Kramatorsk

Hace una semana que los misiles cayeron en pleno centro de Kramatorsk, ahora la calle Héroes de Ucrania está a oscuras y con un edificio en ruinas. En el resto de bloques, ninguna luz se intuye tras las ventanas que todo el mundo tapa desde hace meses para evitar ser objetivo nocturno de los ataques rusos. De héroes como los que hicieron cambiar el nombre de la avenida hace pocos años se acordaron la noche de este sábado a 3.000 kilómetros de distancia.

Turín acogía el Festival de Eurovisión y al terminar Ucrania su canción, el artista pidió acordarse de los últimos de Azovstal. Una actuación que por el voto popular terminó otorgándole la corona -España obtuvo el tercer puesto- de la 66ª edición a un país que suma ya 80 días en guerra. “Les pido a todos ustedes que, por favor, ayuden a Ucrania, Mariupol. Ayuden a Azovstal ahora mismo”, exclamó el cantante de Kalush Orchestra dándose golpes en el pecho.

Pero no son momentos para celebraciones ni alegrías en el este de Ucrania, al menos de manera pública, y el silencio en sus calles lo confirma. Cuando media Europa sonreía por un gesto que se ha considerado “necesario”, la mayoría de habitantes del Donbás llevaba al menos seis horas en el interior de sus casas. En Kramatorsk, el toque de queda comienza a las 20.00 horas y durante la madrugada del sábado, una subestación de energía fue alcanzada por el fuego enemigo.

Además, el alcohol está prohibido. Una ley seca que afecta a supermercados y restaurantes y que ha dejado esta semana imágenes que quedarán en el recuerdo de sus vecinos al irrumpir la policía a comercios, llevarse cajas llenas de botellas y romperlas en plena calle.

En otras ciudades como Dnipro las sirenas sonaban pasadas las tres de la mañana (hay una hora de diferencia), al igual que en regiones como Kiev, Odesa o Zaporiyia.

Un peligro aéreo que no ha cesado desde el 24 de febrero y llevó a Timur Miroshnychenko, comentarista ucraniano del evento, a realizar su conexión en directo desde un búnker.

Ironía con las armas

Hasta 28 países otorgaron en su voto popular los 12 puntos a Ucrania, incluida España, y otros ocho concedieron 10, la segunda máxima puntuación. De los 39 países, tan solo Macedonia del Norte, Malta y Serbia otorgaron un puntaje inferior.

Lejos de las fronteras ucranianas, el guiño ha sido interpretado como un detalle necesario. Sin embargo, en las redes sociales del granero de Europa muchos han sido críticos, o al menos irónicos, con la postura de Occidente. Al mismo tiempo que las sanciones tardan en implementarse y no se alcanza un acuerdo en materia energética, la Unión Europea manda un mensaje de pretendida unidad con el pueblo ucraniano.

Los máximos apoyos reales están siendo Estados Unidos, que esta misma semana firmó una ley para un nuevo paquete de ayuda militar y humanitaria que superará los 30.000 millones de euros, y Reino Unido, que obtuvo la segunda posición en el certamen, tras superar en la última votación de la noche a la artista española.

¿Descalificación o Eurovisión en Mariúpol?

Otra polémica suscitada durante la noche fue si las palabras de Oleh Psiuk, rapero ucraniano en Turín, sobre el escenario podían descalificar al grupo que finalmente obtuvo el máximo reconocimiento tras la votación del jurado y voto popular.

El reglamento impide realizar discursos o gestos políticos, aunque desde la propia organización se apresuraron a asegurar que se trataba de un gesto humanitario. En anteriores ediciones hubo multas por mostrar banderas como la palestina.

Al mismo tiempo, Volodimir Zelenski aprovechó el momento para lanzar un mensaje entre sus compatriotas y también hacia el Kremlin: “¡Nuestro coraje impresiona al mundo, nuestra música conquista Europa! ¡El próximo año Ucrania será sede de Eurovisión! Por tercera vez en su historia. Y creo - no por última vez. Nos aseguraremos de que un día los participantes e invitados de Eurovisión reciban a la Mariupol ucraniana. ¡Libre, pacífica, restaurada! ¡Gracias por la victoria Kalush Orchestra y a todos los que votaron por nosotros! ¡Gloria a Ucrania”, escribió en la red social Facebook.

Hay que recordar que el ganador de Eurovisión es el encargado de organizar y albergar la siguiente gala. Esta sería la tercera ocasión para Ucrania, la segunda desde 2016, cuando los militantes prorrusos hacía dos años que controlaban un tercio de las provincias de Donetsk y Lugansk. Para cumplir su promesa, el país deberá continuar con una ofensiva que liberara la destruida ciudad portuaria del mar Azov, tras haber obtenido victorias en las denominadas Batalla de Kiev y Batalla de Járkov.

En estos momentos, los esfuerzos rusos han vuelto a cambiar de objetivo y se concentran en el Donbás, donde el propio mandatario ucraniano reconocía en el mensaje previo a la felicitación de sus artistas que la situación está complicándose y es “difícil”.

La guerra tiene sirenas y misiles y Eurovisión gestos y geopolítica, juntos dejan noches extrañas como esta.

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