La exsenadora Claudia López, elegida este domingo primera alcaldesa de Bogotá, representa el ascenso político de la comunidad LGBTI en Colombia donde los derechos de los homosexuales no están plenamente garantizados.

López, de 49 años, que mantiene una relación pública con la senadora Angélica Lozano, rompió con su triunfo una barrera en América Latina, región que nunca había tenido en ninguna de sus capitales a algún miembro de esta comunidad como máxima autoridad.

En su discurso de la victoria, en el que se vieron banderas de los partidos Alianza Verde y Polo Democrático Alternativo, que apoyaron su candidatura, pero pocas del arco iris, la alcaldesa electa valoró que tendrá un Gobierno "diverso" que buscará en los próximos cuatro años cambiar a la ciudad por medio de la cultura ciudadana.

"Bogotá no solo votó para que la ciudad cambie en los próximos cuatro años sino para que esta generación cambie a toda nuestra sociedad. Votó para que a través de la cultura ciudadana, de la educación de calidad y de la igualdad derrotemos, superemos y desaprendamos el machismo, el racismo, el clasismo, la homofobia y la xenofobia", manifestó.

La excongresista estuvo acompañada por más de una veintena de políticos que la apoyaron, entre ellos la senadora Lozano, su pareja desde hace muchos años y con quien se besó al entrar en medio de los aplausos de los asistentes.

"Que no haya duda, Bogotá votó porque el cambio y la igualdad son imparables", apostilló.

Mujeres empoderadas

Claudia López no se olvida de todas aquellas que le "abrieron un camino para llegar hasta aquí, hasta el día en que una mujer humilde, hija de una maestra, diversa, gana por primera vez el segundo cargo de elección popular más importante del país".

"Hoy era el día de las niñas, hoy era el día de los jóvenes, hoy era el día de las mujeres, hoy era el día de las familias hechas a pulso como la suya, como la mía", dijo una emocionada López en medio de un ensordecedor grito de "alcaldesa, alcaldesa, alcaldesa".

La alcaldesa electa aseguró que tendrá un Gobierno abierto, participativo y transparente con el que buscará recuperar la confianza de la ciudadanía en las instituciones públicas.

"Soy consciente de la enorme responsabilidad que hoy asumimos, no es solo honrar el voto libre de los millones de ciudadanos que nos han confiado su voto sino sobre todo honrar su confianza, sus ilusiones", aseveró.

Es por eso que López invitó a que la ciudadanía se sume al cambio que propone, pues considera que no depende única y exclusivamente del Gobierno.

"Bogotá va a cambiar de verdad si cada uno de nosotros decide ser un mejor ciudadano y ciudadana cada día. Los ciudadanos no nacen, los ciudadanos se hacen, se hacen a través de la inteligencia y la cultura ciudadana que hoy vuelve a Bogotá, se hace con la educación pública gratuita y de calidad", afirmó.

Rivales no enemigos

En un tono conciliador muy diferente al vehemente usado en la campaña, López valoró el trabajo de sus contendientes, el independiente Carlos Fernando Galán, el izquierdista Hollman Morris y el derechista Miguel Uribe Turbay.

"Vamos a ser un Gobierno para todos no solamente para quienes confiaron en nosotros", dijo.

Sobre Galán, favorito que terminó en segundo lugar, López destacó el legado que dejó en la política colombiana su padre, el excandidato presidencial liberal Luis Carlos Galán, asesinado en 1989, y afirmó que lo honrará en su Alcaldía.

De Uribe, manifestó que es un "joven de gran tenacidad" y que tendrá un gran futuro si se aleja "de los supuestos apoyos" que tuvo en la campaña, como lo fueron los tradicionales partidos Liberal y Conservador, así como el oficialista Centro Democrático, que lidera el expresidente Álvaro Uribe.

En el caso de Morris, señaló que él y sus electores "saben que es mucho más lo que nos une que los que nos divide".

"Saben que con nuestro Gobierno sus causas de vida están salvaguardadas y representadas: la política de la justicia social, del amor y del reconocimiento", aseveró.

La caída del uribismo

El resultado de las elecciones de alcaldes y gobernadores ha sacudido os cimientos de la política tradicional colombiana y en especial al uribismo, sin duda el gran derrotado de la jornada, un golpe del que seguramente le costará recuperarse.

Ni en el escenario más pesimista del Centro Democrático, al que pertenecen el expresidente Álvaro Uribe y el presidente Iván Duque, aparecía en el horizonte una paliza como la de este 27 de octubre en el que ese partido fue derrotado en la disputa de las dos principales ciudades del país, Bogotá y Medellín, y solo conquistaron dos de las 32 gobernaciones, las de los departamentos de Casanare y Vaupés.

La victoria en Bogotá de Claudia López, del partido Alianza Verde, y en Medellín del independiente Daniel Quintero Calle es un varapalo para el partido de Gobierno y para el senador Uribe, cuya popularidad ha caído en picado desde la cima que alcanzó el 7 de agosto de 2010, cuando terminó su Presidencia.

Por si fuera poco, el expresidente tuvo que acudir a comienzos de este mes a una indagatoria en la Corte Suprema de Justicia como parte de un caso por presunto fraude procesal y soborno a testigos cuyo desenlace es todavía una incógnita.

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