La brutalidad de las 'maras' y la pobreza crónica han hecho de El Salvador uno de los países con el índice de criminalidad más alto del planeta, pero el crecimiento de la devoción por la iglesia evangélica en las cárceles está dando una oportunidad los pandilleros y gángsters para romper la espiral de violencia.

Una rehabilitación gracias a la fe que tiene como modelo la cárcel de San Francisco Gotero. Por los pasillos de este penal, se escucha la voz del pastor Manuel Rivera, el guía espiritual que ha obrado el milagro. "Solíamos decir que la mara era como nuestra familia, pero Dios nos ha quitado la venda de los ojos". Entramos en la cárcel de los pandilleros para conocer sus rostros y sus historias.