Agencias

La vida de Sarasadat Khademalsharieh, más conocida como Sara Khadem, carga con dos adjetivos: iraní y ajedrecista. Lo primero es su nacionalidad. Lo segundo, su oficio, su pasión. Por culpa de ambas cosas, esta chica de 25 años, vive en España, exiliada.

El ajedrez le ha dado los mayores trofeos, y también su condena: después de competir sin hiyab, el pañuelo tradicional de su país, en el Campeonato del Mundo el pasado diciembre, Khadem tuvo que huir. Desde Kazajistán, lugar donde se celebraba el torneo, tuvo que viajar a España. Irán dictaminó una orden de arresto.

Ahora, la joven iraní, Gran Maestra Femenina en su disciplina, vive con su marido (el cineasta y presentador de televisión Ardeshir Ahmadi, encarcelado tres meses en 2015) y el hijo de ambos, Sam, de diez meses. Y, aparte de la orden de arresto y de pedirle un vídeo de arrepentimiento, ha confesado en una entrevista con Reuters que no puede regresar. 

"Como jugadores de ajedrez, siempre tenemos que predecir lo que va a pasar a continuación, pero... no salió como esperaba", explicó desde un lugar no revelado del sur de España. Llegó aquí en enero con un visado de residencia vinculado a la compra de una propiedad. Y hace unas semanas se reunió en La Moncloa con el presidente, Pedro Sánchez.

Quitarse el hiyab, afirma, fue "algo" que pensó "que era correcto hacer". "No me arrepiento de nada", ha defendido, agregando que solía usar el velo en los torneos cuando había cámaras, y que muchas deportistas iraníes tomaron el mismo camino. Las consecuencias, asume, fueron "horribles".

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"No me arrepiento de nada, aunque separarme de mi familia y marcharme de Irán fue una de las cosas más difíciles que he hecho nunca. Pero si lo comparo con lo que está haciendo la gente allí, no puedo decir que fuera tan difícil, porque el riesgo que ellos corren es mucho mayor", declaró a El País.

Retirarse el hiyab se ha convertido en uno de los símbolos del movimiento en Irán y también decidí finalmente hacer algo que quería, ser yo misma. Me impulsaba el pueblo de Irán", ha señalado, refiriéndose a las protestas a raíz de la muerte de Mahsa Amini, una mujer iraní-kurda de 22 años que no llevaba el pañuelo. 

Khadem sostiene que la muerte de Mahsa "rompió el corazón a todos" e inspiró a muchas persona a protestar. Desde entonces, una serie de deportistas que compiten en el extranjero ha aparecido en público sin sus pañuelos en la cabeza. "Hay muchas cosas con las que la gente no está contenta. Y creo que si esta vez no cambia, llegará un momento en que la gente se levantará de nuevo", cavilaba en la charla. 

La jugadora de ajedrez no se considera una activista política, pero quiere ser una voz para el cambio. Clasificada la 774 en el mundo y novena en Irán, Khadem planea seguir jugando bajo la bandera iraní, pero ha recibido propuestas de otros países. Además, Khadem habló de las sanciones políticas contra los deportistas de países como Rusia y las consideró "injustas" y que esta prohibición "causaba sufrimiento". "Sé que muchos de los atletas no son responsables de lo que está pasando en sus países", sentenció.