El presidente de Estados Unidos (EEUU), Donald Trump, declaró este jueves la "emergencia de salud pública" en el país por el uso de opiáceos, una sustancia cuyo consumo provocó la muerte de 64.000 personas el año pasado y supone la peor crisis de consumo de drogas de "la historia de la humanidad".

"De manera efectiva a partir de hoy, mi Gobierno declara la epidemia de los opiáceos como una emergencia de salud pública", dijo Trump, que también afirmó que su país es el que más analgésicos opiáceos consume en el mundo.

A pesar de que Trump considera un peligro el abuso de analgésicos opiáceos e instruyó a su Gobierno para que dé prioridad a la lucha contra la adicción, no destinó nuevos fondos a este problema, como había prometido anteriormente.

El gesto del presidente estadounidense permitirá destinar fondos ya existentes a nivel estatal y federal a la lucha contra la adicción a analgésicos con receta, como OxyContin o Vicodin, que lleva a muchos estadounidenses a pasar después a la heroína, más barata en el mercado negro.

Se esperaba que el mandatario cumpliera este jueves con una promesa que hizo en agosto y declarara "emergencia nacional" la adicción a los analgésicos, lo que habría permitido destinar a la lucha contra ese problema dinero del Fondo Federal de Ayuda en Casos de Desastre, el mismo que se usa para tornados o huracanes.

Funcionarios de alto rango indicaron que esa opción fue descartada porque los fondos para desastres, a largo plazo, no sirven para hacer frente a un problema como la adicción.

En vez de una "emergencia nacional", Trump optó por declarar una "emergencia de salud pública", de manera que no se destinarán nuevos fondos a la lucha contra los opiáceos, pero se eliminarán algunas barreras burocráticas para dar a los estados más flexibilidad en el uso de su dinero.

"Enfrentarnos a esto exigirá todos nuestros esfuerzos y nos exigirá afrontar la crisis en toda su complejidad", dijo el mandatario durante el acto en la Casa Blanca.

64.000 fallecidos por sobredosis en 2016

"Estados Unidos es de lejos el mayor consumidor de estas drogas, usando más pastillas por persona, que cualquier otro país del mundo", afirmó Trump, quien aseguró que la actual crisis es "la peor de la historia de Estados Unidos" y de "la historia de la humanidad".

Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), 64.000 personas murieron el año pasado por sobredosis de opiáceos (incluida la heroína) en Estados Unidos, lo que supone el fallecimiento de 175 estadounidenses al día y siete víctimas mortales cada hora.

En los últimos seis años, las muertes por sobredosis se han convertido en la causa más común de fallecimiento por lesiones en EEUU, por encima de los accidentes de tráfico o las armas.

En el acto, Trump firmó un memorándum en el que ordena al secretario en funciones del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Eric Hargan, que declare la "emergencia de salud pública" y en el que pide a todas las agencias del Gobierno que den prioridad a la lucha contra los opiáceos.

Los críticos de Trump temen que privilegiar la lucha contra los opiáceos descuide las investigaciones, por ejemplo, sobre el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

En la práctica, la declaración de "emergencia de salud pública" permitirá a los pacientes aislados en zonas rurales, como los montes Apalaches, recibir tratamiento por teléfono o por videoconferencia y obtener recetas para comprar medicamentos, aunque no visiten físicamente a un doctor, como se requiere bajo la ley actual.

Además, el Departamento de Trabajo podrá dar subvenciones a algunos de los 50 estados del país para facilitar la búsqueda de empleo de personas con adicción.

En su discurso, Trump reconoció que hay que afrontar el problema de la demanda de drogas de EE.UU., pero aseguró que no existe "otra opción" que trabajar con otros países, tanto China como naciones en Latinoamérica, para hacer frente al fenómeno de las drogas en donde se originan esas sustancias.

Según el Departamento de Estado, entre el 90% y el 94% de la heroína que se consume en EEUU proviene de México y Trump aseguró que el muro que quiere construir en la frontera "tendrá un gran impacto" y hará disminuir el flujo de drogas.

Además, Trump adelantó que, durante su visita a China, hablará con el presidente de ese país, Xi Jinping, sobre el problema y establecerá como "máxima prioridad" la lucha contra el fentanilo, un analgésico de polvo blanco que es entre 30 y 50 veces más potente que la heroína y que llega a EEUU principalmente desde China y México.

La declaración de "emergencia de salud pública" durará 90 días, pero puede ser renovada de manera indefinida.

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