Al menos 22 palestinos, entre ellos nueve niños, murieron este lunes en la Franja de Gaza y 65 resultaron heridos en plena escalada de violencia con Israel, que incluyó el disparo masivo de cohetes desde el enclave, que hicieron sonar las alarmas en una tensa Jerusalén.



El Ejército israelí bombardeó en respuesta en la Franja, aunque no pudo asegurar que todos los fallecidos fueran por estos ataques. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió de que los disparos palestinos cruzaron hoy una "línea roja", mientras seguían sonando las alarmas antiaéras en distintas partes de Israel.



Como se preveía, y tras semanas de disturbios en Jerusalén, este lunes la Ciudad Santa amaneció con alta tensión y la irrupción de la Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, que dejó más de 300 heridos en enfrentamientos.



Las escaramuzas en la Puerta de Damasco, una de las principales entradas en la ciudad amurallada, comenzaron también desde la mañana cuando decenas de palestinos se congregaron para impedir el paso de una marcha ultranacionalista judía por Jerusalén Este ocupado.



Mientras, las brigadas Ezdin al Qasam, el brazo armado de Hamás, lanzaron un ultimátum a Israel para que retirara a los agentes policiales de la Explanada y del barrio jerosolimitano de Seij Yarrah, también con protestas diarias, y liberara a los detenidos en los disturbios de estos días.



Poco después de alcanzarse el plazo límite de la amenaza sonaron las alarmas antiaéreas en Jerusalén, algo que no sucedía desde 2014.

Decenas de cohetes en Gaza

El brazo armado de Hamás disparó siete proyectiles, seis de ellos dirigidos a Jerusalén, de los que cuales uno fue interceptado, otro cayó en una casa a las afueras de la ciudad y el resto en áreas despobladas. Las explosiones se escucharon en toda la ciudad.



Milicias palestinas se unieron al lanzamiento y durante toda la tarde se registraron más de 50 disparos, sobre todo contra las comunidades israelíes colindantes con la Franja.



Además, el grupo islamista Yihad Islámica Palestina se atribuyó el lanzamiento de un misil antitanque contra un vehículo israelí, que hirió levemente a un civil.



"Tenemos la capacidad, la autoridad y la intención de dar un fuerte golpe a Hamás", aseguró un portavoz del Ejército israelí en respuesta a los disparos de hoy, y adelantó que prevé que "la escalada dure un tiempo prolongado".



Un portavoz militar confirmó esta tarde bombardeos de represalia contra objetivos de Hamás, que controla de facto el enclave, y ataques selectivos que mataron a tres milicianos.



Testigos de Beit Hanun, donde se produjo una de las explosiones, dijeron que la muerte de los menores y otros palestinos se produjo por el lanzamiento de un cohete fallido que cayó en una vivienda. El Ministerio de Sanidad del enclave confirmó la muerte de 20 personas e informó que la cifra de heridos llegó a 65.

Tensión en jerusalén

La tensión en la Ciudad Santa llevó a la Policía israelí a desviar en el último momento la ruta de la marcha de ultranacionalistas judíos que cada año conmemora el Día de Jerusalén, por lo que consideran la reunificación de la ciudad en 1967, que para la población palestina supuso el inicio de la ocupación.



Sin embargo, los disturbios continuaron en torno a la Ciudad Vieja y ante el sonido de las alarmas antiaéras los palestinos congregados en la Puerta de Damasco celebraron el lanzamiento de cohetes desde Gaza.



El Muro de las Lamentaciones, el principal lugar de culto judío y donde finalizó la marcha de este lunes, que quedó interrumpida, fue evacuado temporalmente.



La situación de Jerusalén Este ocupado ha sido el detonante de este nuevo pulso entre palestinos e israelíes. Con el inicio del Ramadán, el bloqueo de las escalinatas de la Puerta de Damasco, que más tarde se levantó, generó un movimiento de protesta entre los jóvenes que ha ido creciendo hasta provocar enfrentamientos diarios con la Policía israelí.



De forma paralela, el barrio de Seij Yarrah, también en la parte oriental de la urbe, registra desde hace semanas protestas diarias contra el posible desalojo de familias palestinas en favor de organizaciones judías.



La irrupción de la Policía israelí en la Explanada y en la mezquita de Al Aqsa -tercer lugar más sagrado para el islam- del pasado viernes y de esta mañana con cientos de heridos también incrementó la tensión.



Cisjordania y comunidades árabes de Israel también han celebrado protestas en apoyo a las revueltas en Jerusalén.



"Estamos en una lucha que se ha extendido a varios frentes: Jerusalén, Gaza y otras partes del país", admitió hoy Netanyahu y advirtió de que Israel "responderá con fuerza" y que no permitirá "que hagan daño a nuestro territorio, nuestra capital, nuestros ciudadanos y nuestros soldados". 

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