Los dos candidatos para liderar Brasil, el actual presidente Jair Bolsonaro y el exgobernante Luiz Inácio Lula da Silva, han mantenido esta madrugada un tenso cara a cara, el último antes de las elecciones del país del próximo domingo.



La gran parte del debate ha estado centrada en los ataques entre ambos dirigentes por los supuestos fallos de los respectivos gobiernos que encabezaron ambos candidatos. Este enfrentamiento electoral ha sido retransmitido en la televisión Globo, la de mayor audiencia en el país. Entre los diferentes temas que han tratado se encuentran la pandemia de la Covid, el aborto o la política de armas.

Lula llega a esta segunda vuelta como el candidato más votado en la primera ronda, con el 48,4 % de los sufragios cosechado el pasado 2 de octubre frente al 43,2 % que recibió Bolsonaro. Los sondeos de intención de voto señalan que esa diferencia se mantiene sin cambios.

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El líder del Partido de los Trabajadores le echó en cara a su rival político el empobrecimiento de la población en los últimos cuatro años y la cuestionada gestión de la pandemia por parte de Bolsonaro, que llevó a Brasil a sufrir 690.000 muertos por la Covid-19.

"Algún día usted tendrá que pagar por las cerca de 300.000 personas que murieron por el atraso en el proceso de inmunización contra la covid en Brasil", recriminó Lula a Bolsonaro y recordó que retrasó la decisión de compra de vacunas así como negar la gravedad de la enfermedad.



Bolsonaro le respondió con ironía y aseguró que si consiguió vacunarse fue porque él compró vacunas, asegurándole que debería agradecerle por ello.

Lula da Silva durante el debate. EFE

Polémica sobre las armas

Uno de los momentos más tensos del debate giró en torno a la detención el pasado domingo del exdiputado Roberto Jefferson, un aliado de Bolsonaro que lanzó granadas y disparó con un fusil contra los policías que trataban de arrestarle.

Lula aprovechó este tema para cuestionar la política de liberación de ventas de armas que promueve su contrincante polític. "Quien se beneficia de esa política es el crimen organizado", señaló.

Por su parte, Bolsonaro utilizó el tema de la seguridad para sugerir que Lula visitó una favela de Río de Janeiro para hacer un mitin "con el permiso del narcotráfico", una idea que el equipo del actual jefe de Estado ha repetido reiteradas veces durante la campaña.

Lula respondió al ataque de Bolsonaro y presumió de ser "el único jefe de Estado con moral de entrar en una favela para encontrarse con la gente extraordinaria que vive" en estas zonas pobres.

Jair Bolsonaro durante el último debate antes de los comicios. EFE

Reivindicar las tradiciones

En el minuto final del debate, Lula pidió el voto para "restablecer la armonía" en el país, asegurando que Brasil "probablemente" vivió su mejor momento durante su gestión.

"No había odio. La cultura funcionaba, la educación funcionaba, el salario aumentaba.... podemos reconstruir este país", aseveró Lula.

Bolsonaro aprovechó sus últimos 60 segundos en el debate para defender los valores más conservadores. El actual presidente afirmó que sus adversarios defienden la liberación de las drogas y la legalización del aborto, una cuestión que el propio Lula negó en varias ocasiones.

Por último, Bolsonaro cerró su turno con su ya famoso lema de campaña: "Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos".