El reformista liberal Anatoli Chubais, uno de los exasesores del presidente ruso Vladímir Putin, se encuentra hospitalizado en Italia por un problema inmunológico, informan los medios italianos.

Chubais, que renunció en marzo a su cargo y abandonó el país por desavenencias respecto a la guerra en Ucrania, tiene 67 años y se encuentra ingresado en el Hospital Mater Olbia de Cerdeña, donde se encontraba de vacaciones, según las mismas informaciones.

Un historial de presuntos casos de envenenamiento contra los enemigos de Putin y los informes de las autoridades de que personal enfundados en EPI han registrado su habitación ha generado especulaciones de si Chubáis podría haber sido envenenado. "No creo que sea envenenamiento", dijo a Reuters una fuente no identificada cercana a Chubáis. 

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Discrepancias con Putin

Abandonó el país en marzo, después de mostrar discrepancias por la invasión de Moscú a Ucrania y su salida se produjo después de que también lo hicieran otros representantes del mundo cultural y de negocios contrarios a esta campaña militar del Kremlin.

En los últimos 30 años había desempeñado puestos de responsabilidad y desde diciembre del 2020 ocupaba el cargo de representante presidencial. Chubais es conocido por ser el arquitecto de las reformas económicas de la Rusia pos-soviética. Fue jefe de gabinete de Boris Yeltsi.

Chubais formaba parte de un pequeño grupo de economistas influyentes durante la época de Yegor Gaidar como ministro de Economía. Aquel grupo trató de cimentar la transición de la Rusia pos-soviética que había arrastrado a la pobreza a decenas de millones de ciudadanos soviéticos.

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Chubais fue uno de los ciudadanos rusos más destacados de la caótica era pos-soviética: sus enemigos se referían a él como 'el titiritero del Kremlin' por haber vendido los activos de la antigua superpotencia a un reducido grupo de oligarcas durante las privatizaciones de los años noventa.

Pero para sus seguidores, Chubais era un héroe que luchó para crear un mercado en Rusia y evitó que se produjera una guerra civil. Cuando se avecinaban problemas, la Rusia pos-soviética casi siempre recurría a Chubais.

En la crisis de 1998, Yeltsin le dijo a Chubais que aceptara préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y entonces fue nombrado jefe de la empresa monopolística estatal de electricidad, que cuando él llegó al cargo estaba luchando por cobrar la electricidad que vendía.