Cleveland (Ohio)

Impecables, Donald Trump Jr., Ivanka Trump, Eric Trump y Tiffany Trump bajaron al piso de la Convención Nacional Republicana, se acomodaron en fila junto a los delegados de Nueva York y cantaron el voto que terminó de encumbrar a su padre como abanderado del Partido Republicano y candidato presidencial. “¡Felicidades, papá! ¡Te queremos!”, gritó al micrófono Donald Jr., visiblemente emocionado. Todos sonreían, rodeados de fotógrafos y camarógrafos que inmortalizaron el momento.

Los cuatro hijos adultos de Donald Trump han tenido un inusual protagonismo en la convención de Cleveland. Tres de ellos, Donald Jr., Tiffany y Eric ya pasaron por el escenario para dar discursos, algo atípico. Y en el último día, Ivanka, la favorita del clan, cumplirá con el papel de presentar a Trump para el gran discurso de cierre, un lugar que la tradición del partido, a la cual Trump le presta muy poca atención, ha reservado para figuras políticas de alta envergadura o jóvenes promesas.

El perfil alto de los hijos de Trump durante la Convención busca “humanizar” a su padre, mostrar un costado más íntimo que lo acerque un poco más a la gente. Trump es una figura divisiva, polarizante, que ha enfurecido a varios sectores de la sociedad –hispanos, discapacitados, musulmanes, afroamericanos, mujeres– y a quien el 60% de los estadounidenses ve con malos ojos.

Donald Jr., el mayor de los tres hijos que el magnate tuvo con su primer mujer, Ivana Trump, fue el primero en hablar, el martes por la noche. Ofreció un discurso más acorde con un político que un empresario –no ha negado seguir los mismos pasos de su padre– con mucho aplomo. Ha repasado las enseñanzas en materia de negocios de su padre.

“Para mi padre, imposible es sólo un punto de partida”, ha dicho. “Cuando la gente le dijo que era imposible que un chico de Queens fuera a Manhattan a competir con los grandes magnates en la gran ciudad, en lugar de darse por vencido, cambió la silueta de Nueva York”, ha agregado.

En un intento por desterrar la imagen elitista de una familia multimillonaria que ha vivido rodeada de privilegios –Donald Trump heredó una fortuna de su padre–, Donald Jr. dijo: “No aprendimos de gente con MBA [másteres en Administración de Empresas], aprendimos de gente con doctorados en sentido común”. Los aplausos no se hicieron esperar.

Tiffany, la hija de su matrimonio con Marla Maples, de sólo 22 años, contó, por ejemplo, que Trump le dejaba mensajes en su libreta de notas del jardín de infancia.

Tiffany dijo que “su deseo por la excelencia es contagioso”, y que en cualquier cosa que hace, “lo da todo y lo hace bien”. Ha recordado que fue la primera persona en llamarla luego de la muerte de un amigo.

“Mi papá es un entusiasta natural, la última persona que te va a decir que bajes la mirada o renuncies a tus sueños”, ha dicho.

Los tres hijos mayores de Trump, Donald Jr., Eric e Ivanka y su marido, Jared Kushner, han conformado una pequeña mesa que funciona como un consejo asesor del atípico candidato. Su opinión es escuchada como ninguna otra por Trump, y fueron ellos quienes tuvieron la última palabra, junto a su padre, en la elección del gobernador de Indiana, Mike Pence, como compañero de fórmula.

EL FAVORITISMO DE TRUMP

Nadie pone en duda que Ivanka es su favorita. “Es la nena de papá”, ha dicho su hermano mayor, Donald. A sus 34 años, tiene el perfil más alto de la familia detrás de su padre y ha construido su propio lugar en la sociedad norteamericana. Maneja algunos de los negocios principales de Trump, quien siempre ha tenido debilidad por ella. Hace una década, en una entrevista en el programa televisivo The View, Trump afirmó: “Si Ivanka no fuera mi hija, saldría con ella”. Ivanka se rió. “¿Es terrible?”, preguntó Trump, ante el asombro de sus anfitrionas. “¿Quién eres, Woody Allen?”, le preguntó una de ellas.

David Cohen, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Akron (Ohio), dijo que la razón por la cual se le ha dado un papel tan preponderante a sus hijos es, justamente, porque tienen un espacio importante en la vida del candidato, además de en su campaña.

“Todos sus hijos adultos están muy involucrados, tuvieron un papel importante en elegir al vicepresidente. Ivanka podría tener una carrera en política si quisiera”, afirma a EL ESPAÑOL. “Tiene sentido que ella lo presente porque lo humaniza. Hay gente que ve a Trump como un insensible, no muy agradable. Ésta es una oportunidad para mostrar que es un buen padre, que sus hijos lo quieren y eso lo hace más humano, más agradable a la gente”.

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