Marina López Pablo Mayo Cerqueiro

Las mujeres se merecen el mismo salario por el mismo trabajo”, comentaba Ivanka Trump, hija y asesora del presidente de Estados Unidos, en Twitter el pasado 10 de abril, Día de la Igualdad Salarial. “¡Tenemos que trabajar para cerrar la brecha de género!”.

Seis días antes, sin embargo, Donald Trump revocaba una orden ejecutiva de su predecesor que buscaba, entre otras cosas, proteger a las mujeres trabajadoras de Estados Unidos. Ahora se plantea eliminar un departamento de la Casa Blanca dedicado a la paridad entre hombres y mujeres, según Politico.

Las demandas de igualdad de Ivanka Trump parecen haber caído por el momento en saco roto. Un análisis de EL ESPAÑOL muestra que la brecha salarial de género entre los empleados de la actual Casa Blanca es tres veces mayor que la existente en el último año de Obama y supera en más de diez puntos la grieta a nivel nacional.

La brecha salarial de género expresa mediante un porcentaje la diferencia entre el sueldo de los hombres y el de las mujeres. En el caso de la Casa Blanca de Trump, la brecha supera el 30%, mientras que en el último año de Obama era del 11%. A nivel nacional, la grieta salarial se sitúa en torno al 20%, según datos de la Oficina del Censo de EEUU.

En otras palabras: por cada dólar que gana un hombre en EEUU, una mujer gana unos 80 centavos. En la actual Casa Blanca, una mujer obtiene poco menos de 70 centavos por cada dólar que recibe un hombre.

En el último año de Obama las mujeres representaban el 55% de los empleados de la Casa Blanca. Con ese porcentaje ha bajado hasta un 47%.

Pero aunque haya más o menos el mismo número de hombres y mujeres trabajando hoy día en la Casa Blanca, ellas ocupan menos puestos de alta remuneración en el equipo de Trump. Así, de los 22 empleados que cobran el salario más elevado -179.700 dólares-, sólo seis son mujeres.

Ivanka Trump, a menudo descrita como la primera dama de facto, no cobra como asesora presidencial. Es, sin embargo, una de las personas más poderosas de la vigente Administración y en la pasada reunión de líderes del G20 en Hamburgo sustituyó a su padre mientras éste participaba en encuentros bilaterales.

La seis mujeres mejor remuneradas de la Casa Blanca

Kellyanne Conway. Hoy consejera superior del presidente, la experta en encuestas Kellyanne Conway se convirtió en jefa de la campaña de Trump hacia el final de la contienda electoral y es una de las responsables de que el magnate se siente hoy en el Despacho Oval.

Desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, ha asumido el papel de defensora ante los medios del presidente y su entorno. Por ejemplo, Conway ha salido a batear por Donald Trump Jr. tras la noticia de que se reunió con una abogada vinculada al Kremlin para obtener información comprometida sobre la candidata demócrata en las pasadas elecciones.

Hope Hicks. Antigua empleada de Ivanka Trump, Hope Hicks es ahora directora de comunicaciones estratégicas de la Casa Blanca. Trabajando entre bambalinas, se encuentra entre las personas más influyentes del séquito presidencial.

Omarosa Manigault. Omarosa Manigault se convirtió en celebridad televisiva en la década pasada a través del programa The Apprentice, cuya estrella era Donald Trump. Ahora es la afroamericana más poderosa de la Casa Blanca como directora de comunicación de la Oficina de Relaciones Públicas de la residencia presidencial. Durante la campaña ayudaba a persuadir a los votantes afroamericanos para que se sumaran al fenómeno Trump.

Kathleen McFarland. Veterana de tres administraciones republicanas y comentarista de Fox News, McFarland se sumó a la Casa Blanca como asesora adjunta de Seguridad Nacional. Crítica de la estrategia del Gobierno Obama contra el grupo terrorista Estado Islámico, McFarland fue recientemente nominada a embajadora de EEUU en Singapur.

Dina Powell. La egipcia-estadounidense Dina Powell ocupa el cargo de asesora adjunta de Seguridad Nacional en materia de Estrategia en la Casa Blanca de Trump. Antigua ejecutiva de Goldman Sachs, ostentó diversos cargos en la Administración de George W. Bush. Era la única mujer en la habitación cuando Donald Trump decidió lanzar misiles contra el régimen de Bachar al Asad en Siria, según la Associated Press.

Lindsay Reynolds. Antigua directora adjunta de la Oficina de Visitas de la Casa Blanca con George W. Bush, Lindsay Reynolds es la jefa de personal de la primera dama de EEUU, Melania Trump, y se encarga de organizar a su equipo.

¿Cómo se realizó este análisis?

Para llevar a cabo esta pieza se analizaron los informes anuales al Congreso sobre el personal de la Casa Blanca del último año de mandato de Barack Obama (2016) y el primer año de Donald Trump (2017). Estas bases de datos están publicadas en la Web Oficial de la Casa Blanca.

De esta base de datos se extrajeron a los empleados temporales (cedidos por otras ramas de la Administración), los que no cobran (como Ivanka Trump o su marido, Jared Kushner) y aquellos empleados cuyo género no pudo ser determinado en base a su nombre o verificado independientemente (8 de 349 en el caso de Trump y 13 de 424 en el de Obama).

A través de estos datos se calculó la brecha salarial de género en cada Gobierno, además de la inversión total en sueldos, el número de mujeres y hombres que trabajaban en cada equipo y la mediana del sueldo dependiendo del género.

La brecha general de género se calcula sustrayendo la mediana de los salarios de las mujeres a la mediana de los sueldos de los hombres, dividiendo entre la mediana de los salarios de los hombres y multiplicando por 100, siguiendo la definición de la OCDE. Organismos como el Departamento de Trabajo de EEUU también utilizan la mediana para comparar los sueldos de hombres y mujeres. [Descargue aquí los datos]

También se recurrió a la Oficina del Censo de EEUU para comprobar los datos de la brecha salarial nacional en el país, que se calculó a través de los salarios medianos anuales de hombres y mujeres estadounidenses.

Tras esto, se realizó un análisis comparativo entre los datos obtenidos durante la legislatura de Trump, los hallados en el último año de Obama y las cifras calculadas a través de la Oficina del Censo.

Para tratar estos datos se utilizó el programa Microsoft Excel.

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