Teherán

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca parece no calmar las pretensiones nucleares de Irán. El resultado de las elecciones estadounidenses de noviembre se miraban de reojo desde Riad, y la victoria demócrata parecía plantear una vuelta al pacto del que se salió Donald Trump hace tres años.

Nada más lejos de la realidad. Irán ha puesto en marcha este lunes un proceso para enriquecer uranio a una pureza de 20%, algo que viola el acuerdo alcanzado en 2015 y que podría hacer que Biden se replantee sentarse con los ayatolás.

El proceso para conseguir uranio de mejor calidad se desarrolla en la planta subterránea de Fordo. Allí los técnicos han comenzado a inyectar gas en las centrifugadoras, según informó el portavoz del Gobierno iraní, Alí Rabií.

Este nuevo avance constituye el último incumplimiento por parte de Irán del pacto nuclear alcanzado con seis grandes potencias mundiales: Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Francia y Reino Unido. El acuerdo se encuentra en horas bajas desde que Washington se saliese del mismo en 2018.

En este momento de la partida, cada vez importa menos la posición del Gobierno del presidente Hasán Rohaní, que representa a la parte moderada del país. Rohaní no puede volver a presentarse a la reelección y se espera que en los comicios del próximo junio arrasen los conservadores.



Los llamados principalistas siempre han sido más reacios a un buen entendimiento con Occidente y, en especial, con EE UU, por lo que su eventual victoria hará que probablemente Irán se enroque más en sus posiciones, dificultando cualquier acercamiento de Biden.

Niveles de enriquecimiento

Un año después de la salida de EEUU del acuerdo, conocido como JCPOA por sus siglas en inglés, y de su reimposición de sanciones, Irán empezó a reducir gradualmente el cumplimiento de sus compromisos nucleares.



El JCPOA, que limita el programa nuclear iraní a cambio del alivio de las sanciones internacionales, estipula entre otras restricciones que Irán no puede enriquecer uranio a un nivel superior al 3,67%.



Las autoridades persas ya superan desde 2019 ese límite de pureza máxima, pero solo hasta un 4,5%, con el objetivo de presionar a los otros signatarios del pacto para que contrarresten las sanciones estadounidenses.



Antes de la firma del acuerdo, Irán alcanzó un nivel de enriquecimiento del 20%, por lo que se había advertido de que era tarea fácil volver a hacerlo.



Esta pureza sigue estando, no obstante, muy por debajo del 85-90% necesario para fabricar una bomba nuclear, la principal preocupación de la comunidad internacional, pese a que Irán siempre ha negado tener ese objetivo.



Según indicó el portavoz gubernamental, el proceso de inyección de gas en las centrifugadoras de Fordo comenzó tras la orden dada por el presidente Rohaní con el fin de implementar una reciente ley aprobada por el Parlamento iraní.

Ley controvertida

Esa ley, que contó con la oposición del Gobierno por considerarla dañina para la diplomacia y el eventual entendimiento con la administración de Biden, estipula producir cada año 120 kilogramos de uranio enriquecido al 20%.



Fue aprobada pocos días después del asesinato a finales de noviembre del destacado científico nuclear iraní Mohsen Fajrizadeh, de quien se sospecha que dirigió el supuesto antiguo programa secreto iraní para desarrollar armas atómicas. Irán acusó a Israel de estar detrás del homicidio.



El Parlamento iraní, dominado por los conservadores, ha obligado también con esta ley al Gobierno a emplear al menos 1.000 centrifugadoras avanzadas IR-2M en la instalación de Natanz, en otra vulneración del JCPOA, que solo permite a Irán usar centrifugadoras de primera generación.



La nueva normativa implica, además, que, si en un plazo de dos meses los otros signatarios no cumplen con sus obligaciones, Irán debe limitar las inspecciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).



El pasado 1 de enero, el OIEA ya informó de que Irán le había comunicado sus planes de enriquecer uranio hasta una pureza del 20%, como confirmó poco después el jefe de la Agencia de Energía Atómica de Irán, Alí Akbar Salehí.



Rabií aclaró que el proceso iniciado hoy se ha puesto en marcha después de "tomar medidas como informar al OIEA" y destacó que "dentro de unas horas estará disponible el primer producto UF6 (hexafluoruro de uranio)".

"Desviación" del acuerdo

La Unión Europea declaró este lunes que, "si este anuncio se implementa, constituirá una desviación considerable de los compromisos de Irán bajo el JCPOA, con serias implicaciones respecto a la no proliferación nuclear".



Por ahora, la UE ha evitado pronunciarse sobre si esta actuación supone el fin del pacto nuclear y prefirió esperar el análisis de la OIEA, que hoy tiene previsto reunirse con los países que aún respaldan el acuerdo.



Menos conciliador se mostró Israel, archienemigo de Irán, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió a Teherán de que su país "no permitirá que desarrolle armas nucleares".



"La decisión de Irán de seguir violando sus obligaciones y aumentar el enriquecimiento de uranio (...) no tiene otra explicación que su deseo de avanzar hacia su objetivo de desarrollar un programa nuclear militar", señaló Netanyahu en Twitter.



Israel fue desde el principio uno de los principales detractores del JCPOA y presionó a la Administración estadounidense de Donald Trump para que abandonara el acuerdo.



Por el contrario, Biden se ha mostrado dispuesto a volver al pacto, aunque ha insistido en que deberían renegociarse algunos puntos, como las fechas del fin de las restricciones, e incluirse otros asuntos, como el programa de misiles balísticos de Irán.



Al respecto, el portavoz iraní de Exteriores, Said Jatibzadeh, reiteró hoy en una rueda de prensa que Irán no volverá a negociar ningún punto del JCPOA ni su capacidad defensiva.



Jatibzadeh recordó que lo que Teherán exige es "la plena implementación del JCPOA sin condiciones y la compensación de los daños infligidos a Irán por parte EEUU".

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