El ministro de Defensa venezolano, en una comparecencia tras el ataque

El ministro de Defensa venezolano, en una comparecencia tras el ataque Efe

América Venezuela

El ataque con drones a Maduro pone en duda la lealtad del Ejército al chavismo

La oposición denuncia una purga de militares y cifra en 200 los oficiales detenidos.

7 agosto, 2018 03:18

El rocambolesco atentado con drones contra Nicolás Maduro mientras el presidente venezolano daba un discurso a las tropas militares -que huyeron despavoridas con las explosiones- pone sobre la mesa del laberinto de Venezuela una vieja pregunta: ¿Confrontados por una verdadera amenaza, serían los militares venezolanos leales a sus líderes

Según el ministro de Interior y Justicia Néstor Reverol, uno de los seis detenidos por lo ocurrido estaba buscado por su presunta implicación en la toma del Fuerte Paramacay en 2017. Esta nueva persona se sumaría a los 18 detenidos el año de la toma frustrada, sumándose a un grupo que causó escepticismo debido a su heterogeneidad cuando fue presentado por el director del Servicio de Bolivariano de Inteligencia, Gustavo González López: “Hay militantes de la oposición, ex agentes militares y policiales, representantes de gremios, empresarios e integrantes de la Iglesia”.

Este año, las detenciones de militares no han parado. Julio Borges, ex presidente de la Asamblea Nacional, aseguró que las cifras llegan a los 200 oficiales presos. Según Sebastiana Barráez, periodista especializada en el mundo militar venezolano, solo son 55, pero sin contar a los que no están detenidos en cárceles militares sino en las sedes de los organismos de inteligencia.

Las grietas en el poder absoluto de Maduro

Las conexiones militares



Estas señales de conflicto causan extrañeza cuando se piensa en lo inseparable que siempre ha sido el movimiento chavista del mundo militar. Entre militares activos y retirados, ocho de los actuales ministros de Nicolás Maduro fueron o son parte de las fuerzas armadas. Y en otro tipo de roles administrativos, la presencia militar es simplemente innumerable. ¿Qué tienen en común los presidentes de la compañía eléctrica nacional, la petrolera estatal e incluso del metro de Caracas? Los tres son generales. 

Es fácil encontrar ejemplos de tratos preferenciales a efectivos militares en Venezuela: desde comida y préstamos bancarios, hasta coches y viviendas. Como institución, las Fuerzas Armadas también cuentan con su propio canal de televisión, su propio banco e incluso empresas de construcción, seguros, agricultura y petróleo.

Pero no sería del todo acertado caracterizar al gobierno de Maduro como uno con completo control sobre las fuerzas armadas. Especialmente desde 2017, distintas informaciones dan cuenta, si no de una insatisfacción en los cuarteles, entonces de una purga sistemática de efectivos. Son tantos los casos, que es posible hacer una cronología casi mes a mes.

Abril de 2017 fue un mes ajetreado, acababan de empezar las protestas opositoras que terminarían con unos 157 muertos. En los primeros días del mes, fue difundido un vídeo en el que tres soldados declaraban desconocer al gobierno. José Alejandro Méndez, uno de los oficiales que aparecía en él, aseguró ser parte de un movimiento conformado por más de un centenar de efectivos de bajo rango. Unos 10 soldados habrían sido detenidos debido a esto, pero los tres que aparecían en el vídeo formalizaron una solicitud de asilo en Colombia.

Ese mismo mes, Maduro anunció la captura de un vicealmirante retirado que supuestamente conspiraba para derrocarlo. Según Antonio Rivero -ex militar y político opositor en el exilio- tres oficiales de la marina habían abierto fuego contra La Viñeta, una residencia oficial asignada al vicepresidente, tras lo cual fueron detenidos.

Para mayo de 2017, según la periodista Sebastiana Barráez, unos 36 militares estaban presos por “rebelión”. Por su parte, el ex candidato presidencial opositor, Henrique Capriles, aseguraba que el número sobrepasaba los 80.

Recogida de pruebas en el lugar de las explosiones

Recogida de pruebas en el lugar de las explosiones Efe

También ese mes ocurrió la filtración de un par de vídeos de Leopoldo López, líder opositor encarcelado en aquel entonces en la cárcel militar de Ramo Verde. En aquellos vídeos, López instaba a los militares a negarse a reprimir las manifestaciones. Según políticos de su propio partido, la filtración se había realizado con la ayuda de algunos militares. Henrique Capriles aseguró que las filtraciones habían llevado a la detención y tortura de 11 militares por parte de la contrainteligencia militar.

El 24 de junio, en un acto militar conmemorativo del aniversario de la Batalla de Carabobo, que también sirvió para otorgar ascensos y nombramientos, una extraña foto produjo ruido: lo que aparentaban ser dos tiradores, aparecían atrincherados con metralletas, a cada lado del podio desde el que Maduro le hablaría a los soldados


A principios de julio, distintos medios reportaron que el Teniente Coronel Durvis Melean, comandante del 322 Batallón de Caribes (las fuerzas especiales del Ejército), habría sido detenido al intentar tomar un fuerte en la ciudad de Maturín. Esto fue confirmado por la ministra de asuntos penitenciarios, Iris Varela. Fue enviado a la sección de procesados militares de la cárcel La Pica, acusado de traición a la patria.

Purga de militares



Según documentos militares obtenidos por Reuters, para ese julio, al menos unos 123 soldados habían sido detenidos desde el inicio de aquella ola de protestas opositoras, siendo acusados de rebelión, traición a la patria, insubordinación, deserción e incluso robo.

De pronto, el 6 de agosto, ocurrió un suceso que captaría la atención internacional durante días: la toma del Fuerte Paramacay, en la ciudad de Valencia, a unos 170 kilómetros de Caracas. El grupo rebelde, liderado por el capitán Juan Caguaripano, anunció a través de un vídeo divulgado durante esa madrugada, que habían ejecutado exitosamente lo que ellos llamaban la Operación David en el estado Carabobo, y apelaba a otras efectivos a seguir el ejemplo.

Con el paso del día, fuerzas de otros componentes -incluso policiales- asediaron el fuerte para recuperarlo. Algunos vecinos salieron a apoyar a los rebeldes, en distinta s zonas del municipio, lo que motivó a la Guardia Nacional a reprimirlos ocasionando daños a la propiedad de los vecinos.

Incluso cuando el gobierno anunciaba haber dominado el alzamiento, los vecinos seguían reportando disparos, helicópteros haciendo maniobras y militares corriendo. Las imágenes de las fuerzas leales al gobierno rastrillando el área dan cuenta de la tensión existente.



Ese mismo día, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, publicó una fotografía de siete hombres alineados contra una pared blanca. “Estos son 7 detenidos por ataque mercenario a Fuerte Paramacay. Un octavo herido está recluido en hospital”, decía en su tweet. Pero Caguaripano y varios integrantes del grupo lograron escapar con una gran cantidad de armas y municiones. Según Maduro, habrían sustraído 93 fusiles rusos AK 103 y 4 granadas M6L.

Una semana después, Caguaripano fue detenido por policías locales en un control rutinario en Caracas. Al día siguiente, un a imágen en donde se lo ve enrojecido y sofocado fue divulgada por el ministro del Interior, Néstor Reverol. “Quien traicione a la Patria, quien haga armas contra la FANB [Fuerzas Armadas] y el Pueblo, recibirán (sic) un castigo ejemplarizante”, declaró el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.