Ocho personas, seis de ellas mujeres de ascendencia asiáticas, fueron asesinadas a tiros en una serie de ataques a "salones de masaje" en los que supuestamente se practicaba la prostitución en la ciudad de Atlanta, en EEUU.

Las autoridades han detenido a un hombre, Robert Aaron Long, de 21 años de edad, como principal sospechoso de la matanza, que se está investigando como un posible ataque racista contra la comunidad asiática. 

Los ataques llevaron a la unidad antiterrorista del Departamento de Policía de Nueva York a anunciar el despliegue de patrullas adicionales en las comunidades asiáticas como medida de precaución.

La masacre empezó alrededor de las 17.00 horas cuando cuatro personas murieron y otra resultó herida en un tiroteo en el salón Young’s Asian Massage en el condado de Cherokee, a unos 65 kilómetros  al norte de Atlanta, según informó el capitán Jay Baker del Departamento del Sheriff del condado de Cherokee. Allí murieron dos mujeres asiáticas, y un hombre y una mujer blancos. 

En Atlanta, la capital del estado, los agentes de policía respondieron a una llamada de robo poco antes de las 18.00 horas. Al llegar al salón encontró a tres mujeres asesinadas a tiros.

Mientras investigaban el informe inicial del tiroteo, los oficiales fueron llamados a otro salón, situado al otro lado de la calle, donde una cuarta mujer fue encontrada muerta por una herida de bala. Las cuatro víctimas asesinadas en Atlanta eran de ascendencia asiática.

Los salones están seprados por 50 kilómetros y el sospechoso fue detenido a 250 kilómetros del lugar de los hechos. 

Según declaraciones de Baker a la agencia Reuters, los investigadores están "muy seguros" de que Long es el autor de los tres tiroteos. Long fue visto en el sur de Georgia, lejos de las escenas del crimen, después de que la policía del condado de Cherokee emitiera un mandato con una descripción y placas del vehículo involucrado en los ataques.

La violencia en Georgia ocurrió días después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, utilizara un discurso emitido a nivel nacional para condenar un reciente aumento de los delitos de odio y la discriminación contra los asiático-estadounidenses. Grupos de derechos civiles han sugerido que el expresidente Donald Trump contribuyó a la tendencia al referirse repetidamente al coronavirus como el "virus de China" porque surgió allí por primera vez.

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