones al protagonista e interrogado a más de 200 fuentes de su entorno. Trump la acusa pese a esto de "inventarse muchas historias". No le ha gustado que cuente por ejemplo que quiso despedir a su hija Ivanka y su yerno Jared Kushner como asesores de la Casa Blanca.

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Trump estuvo a punto de tuitear que su hija y su yerno estaban despedidos, pero el entonces jefe de gabinete John Kelly y el entonces abogado de la Casa Blanca Don McGahn, detalla Haberman, le sugestionaron para que al menos hablara con ellos. No llegó a hacerlo, pero ambos sirvieron hasta el final del mandato. El expresidente asegura ahora que "nunca" se le "pasó por la cabeza", como niega otra de las afirmaciones que se pueden leer: que tiraba documentos por el retrete, que empleados encontraban con frecuencia obstruido con papel impreso.

Temió morir de Covid-19

Las hay más explosivas, como que Trump exploró la posibilidad de bombardear laboratorios de drogas en México. No ocurrió, como tampoco se materializó una anulación de las elecciones de 2020. El presidente pidió a su letrado personal Rudolph Giuliani que hiciera "cualquier cosa" para lograrlo. En sus estertores como presidente, según el libro, abrazó toda serie de teorías de la conspiración que le daban la razón y se rodeó de expertos legales que sus propios asesores desaconsejaban.

Portada del libro de Maggie Haberman sobre Trump.

Un episodio interesante es el que analiza a Trump en su gestión de la pandemia de la Covid-19. El de Estados Unidos fue uno de los gobiernos que más relativizó su gravedad y tardó en actuar. Cabe recordar que Trump se atrevía en el estrado de la Casa Blanca y ante especialistas a especular con inyecciones de lejía. Explica Haberman que Trump temió seriamente por su vida cuando dio positivo y empezó a empeorar. El subjefe de gabinete Tony Ornato era el encargado del procedimiento para garantizar la continuidad del gobierno si el presidente fallecía.

Semanas antes llegaba a discutir con el entonces gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, por hablar de la Covid en televisión: "No le des tanta importancia a esto. (...) Vas a convertirlo en un problema", le aconsejó.

El libro también relata patinazos en sus reuniones con líderes internacionales o cómo en una reunión en el Congreso poco después de su toma de posesión en 2017 pidió a un grupo de empleados demócratas que trajeran canapés. Creyó que eran camareros por el mero hecho de que no eran blancos.

"La tesis de Haberman -escribe Klein en la reseña del Times- es que no puedes entender realmente a Donald Trump a menos que estés familiarizado con las costumbres tórridas e histriónicas de las tribus políticas y de la construcción de Nueva York. (...) La historia que cuenta -concluye- es insoportablemente dolorosa porque el éxito de Trump es un reflejo de nuestro fracaso nacional para tomarnos a nosotros mismos en serio. Seremos muy afortunados, de hecho, si él no prueba nuestra ruina".