Las claves
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Un ataque israelí contra un minibús en Ciudad de Gaza ha acabado con la vida de once gazatíes pertenecientes a la misma familia, entre ellos, siete menores de edad.
Israel sostiene que era un vehículo "sospechoso" y que había cruzado la "línea amarilla" impuesta por el ejército para perimetrar qué zonas pueden ser transitadas dentro del enclave.
El portavoz de la Defensa Civil de Gaza ha lamentado que los tripulantes no fueran advertidos antes de ser disparados y ha asegurado que en el vehículo viajaban dos mujeres y siete niños, además de dos hombres civiles.
Respecto al ataque contra el autobús, el más violento desde la entrada en vigor del alto el fuego, las fuerzas armadas israelíes han explicado a Efe que el vehículo se estaba acercando hacia las tropas, por lo que se percibió al vehículo como "una amenaza inminente".
En esa situación, aseguran haber lanzado "disparos de advertencia" y, después, se vieron obligados a "eliminar la amenaza".
Las autoridades gazatíes, bajo el control de Hamás, acusan a Israel de haber violado el alto el fuego 47 veces desde la entrada en vigor del alto el fuego el pasado 10 de octubre, matando a 38 palestinos e hiriendo a otros 143.
Un niño gazatí camina entre los escombros en Khan Younis, al sur de la Franja de Gaza.
En un comunicado publicado este sábado, piden la intervención "urgente" de la ONU para "garantizar" que se respeta el acuerdo y para "proteger a los civiles de la agresión constante" de los soldados israelíes.
“La ocupación israelí ha cometido 47 violaciones graves y reiteradas desde el anuncio del fin de la guerra en la franja de Gaza, en flagrante y clara violación del alto el fuego y de las normas del derecho internacional humanitario”, recoge el comunicado.
“Estas violaciones han sido registradas en todas las gobernaciones de la franja de Gaza sin excepción, confirmando que las fuerzas de la ocupación no han cesado su agresión y mantienen su política de asesinar y aterrorizar al pueblo palestino”, añaden.
"Violación"
Hamás ha condenado la masacre y ha denunciado que el ataque constituye una "nueva violación del alto el fuego" acordada entre la milicia e Israel dentro del marco de la primera fase del plan de paz impulsado por el presidente estadounidense, Donald Trump.
"Atacar a civiles indefensos sin justificación es un crimen total que revela la intención premeditada de la ocupación israelí", asegura el grupo en un comunicado.
Desde que se firmó el alto el fuego, 38 gazatíes han sido asesinados bajo la acusación de haber cruzado las denominadas "líneas amarillas".
Imagen de la caravana de personas y vehículos que recorre la Franja de Gaza para regresar a sus hogares.
Entre esta línea y la frontera entre Gaza e Israel hay kilómetro y medio en su zona más estrecha y unos 6,5 km en el área más ancha. A pesar de haberse replegado hasta esta línea, Israel mantiene bajo su control en Gaza más del 50% del territorio.
Las autoridades de Gaza sostienen que estas personas intentaban regresar a sus casas después de meses desplazados y que, en muchos casos, se encuentran sus barrios reducidos a escombros.
A lo largo de la pasada semana, varios residentes de Ciudad de Gaza han explicado a Efe que no saben dónde se encontraba la línea amarilla con exactitud y alegan que sus movimientos se basan en la información que reciben de sus vecinos.
El acuerdo entre Hamás e Israel establece que la tregua abarca a toda la Franja y que el ejército israelí debe retirarse hasta la "línea amarilla", pero invocando su legítima defensa ante estas supuestas amenazas, se han justificado nuevos ataques.
Por ahora, la situación no afecta a la marcha de las negociaciones para avanzar hacia la consolidación de una segunda fase del proceso de paz impulsado por Washington.
En esta segunda fase, se prevé perfilar el mecanismo de reconstrucción del enclave y asegurar cuestiones como la transición política en la Franja o el desarme de Hamás, el punto más complejo por la reticencia de la milicia a escenificar lo que entienden como su capitulación definitiva.
