Agencias

El ataque del ejército ruso a una zona residencial de Dnipro mantiene a la población en vilo. Desde que un misil derribara un edificio y dañara varios inmuebles contiguos, los ciudadanos y las fuerzas de seguridad se han lanzado a la búsqueda desesperada de víctimas. Hasta el momento, el cálculo es de 29 muertos y más de 73 heridos. Pero las cifras pueden aumentar: en el bloque residían unas 150 personas, según Borys Filatov, alcalde de esta ciudad ucraniana situada en el centro del país y con cerca de un millón de habitantes.

"La situación es muy complicada. Estamos haciendo todo lo que se puede hacer. La gente y los médicos están volcados. Pero necesitamos ayuda: los rusos saben lo que quieren y están bombardeando nuestra infraestructura energética", declaraba el regidor en una entrevista con Televisión Española, indicando que los bomberos trabajan "contra reloj".

Según comentaba, la ofensiva dañó un conjunto de viviendas compuesto por 18 portales. Cada uno tiene 72 pisos y la mayoría se ha quedado "sin luz ni electricidad". "Hay riesgo de que se caigan más. Tenemos un protocolo para realojar a los afectados", señaló Filatov, pidiendo apoyo de Europa y el envío no solo de armamento, sino de generadores. El alcalde acusó a Rusia de provocar un "genocidio".

Desde diversas cuentas particulares de Telegram se ha ido relatando el minuto a minuto de la situación. El presidente del consejo regional de Dnipro, Mykola Lukashuk, escribió escuetamente un mensaje: "29 muertos, un niño", aludiendo a las víctimas mortales y en especial a una chica de 15 años. También enumeró los heridos: 73 personas, entre ellas 14 menores. Y añadió a los 38 rescatados, con seis niños entre ellos. "Continúan las operaciones de rescate. El destino de más de 40 personas sigue siendo desconocido", matizó Valentin Reznichenko, gobernador regional.

Un episodio que recuerda a los primeros meses de guerra, cuando decenas de inmuebles en urbes como Kiev, Mykolaiv o Bucha eran bombardeados indiscriminadamente. Lejos de apaciguar la invasión, Rusia sigue utilizando misiles o drones en puntos del mapa más allá del Donbás. Cuando se pensaba que el esfuerzo bélico se concentraba en las regiones separatistas, el Kremlin ha vuelto a ampliar su radio de acción. Algunos analistas lo consideran como un aviso de que aún no se han rendido: tras perder ciudades clave como Jersón, el ejército ruso ha anunciado la toma de Soledar y ha emprendido una violenta acometida.

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Vladímir Putin, por ejemplo, anunció en su última aparición que la guerra de Ucrania "marcha como estaba prevista". En las últimas horas, de hecho, se ha recrudecido. Ucrania ha sufrido una oleada de ataques, contabilizando 30 misiles de los cuales 20 se ha destruido. Los demás han afectado a infraestructuras de la capital o de metrópolis como Járkov, causando heridos y apagones. "El mundo debe parar esta maldad", defendió el presidente del país, Volodímir Zelenski. En total ha habido al menos 30 muertos y 81 heridos, según ha informado Kyrylo Tymoshenko, jefe adjunto de la oficina del máximo mandatario.

El Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas detalló que las fuerzas rusas habían lanzado el sábado tres ataques aéreos y 57 con misiles. También abrieron fuego con sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes en 69 ocasiones, concretamente contra infraestructuras civiles. Los combates se han avivado con estos últimos sucesos y con el anuncio de Reino Unido del envío de tanques Challenger 2. El primer ministro británico, Rishi Sunak, le comunicó a Zelenski la provisión de estos vehículos y de más artillería.

Zelenski valoró el gesto y aprovechó para solicitar más recursos. "El siempre fuerte apoyo del Reino Unido es ahora impenetrable y listo para los desafíos. En conversación con el Primer Ministro, Rishi Sunak, he agradecido las decisiones que no solo nos fortalecerán en el campo de batalla, sino que también enviarán la señal correcta a otros socios", sostenía el presidente ucraniano.

"Recuerdo eterno para todos aquellos cuyas vidas fueron arrebatadas por el terror", publicó después Zelenski en relación con el ataque de esta ciudad minera. "El mundo debe detener el mal. Continúa la limpieza de escombros en Dnipro. Todos los servicios están funcionando. Estamos luchando por cada persona, cada vida. Encontraremos a todos los involucrados en el terror. Todos asumirán la responsabilidad. Mayor", apuntaba, concluyendo que escenas semejantes podrían verse por "tierra, aire o mar".