La justicia ha vuelto a truncar los planes de Donald Trump. Primero en Hawái y luego en Maryland, dos jueces federales han puesto el freno al segundo veto migratorio del presidente republicano, que debía entrar en vigor este jueves, basándose en que la medida es discriminatoria por razón de religión.

La decisión de los jueces Derrick Watson y Theodore Chuang bloquea el intento de de Trump de suspender durante 90 días los visados a los inmigrantes de seis países de mayoría musulmana (Irán, Siria, Sudán, Libia, Somalia y Yemen) y durante 120 días el programa de acogida de refugiados. Después de que Watson emitiera un bloqueo temporal este miércoles sobre la totalidad de la orden ejecutiva, el juez Chuang ha centrado su demanda en un párrafo específico que se centra en impedir la entrada de ciudadanos procedentes de esos seis países, ha consignado Bloomberg.

Después de que la orden ejecutiva original quedara congelada en los tribunales, la Administración ha dedicado seis semanas a elaborar cuidadosamente el decreto revisado que se dio a conocer el pasado 6 de marzo y que, se esperaba, pudiera resistir posibles embestidas legales.

La diferencia con la orden emitida a finales de febrero era que no incluía a Irak en la lista de países de mayoría musulmana a cuyos ciudadanos se restringía el acceso. Irak es un importante aliado de EEUU en la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico. También suspendía temporalmente la acogida de refugiados, aunque desaparecía la prohibición indefinida a los solicitantes sirios.

No afectaba, sin embargo, a quien ya disponía de visado, a los residentes permanentes de EEUU o a ciudadanos de los países en la lista negra que viajaran con un segundo pasaporte autorizado.

Un juez federal de EEUU bloquea el segundo veto migratorio de Trump

Tal como ocurrió con el primer veto, el segundo decreto ha desencadenado una ola de demandas. Los críticos de la medida consideran que se trata de un veto de facto contra los musulmanes. Para emitir su decisión, el juez Watson se apoyó en las declaraciones que Trump hizo a lo largo de la campaña sobre su intención de mantener a los musulmanes fuera del país. 

La Administración republicana, que defiende que la medida es necesaria para la seguridad de EEUU, ya ha anunciado que recurrirá la decisión.

Trump promete ganar la batalla judicial

Poco después de darse a conocer el fallo de Watson, el presidente afirmó en un mitin en el estado de Tennessee que la decisión es "un exceso judicial sin precedentes" con motivaciones políticas.

Además, anticipándose a que los recursos que el Gobierno presente ante el Tribunal de Apelaciones del Circuito Noveno -una corte que Trump considera politizada- puedan fracasar, advirtió de que llevará el litigio hasta el Supremo.



"Vamos a pelear contra este terrible fallo, vamos a llegar hasta el Tribunal Supremo, vamos a ganar y vamos a mantener a nuestro país y a nuestros ciudadanos seguros", dijo Trump.



Lo que no quedó claro es si la estrategia del Gobierno será recurrir el primer veto, que había dejado arrinconado tras una infructuosa batalla legal, el revisado, o ambos. El primer decreto migratorio de Trump, firmado el 27 de enero y que era más extenso que la orden revisada que firmó el 6 de marzo, también fue frenado por un juez federal.

"Creo que debemos volver al primer (veto) y recorrer todo el camino (hasta el Supremo). Esto es lo que yo quería hacer en un primer lugar", dijo el presidente.