Muchos transalpinos conocen bien a Luca Zaia. Tras ejercer como ministro bajo el Ejecutivo de Silvio Berlusconi entre 2008 y 2010, desde hace 10 años es el presidente de la región italiana de Véneto, el segundo territorio más productivo del país. Y la primera área europea, junto a Lombardía, en infectarse por Covid-19. A raíz de la crisis sanitaria del coronavirus, Zaia ha sido un firme defensor del modelo véneto, así pues, la fórmula que contempla la realización de test diagnósticos masivos sobre la población.

Según lo recientemente publicado en la prensa transalpina, Zaia y su equipo gozan de una popularidad de más del 90% en los sondeos: "Es un reconocimiento de lo que hacemos y de cómo lo hacemos. Lo cual significa que también muchos que no nos votan comparten lo que estamos haciendo en la gestión de la crisis del coronavirus", opinó el presidente de la región Véneto en un encuentro con los corresponsales extranjeros en Italia, presenciado por EL ESPAÑOL.

Apuesta por test masivos

La apuesta por unos test masivos sobre la población para aislar el coronavirus llegó la misma noche que arrancó la epidemia en Europa, el 21 de febrero, momento en el que se detectaron en Italia dos focos de infección, a la vez: uno en Codogno (Lombardía) y otro en Vo’ Euganeo (Véneto). "La opción de los test diagnósticos a gran escala la tomé personalmente. Aunque la ley no menciona la obligatoriedad de hacer test, actuamos desde el mismo momento en el que conocimos la existencia de dos contagiados en Vo’ Euganeo", explica Zaia.

El resultado, en la región del Véneto, es muy positivo teniendo en cuenta la desafortunada situación acerca de la Covid-19 en Lombardía, territorio que representa un tercio de los contagiados y más de la mitad de los fallecidos: "Ahora tenemos unos datos epidemiológicos muy positivos, con sólo 44 personas en terapias intensivas, que llevan ingresadas desde hace muchas semanas", explica el presidente véneto.

Salvini, a lo largo de la crisis sanitaria del coronavirus, ha utilizado el peso de la soberanista Liga en las regiones en las que gobierna como arma arrojadiza contra el Ejecutivo nacional del primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Dicho en breve, el líder nacionalista ha enfocado la situación véneta como un ejemplo a seguir, y la también leguista Lombardía como un emblema de las responsabilidades del primer ministro transalpino. Lo cierto es que Lombardía y Véneto son dos regiones colindantes, víctimas de los primeros dos focos de contagio en Europa y gobernadas por la Liga de Salvini.

Un cocinero italiano, ataviado con una mascarilla. Reuters

Distinta incidencia respecto al resto del país

"¿Por qué la contención del coronavirus ha sido tan distinta en ambos territorios?", preguntaron algunos corresponsales. "No sería correcto comparar los casos de Véneto y Lombardía", afirma Zaia, hace hincapié en que cada "sistema regional de salud es distinto a los demás" y en que "Lombardía no ha tenido suerte en relación al coronavirus debido al alto número de contagios". El presidente véneto, quien no considera oportuno dar ningún consejo a su homólogo y compañero leguista, Attilio Fontana, pone el foco en las “características territoriales” de Lombardía que Véneto no tiene, como "los flujos de población" y las "áreas metropolitanas".

El éxito de Zaia favorece y a la vez desgasta a su partido, la Liga del soberanista Matteo Salvini: por un lado, bien es cierto que el Véneto se consolida como bastión leguista; pero por el otro, destapa una posibilidad, por muy lejana que sea, que Salvini un día pueda tener otro competidor en el seno de su misma formación, a escala nacional. Hecho que, evidentemente, Zaia rechaza con contundencia: "No estoy interesado en la política nacional, me gustaría que se me dejara tranquilo en este aspecto", dice Zaia a la Prensa Extranjera.

No estoy interesado en la política nacional, me gustaría que se me dejara tranquilo en este aspecto

Luca Zaia, Presidente de Véneto

La cuestión es que, a lo largo de los últimos meses, marcados por la crisis sanitaria de la Covid-19, la Liga del soberanista Matteo Salvini está perdiendo muchos puntos en los sondeos: "Los datos de la Liga no son puros, ya que últimamente se ha hablado sólo de coronavirus. Los datos verdaderos los tendremos cuando salgamos de la actual situación epidémica. Igualmente, la Liga sigue siendo el primer partido a nivel nacional", opina Zaia en defensa de su formación.

Una "relación de colaboración leal"

No obstante el Gobierno italiano de Giuseppe Conte sea de corte izquierdista y Luca Zaia pertenezca a la derechista Liga –donde Matteo Salvini, antes o después, quiere volver al Ejecutivo ya que actualmente convence a 1 de cada 4 italianos–; el presidente véneto, en la actual crisis sanitaria del coronavirus, considera que la suya es "una relación de colaboración leal con el Gobierno italiano" y que por eso “nunca ha habido ataques hacia el mismo".

Esto no significa que no haya críticas al equipo de Conte, ni muchísimo menos. De hecho, según Zaia, faltan "acciones más incisivas" para el sistema productivo del país. El presidente del Véneto, igualmente, ilustra un clima en el que todos los territorios transalpinos están colaborando para afrontar la epidemia: "Nunca hemos sido contra los decretos leyes del Ejecutivo. Las regiones han apoyado siempre al Gobierno, no obstante hubiera algunas divergencias, para dar una señal de unión en la crisis del coronavirus".

Desde hace unos días, acaba de arrancar en Italia la última fase del desconfinamiento y la consiguiente convivencia con el coronavirus. Luca Zaia, desde hace una década presidente de la región de Véneto, tras el fin del confinamiento nacional asegura que "con las reaperturas, hemos trasladado la responsabilidad desde los hospitales a los individuos" y lanza una advertencia: "Los ciudadanos somos la verdadera cura contra el coronavirus. Si los individuos actúan mal, la responsabilidad vuelve de nuevo al hospital. Invito a todos que usen las mascarillas y sean respetuosos. Desgraciadamente hay algunos que no lo son. Si los datos volvieran a empeorar, habría que apostar de nuevo por el cierre, pero sería una derrota. A pocos metros de la meta, como en el juego de la oca, tendríamos que volver de nuevo a la casilla de salida”.