G. Domínguez
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El papa León XIV bendijo un fragmento de hielo de más de 20.000 años de antigüedad, desprendido debido al cambio climático de un glaciar en Groenlandia, para concienciar sobre la gravedad del cambio climático.

"Señor de la vida, bendice esta agua: que despierte nuestros corazones, purifique nuestra indiferencia, calme nuestro dolor y renueve nuestra esperanza", dijo el obispo de Roma, según recoge Vatican News.

Lo hizo durante la Conferencia “Brindando Esperanza” (Raising Hope on Climate Change), un evento en el que participaron, entre otros, Arnold Schwarzenegger, exgobernador de California, y Marina Silva, ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Brasil.

Durante el acto, celebrado en Castel Gandolfo, también se homenajeó la encíclica medioambiental 'Laudato sí' del papa Francisco, de la que se ha cumplido el décimo aniversario.

El bloque de hielo, gran protagonista de la jornada, proviene del fiordo Nuup Kangerlua, donde se estaba derritiendo en el océano tras desprenderse del manto glaciar, y fue transportado a Roma por el artista Olafur Eliasson con el apoyo del geólogo Minik Rosing.

Eliasson y Rosing colaboran en el proyecto 'Ice Watch', con el que ambos llevan grandes bloques de hielo a espacios públicos de las principales ciudades europeas "con el objetivo de hacer tangible la realidad de la crisis climática", detalló Vatican News.

El sumo pontífice abogó durante el acto por una "verdadera conversión ecológica" del mundo y animó a la sociedad a "presionar" para que los Gobiernos desarrollen leyes y normativas "más estrictas" en esta materia.

"¡Demos gracias a nuestro Padre en los cielos por este don y esta herencia del papa Francisco. Se trata, en efecto, de desafíos hoy aún más actuales que hace diez años de tipo social, político y, sobre todo, espiritual, porque exigen una conversión", dijo en referencia a la encíclica que redactó su predecesor en la cátedra de San Pedro.

León XIV aseveró que, junto al compromiso de difundir el mensaje de esta influyente encíclica, "hoy se hace más necesario que nunca volver al corazón" porque solo así, dijo, "se puede dar una verdadera conversión ecológica" del mundo contemporáneo.

"Es necesario pasar de la recopilación de datos al cuidado; de los discursos ambientalistas a una conversión ecológica que transforme el estilo de vida personal y comunitario", insistió.

En este sentido, advirtió de que "no se puede amar al Dios que no se ve despreciando a sus criaturas" y que "no se puede ser discípulo de Jesucristo sin compartir su mirada sobre la creación y su cuidado por lo que es frágil y está herido".

"¡Que cada uno de nosotros pueda crecer en estas cuatro direcciones: con Dios, con los demás, con la naturaleza y con uno mismo, en una actitud de constante conversión!", auguró.

Por otro lado, el pontífice recordó que su antecesor dejó escrito que "las soluciones más eficaces" para la crisis climática "no vendrían solo de esfuerzos individuales sino sobre todo de las grandes decisiones" políticas a nivel global.

"La sociedad, a través de organismos no gubernamentales y asociaciones intermedias, debe ejercer presión sobre los gobiernos para que desarrollen normativas, procedimientos y controles más estrictos", animó el papa.

Y agregó: "Si los ciudadanos no vigilan el poder político —nacional, regional y municipal—, no es posible contrarrestar los daños ambientales".