Ni siquiera la pandemia por el coronavirus ha estropeado la popular fiesta Go Topless Jeep que se celebra cada año en Crystal Beach, Texas. Este año, cientos de personas acudieron a la celebración, aun a riesgo de contagiarse, y el evento terminó con casi 200 detenidos y dos personas con heridas de bala.

El pasado fin de semana Crystal Beach, en el condado de Galveston, se llenó de vehículos de cuatro ruedas y cientos de personas dispuestas a pasar unos días de fiesta: bebiendo, disfrutando de la música, la playa y los todoterreno. 

A pesar de que los asistentes fueron muy criticados en las redes sociales por no respetar las medidas mínimas de seguridad como el distanciamiento social, ninguna de las 189 detenciones que se produjeron a lo largo del fin de semana tuvieron relación con la crisis sanitaria. 

"No hay forma de lidiar con la regla de los 'seis pies'. Es casi imposible hacerla cumplir", declaró el sheriff del condado, Henry Trochesset, a la cadena 12 News Now, en relación a la norma de mantener seis pies de distancia entre personas para evitar el contagio. Trochesset explicó que la mayoría de las detenciones fueron por delitos menores, como "citaciones de tráfico o conducir en estado de ebriedad". 

El mayor incidente ocurrió cuando un hombre disparó a un grupo de personas y terminó hiriendo a dos, cerca de la medianoche del sábado. "Un grupo de hombres comenzó a pelear y de ahí se pasó a mujeres peleando. Mientras las mujeres peleaban, un hombre fornido sacó un arma de fuego y disparó", dijo el sheriff.

En ese momento nadie fue detenido y no se sabe si han encontrado al autor de los hechos. Según informó la KXAS-TV, la investigación sigue abierta. Los dos hombres heridos fueron trasladados el domingo a la Rama Médica de la Universidad de Texas (UTMB -por sus siglas en inglés-) para someterse a una cirugía. Se desconoce su estado. 

No es la primera vez que se producen graves incidentes en esta fiesta. El año pasado, 129 personas fueron detenidas y seis tuvieron que ser hospitalizadas. Por se motivo, la Oficina del Sheriff había aumentado este año la presencia policial, aunque ello no evitó el tiroteo. Concretamente, se dispusieron 70 patrullas suplentes adicionales en la playa y el Departamento de Transporte de Texas envió a 30 soldados estatales como refuerzo, informó el portal Chron.com.

"Derecho a salir de fiesta" 

El miedo al COVID-19 ha provocado una menos afluencia a la fiesta, aunque ha habido 60 arrestos más que el año anterior, pero eso no ha evitado una abrumadora multitud. "Tomamos precauciones y, por supuesto, estamos a salvo, pero al mismo tiempo, tenemos que vivir", afirmó al Daily Mail Joey Roy, que acudió a Crystal Beach con su novia. "Este es nuestro derecho. Por eso vivimos aquí. Es por eso que Estados Unidos es genial", aseveró el hombre, de 46 años.

"Hemos estado en cuarentena y, como que, necesito salir y salir de fiesta", dijo otra mujer a 12 News Now, que, dirigiéndose a la cámara, exclamó: "¡Lávense las manos por 20 segundos!".

El estado de Texas, con una población de 30,5 millones de personas, reabrió parte de su economía el 1 de mayo, y el pasado lunes pasó a la segunda fase de su plan de desescalada. No obstante, en el momento de celebración de la fiesta todavía permanecía la norma de evitar las grandes aglomeraciones. Por ejemplo, todavía está prohibido que en los espacios cerrados haya una ocupación de más del 25% del aforo. 

Desde que comenzó el desconfinamiento en Texas, han repuntado los casos y es habitual que se registren más de mil diariamente. El martes el número total de contagios era cercano a los 50.000 y ya se han producido más de 1.300 muertes

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