El Gobierno francés prepara el terreno para una reforma de las pensiones que quedó congelada con el estallido de la crisis de la Covid y, aunque la duda es si se llevará a cabo antes o después de las elecciones presidenciales de la primavera de 2022, la línea dominante es retrasar la jubilación a los 64 años.



Esa es la hipótesis privilegiada por el ministro de Economía, Bruno Le Maire, que en una entrevista publicada este sábado por el diario Le Parisien lo justifica porque "si queremos que nuestros hijos vivan tan bien como nosotros, con un sistema de pensiones por reparto y un nivel de vida que aumenta, colectivamente tenemos que trabajar más". 



Interrogado sobre el riesgo de que esa reforma provoque el bloqueo del país por las protestas en contra, teniendo en cuenta la oposición de los sindicatos, Le Maire replica: "Cuando el país va mal, se nos dice que no es el momento de reformar. Cuando va bien, tampoco es el buen momento. En resumen, nunca es buen momento".



Pese a las encuestas que muestran un rechazo a que la reforma se lleve a cabo antes de las presidenciales, el titular de Economía considera que "los franceses son muy lúcidos".



"Saben" -insiste- que los paquetes masivos de fondos públicos para mantener a flote empresas y trabajadores durante la crisis han hecho que la deuda se dispare a cerca del 118 % del producto interior bruto (PIB).



Si bien admite que pretender sanear las cuentas públicas rápidamente, como se hizo tras la crisis financiera de 2008, "sería un error que detendría el crecimiento, no tener una estrategia clara sobre ese tema sería un error".



Le Maire recuerda, además, que su Gobierno se ha comprometido a no aumentar los impuestos.



En una línea similar, el ministro de Interior, Gérald Darmanin -otro de los pesos pesados de la mayoría del presidente, Emmanuel Macron- reitera el mensaje en otra entrevista este sábado al diario Le Figaro de que sobre las pensiones hay que decir la verdad a la gente.



"Tenemos un déficit muy importante, una deuda colosal a causa de la covid. Ahora los tipos de interés son muy bajos. Pero el día que aumenten, estaremos obligados a tomar medidas que afectarán al pueblo. Por tanto, es preferible un discurso de responsabilidad a verse forzado por la coyuntura".



Darmanin pide, al mismo tiempo, gestos de "responsabilidad" a la patronal, que a su juicio puede "repartir mejor los frutos de la riqueza" con el llamado mecanismo de "participación", que consiste en dar a los empleados una parte de los beneficios de las empresas, al margen del salario.



A finales de junio se filtró en el periódico económico Les Echos -se presume que de forma interesada- la idea que barajan varios de los más directos consejeros de Macron de retrasar progresivamente la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.



Se trataría de adoptar muy rápidamente esa medida, que afectaría a las generaciones nacidas a partir de 1961, antes de las elecciones presidenciales y de incluirla desde octubre en los presupuestos para 2022.



Así recibiría la sanción popular con ocasión de las presidenciales en las que se da por descontado que Macron volverá a presentarse. Para él sería una forma de intentar atraer al electorado de derechas y de dar garantías a los actuales jubilados sobre el futuro de sus pensiones.



Con ese dispositivo, los nacidos en 1961 tendrían que jubilarse con 62 años y medio. Y a partir de la generación de 1964 a los 64 años.

Noticias relacionadas