S. R.
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La expresión de que “la salida de la Casa Blanca es por la tienda de souvenirs” funciona como metáfora irónica.

Igual que en museos o atracciones turísticas donde el recorrido finaliza en la tienda de regalos, bajo Trump las visitas oficiales siempre desembocan en un espacio donde se exhiben gorras y otros artículos de su marca política MAGA.

De este modo, el cierre de encuentros diplomáticos de alto nivel adquiere ahora un aire de souvenir forzado, como si los líderes mundiales no pudieran abandonar Washington sin pasar antes por el escaparate simbólico del trumpismo.

Rincón temático MAGA

Las gorras de Trump han trascendido lo meramente turístico para convertirse en símbolos políticos palpables.

La clásica gorra roja con el lema “Make America Great Again” (MAGA), fabricada en algodón con letras bordadas y, en ocasiones, con algún detalle patriótico como la bandera o el número “45”, fue el emblema de su campaña presidencial.

Una enorme colección de gorras: una dice “Trump tenía razón en todo”, muchas “Gulf of Americas” (Golfo de las Américas), la versión gótica de Elon Musk de “Make America Great Again” y algunas de “Trump 2028”. Margo Martin X

Con el tiempo, se han añadido variantes como gorras azul marino con inscripciones como “Donald J. Trump, 45th President” o ediciones con la insignia presidencial bordada en dorado, además de versiones más económicas de importación y ediciones con mensajes recientes como “Trump 2024” o “Trump Was Right About Everything (Trump tenía razón en todo).

Vitrina diplomática

Durante la reunión de agosto de 2025 entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, acompañados por líderes europeos como Emmanuel Macron, el expresidente aprovechó el momento para mostrarles su colección de gorras y otros artículos.

Desde gorras con eslóganes como “4 More Years” (Cuatro años más) o “Trump 2028”, hasta zapatillas deportivas doradas, corbatas de diseñador, Biblias autografiadas y tazas de café personalizadas, todo está dispuesto como en una tienda privada.

Ejemplar de su libro 'Save America' junto a una vela. Margo Martin X

El portal estadounidense de verificación de hechos Snopes aclaró que, aunque la imagen que circuló muestra a Trump exhibiendo esta colección, no se trata de una tienda oficial de la Casa Blanca, sino de una suerte de 'sala de regalos' personal con fines de diplomacia simbólica.

Rodeado de esa escenografía, más propia de una película de animación, el jefe de Estado discute, con su tono habitual y lanza sus advertencias cotidianas, como las de este viernes.

Junto al presidente de la FIFA, Gianni Infantino, volvió a amenazar con sanciones a Rusia si su presidente, Vladimir Putin, no llegaba a un acuerdo de paz sobre Ucrania.

"Voy a tomar una decisión sobre lo que haremos y será una decisión muy importante: si se trata de sanciones masivas, aranceles masivos o ambos, o si no hacemos nada y decimos que es su lucha", dijo Trump .

El presidente de EEUU, Donald Trump, posa con el torneo de campeón mundial.

Poco antes de decir que solo tomaría una decisión en dos semanas, Infantino le prestó el trofeo del mundial, la 'World Cup', que, según el presidente de la FIFA, solo pueden tocar los campeones.

"Tú eres un ganador, puedes tocarla", le dijo.

Trump, feliz entre halagos, se lanzó, con la solidez de Iker Casillas, a conseguir la foto que sabía que daría la vuelta al mundo.

Por supuesto, estaba tocado con una de esas gorras que hacen esbozar una sonrisa sardónica a su audiencia. 

Anécdotas con líderes

El presidente azerbaiyano Ilham Aliyev fue otro de los visitantes envueltos en esta estética: tras firmar una declaración de paz con Armenia, se le vio recibiendo una bufanda para su esposa y una llave simbólica de la Casa Blanca”, cuidadosamente incluida por Trump en una bolsa con sello presidencial.

El presidente de EE.UU., Donald Trump, entregó a su homólogo azerbaiyano, Ilham Aliyev, una llave simbólica de la Casa Blanca. X

En la reunión con Zelensky y Macron, este último salió sosteniendo dicha llave dentro de una caja elegante que había estado sobre el Resolute Desk del Despacho Oval.

Las imágenes difundidas por la asesora Margo Martin mostraron a líderes como Volodymyr Zelensky o Emmanuel Macron observando la colección de gorras y recuerdos dispuesta por Trump en la Casa Blanca.

La escena no tardó en provocar una cascada de reacciones: algunos usuarios en redes sociales la calificaron de “vergonzosa” o de un gesto de mal gusto, mientras otros ironizaron con que “la salida de la Casa Blanca es a través de la tienda de souvenirs”, como tituló The Independent.

La fusión entre souvenir y diplomacia impulsa una estrategia hoy llamada “soft power” bajo la forma de merchandising político.

Aquellas gorras que alguna vez fueron emblemas de campaña ahora son parte de la despedida protocolaria para mandatarios internacionales en la Casa Blanca.

Un rincón que pone fin a encuentros históricos, pero que deja una imagen igualmente histórica: aquella de figuras mundiales contemplando y llevándose consigo fragmentos táctiles del universo Trump.