El asedio israelí a Gaza ha abierto una nueva e inesperada crisis de Gobierno en Holanda. Varios ministros del gabinete, en funciones desde junio y hasta las próximas elecciones de octubre, han dimitido al no acordar nuevas sanciones contra el Ejecutivo de Netanyahu.
Entre quienes abandonan abruptamente el cargo está el titular de Exteriores, Caspar Veldkamp. Fue él quien desveló el conflicto en el seno de su Gobierno que ha terminado por provocar su marcha: “resistencia dentro del gabinete a la toma de más medidas relacionadas con lo que ocurre en la ciudad de Gaza y en Cisjordania”.
Veldkamp fue el primero en irse tras el desacuerdo, anunciado este viernes. Le han seguido en cuestión de horas los titulares de las carteras de Interior, Educación y Sanidad, así como cuatro secretarios de Estado. Todos ellos del partido de centroderecha NSC.
“La salida de los ministros del NSC requiere una deliberación más profunda sobre la situación política resultante. El gabinete informará a la Cámara de Representantes al respecto lo antes posible. Mientras tanto, seguiremos haciendo todo lo necesario en interés del país”, ha expuesto este sábado en redes sociales el primer ministro holandés interino, Dick Schoof.
Schoof ha asegurado que lamenta "profundamente" las dimisiones. "Especialmente a la luz de la responsabilidad que tiene el gabinete en esta fase de transición” en Holanda, señaló.
En ese delicado panorama, el debate sobre eventuales nuevas sanciones a Israel ha abierto una profunda brecha entre los tres partidos que forman la coalición de gobierno.
Son, además de los ya citados NSC, los liberales de derechas VVD y los granjeros BBB, que se niegan a endurecer la postura del gobierno contra el gabinete de Benjamín Netanyahu, en busca y captura por la Corte Penal Internacional (CPI) por crímenes de guerra y lesa humanidad en Gaza.
La nueva crisis política en Holanda llega después de que en junio Schoof dimitiese al verse debilitado por la salida de la coalición de gobierno del ultraderechista y antimusulmán Geert Wilders y, con él, los cinco ministros con los que contaba el Partido por la Libertad (PVV).
Hasta entonces eran cuatro los partidos que gobernaban el país, todos de derechas. Wilders explicó entonces que se marchaba por la falta de apoyo por parte de los otros tres socios de la coalición a sus ideas en materia de asilo e inmigración.
