El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, ha aterrizado este domingo en Biarritz, en el suroeste francés, en plena celebración de la cumbre del G7 en la ciudad. En estos momentos se encuentra reunido con su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian, en un encuentro por sorpresa al margen de la cumbre del G7.

La decisión del encuentro es una iniciativa francesa que se adoptó anoche al constatarse en la cena informal de líderes del G7 que "había elementos que permitían una buena convergencia", según informaron fuentes del Elíseo, que añadieron que Zarif no tiene previsto reunirse con representantes de Estados Unidos en Biarritz.

La llegada del ministro se produce en medio de la confusión después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, asegurara que la cumbre le había encargado de mediar en las relaciones con Irán. Este domingo, el presidente intervino nuevamente  para aclarar la confusión creada acerca del supuesto encargo y reconoció que este grupo de potencias “no puede otorgar un mandato formal”.

”El G7 no es una instancia que dé un mandato formal, no es una organización estructurada que tenga mandatos y competencias. Somos siete países soberanos que se ponen de acuerdo en torno a una mesa”, declaró a la prensa Macron.

Asimismo, explicó que la iniciativa francesa de dialogar con Irán es una más, junto a otras como la de Japón, para conseguir los objetivos que se ha fijado el G7: evitar que Irán desarrolle el arma nuclear y garantizar la estabilidad regional y que descienda la tensión.

El Gobierno francés había anunciado esta mañana que los líderes del G7, reunidos en una cumbre en Biarritz (suroeste de Francia) habían encomendado a Macron que “dirigiese un mensaje” a Teherán, algo que Trump desmintió poco después del ser preguntado por el asunto, lo que originó un embrollo diplomático.

Para Macron, todas las líneas de actuación pueden ser válidas para alcanzar los fines, ya que “si los europeos no hubieran mantenido el acuerdo con Teherán, Irán lo habría abandonado, (pero) si no hubiese habido una política de sanciones y presión, habría probablemente menos voluntad de moverse por parte de los iraníes”.

El presidente francés tiene la intención de continuar sus contactos telefónicos con el régimen de los ayatolás, tras haber recibido el viernes en París al ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif.

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