Pese a poseer un periódico, el Observer de Nueva York, el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, no es un hombre mediático. Mientras el presidente electo de Estados Unidos se expresa a base de tuits, Kushner no ha publicado un solo mensaje desde que se unió a Twitter hace cerca de ocho años.

Y aunque ha pasado a ocupar el centro de interés en la escena política estadounidense junto a su mujer, Ivanka Trump, y su suegro, hablar con los medios no está entre las aficiones de Kushner. La única cabecera que ha logrado entrevistarlo tras los comicios es Forbes, que cubrió la portada de su edición del 20 de diciembre con un posado de Kushner bajo el titular “ESTE TÍO HIZO QUE TRUMP SALIERA ELEGIDO”.

La revista ilustra cómo Kushner, que este martes cumplió 36 años, transformó la desestructurada campaña de su suegro en un caballo ganador capaz de vencer a las encuestas, que apostaban por su oponente demócrata. El joven empresario dirigió los esfuerzos digitales del equipo republicano al estilo de las startups del mundo tecnológico. Ensambló un potente equipo de datos para optimizar cada dólar y generar más financiación y adeptos para la causa de Trump.

“Llamé a algunos de mis amigos en Silicon Valley, algunos de los mayores especialistas en marketing digital del mundo”, dijo a la cabecera estadounidense. “Me dieron sus subcontratas”.

La estrategia de Kushner combinada con el mensaje directo y populista del suegro dieron fruto y el 8 de noviembre hicieron posible lo que desde fuera resultaba impensable para muchos. Pasado el triunfo, Kushner se sumó al equipo de transición presidencial de Trump para preparar la llegada del nuevo gobierno mientras los rumores sobre una hipotética incorporación del yernísimo a la Administración republicana crecían.

Trump no ocultó su entusiasmo por que Kushner continuara a su lado en la Casa Blanca. “Lo estamos estudiando desde el punto de vista legal. Me encantaría que estuvieran involucrados”, afirmó en Fox News respecto a Ivanka y su marido, que constituyen un poderoso tándem en el círculo de confianza del presidente electo.

Este lunes, el magnate acallaba los rumores al confirmar que su yerno lo acompañará en la etapa que comienza el próximo día 20 con el título de consejero superior del presidente. Kushner colaborará con el que será estratega jefe de Trump, Steve Bannon, exejecutivo de un portal de noticias asociado al supremacismo blanco, y el nuevo jefe de personal de la Casa Blanca, Reince Priebus, que representa al establishment republicano.

“Jared ha sido un activo tremendo y un asesor de confianza a lo largo de la campaña y la transición y estoy orgulloso de tenerlo en un puesto de liderazgo clave en mi Administración”, declaró Trump en un comunicado recogido por la prensa local. Se espera que Kushner, judío ortodoxo, asesore al mandatario en materia de Oriente Próximo y acuerdos comerciales.

CONFIDENTE DE TRUMP JUNTO A SU ESPOSA

Aunque su familia ha financiado a los demócratas en el pasado, Kushner se ha convertido en un fiel e influyente aliado de Donald Trump. Después de que su suegro fuera acusado durante la campaña de antisemitismo, Kushner recurrió a su periódico para salir en defensa del aspirante presidencial. “Mi suegro no es antisemita”, comenzaba el editorial. En las líneas revelaba que sus abuelos habían sobrevivido al Holocausto en el Viejo Continente. “El es hecho es que mi suegro es una persona increíblemente amorosa y tolerante”, rezaba más hacia el final.

Hijo de un rico magnate, Kushner, que tiene una hermana y un hermano menor, tomó las riendas del negocio familiar después de que su padre, Charles, acabara en prisión por corrupción hace algo más de una década por obra del entonces fiscal Chris Christie. Se atribuye a Jared Kushner que Trump sustituyera a Christie al frente del proceso de transición presidencial en venganza por la condena de su padre, pero el joven lo niega.

Kushner Companies, el galeón familiar, posee una cartera de más de 20.000 edificios residenciales, según la web especializada en el sector inmobiliario TheRealDeal.com. En su cartera destaca el número 666 de la neoyorquina Fifth Avenue, un rascacielos que adquirió el querido yerno de Trump en 2007, cuando tenía tan sólo 26 años.

Ese mismo año, Kushner conoció a una importante figura en el sector inmobiliario: Ivanka Trump. En una entrevista con Vogue en 2015, la hija mayor de Trump contaba cómo los habían presentado “pensando que nuestro único interés en el otro sería transaccional”. Ahora la pareja dice que el haberse conocido es el “mejor trato que hayamos cerrado”.

Ivanka se convirtió al judaísmo por Kushner y finalmente contrajeron matrimonio en 2009. Tienen tres hijos y los crían como judíos ortodoxos. En la citada entrevista, la joven Trump describe a su marido como calmado y relajado. “El mundo podría estar hundiéndose a su alrededor y nada lo perturba. Se centra en las soluciones”, afirma.

Ivanka, vista ampliamente como una potencial primera dama en la sombra, también ha jugado un papel central en la campaña de su padre y la conformación de Gobierno. Trump ha señalado que es la persona en quien más confía, “el poder cauto y mesurado detrás del ostentoso candidato”, como la describió el biógrafo de Trump Michael D'Antonio.

Ambos se reunieron con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, cuando este visitó a Trump en Nueva York, la primera visita de un mandatario extranjero al presidente electo. Y aunque Ivanka no vaya a formar todavía parte de la Administración de su padre, la joven Trump y su marido influirán en el rumbo que tomará EEUU en los próximos años.

EL PROBLEMA DEL NEPOTISMO

La decisión de Trump -que este miércoles ofrece una rueda de prensa para explicar cómo planea evitar conflictos de intereses con su negocios privados- desafía los límites de las normas estadounidenses contra el nepotismo.

Después de que John F. Kennedy nombrara a su hermano 'Bobby' fiscal general de EEUU, el Congreso aprobó una ley que impide que la familia del presidente integre el Ejecutivo. Kushner y su suegro, sin embargo, opinan que el joven sí puede actuar como asesor. El mes pasado, Thomas Whalen, un estudioso de la presidencia estadounidense que compara a los Trump con la familia Perón, aseguraba a este diario que el presidente electo estaba testando las áreas grises de la legislación como nunca se había hecho antes.

En lo que respecta a los negocios de Kushner, su abogada ha aseverado que el yerno de Trump pretende apartarse del emporio inmobiliario familiar, Kushner Companies, y deshacerse de “activos sustanciales” para evitar conflictos de intereses, incluida su participación en el Observer. El yerno tampoco cobrará por brindar consejo al presidente, informa The New York Times.

Su esposa, Ivanka, no tendrá puesto por ahora en el nuevo Gobierno, pero cesará como vicepresidenta ejecutiva de la Organización Trump y dejará la gestión de su firma de moda homónima.

El equipo de transición de Trump no respondió a una petición de EL ESPAÑOL para discutir estas cuestiones. La abogada del futuro asesor de la Casa Blanca tampoco contestó a la petición de este diario.

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