Irán está a un paso de incumplir el histórico acuerdo nuclear de 2015, dejando la puerta abierta a un "aumento ilimitado" en la reserva de uranio enriquecido del país, en medio de las crecientes tensiones con Estados Unidos (EEUU). 

La Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI) anunció este lunes que a finales de junio sus reservas de uranio enriquecido superarán el límite de 300 kilogramos estipulado en el acuerdo nuclear de 2015. El anuncio de la AEAI fue la última señal del país de que abandonará el pacto a menos que los otros firmantes del acuerdo ayuden a Irán a evitar el castigo de las sanciones económicas de EEUU impuestas por el presidente Trump.

"Hoy empieza la cuenta atrás para que las reservas superen los 300 kilogramos de uranio enriquecido, y dentro de 10 días, el 27 de junio, pasaremos ese límite", aseguró el portavoz de la AEAI, Behruz Kamalvandí.

En una rueda de prensa televisada desde el reactor de agua pesada de Arak, Kamalvandí insistió en que han cuadruplicado la producción de uranio y que el ritmo "va a ir acelerándose". El portavoz informó asimismo de que en dos meses y medio se superará también el umbral de 130 toneladas permitidas de almacenamiento de agua pesada.

Las medidas anunciadas se enmarcan en un clima de creciente tensión entre Irán y EEUU, que ha ido aumentando desde que, en 2018, Trump decidiera retirar al país del acuerdo. El pasado 8 de mayo, Irán ha decidido suspender la aplicación de algunos de sus compromisos nucleares en respuesta a la retirada de EEUU del pacto de 2015 y al fracaso del resto de firmantes en contrarrestar las sanciones estadounidenses.

Justo al cumplirse un año de la salida unilateral de EEUU del histórico acuerdo, el presidente iraní, Hasan Rohaní, anunció que dejaban de exportar los excedentes de agua pesada y uranio enriquecido. Rohaní dio, además, una moratoria de 60 días al resto de signatarios (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) para que solventen las actuales restricciones al sistema bancario iraní y a la venta de petróleo.

De no garantizarse estos puntos, el mandatario advirtió de que tampoco cumplirían con el compromiso de mantener el enriquecimiento de uranio por debajo del 3,67% y completarán el reactor de agua pesada de Arak.

Kamalvandí explicó que los próximos escenarios serán determinados por las autoridades iraníes "según las necesidades del país" y que todavía esperan las ordenes. Estos nuevos pasos, incluido el rediseño de Arak, dependen de la reacción de los otros firmantes del pacto nuclear, especialmente de los países europeos que, según el portavoz, "todavía tienen tiempo".

No obstante, advirtió de que Irán no va a ampliar el plazo de 60 días otorgado en mayo, pese a que Europa expresó su rechazo a cualquier ultimátum.

Europa, atrapada

Mientras la distancia se amplía entre Estados Unidos e Irán con respecto al acuerdo nuclear de 2015, la Unión Europea se encuentra atrapada entre ellos, sin una forma fácil ni rápida de responder a su dilema.

Los europeos han estado tratando de encontrar una manera de compensar las sanciones estadounidenses y proteger el comercio con Irán, apaciguando a Teherán y salvando los límites del acuerdo sobre el programa nuclear, pero con poco éxito.

Los europeos han estado trabajando en torno a las sanciones estadounidenses que permitirían a las empresas europeas hacer una especie de comercio de trueque con Irán sin utilizar el dólar o los bancos ordinarios. Establecido por Alemania, Gran Bretaña y Francia, el mecanismo, llamado Instex, o "Instrumento de apoyo a los intercambios comerciales", se encuentra en sus etapas iniciales y se basaba en que Irán estableciera un sistema similar, algo que ocurrió solo a fines de abril.

Pero hasta ahora, incluso Instex solo se ha visto como una forma de intercambiar artículos que no están cubiertos por las sanciones estadounidenses, incluidos productos médicos, alimentos y ayuda humanitaria.

No hay indicios de que las compañías europeas, que hacen mucho más comercio con Estados Unidos que con Irán, quieran usar Instex y se arriesguen a ser castigadas de alguna manera por Washington.

"Nunca se pensó en Instex como una medida económicamente eficiente", dijo Pierre Vimont, ex secretario general ejecutivo del Servicio Europeo de Acción Exterior, la agencia de asuntos exteriores y defensa de la Unión Europea. "Siempre se consideró una respuesta política para subrayar a Irán que nosotros, como Rusia y China, seguimos comprometidos con el acuerdo nuclear".

Rusia, país que depende menos del sistema bancario estadounidense y bajo su propio conjunto de sanciones de Washington, ha prometido seguir negociando con Irán, al igual que China, que ha sido el principal comprador de petróleo de Irán. 

Pero no está claro cómo los europeos podrán proteger el sistema bancario iraní o su comercio de petróleo, especialmente ahora que Washington, a partir del 1 de mayo, ha cancelado las exenciones que permitieron a algunos países comprar petróleo iraní.

Esa medida fue duramente criticada por la Unión Europea y los ministros de asuntos exteriores de Gran Bretaña, Francia y Alemania en una declaración el sábado, que también señaló que Irán continuaba respetando los términos del acuerdo nuclear.

Una portavoz de Federica Mogherini, la jefa de política exterior del bloque, dijo que su oficina estaba "totalmente comprometida" con el acuerdo con Irán, calificándolo de "logro clave de la arquitectura mundial de no proliferación nuclear, que es en interés de la seguridad de todos".

Pero los europeos están divididos, y algunos países no están dispuestos a enfrentar al presidente Trump por un tema "que es una prioridad para la administración de los Estados Unidos", dijo Vimont.

No está claro que Europa pueda responder de manera eficaz en cualquier caso. “¿Qué tipo de iniciativa hay para salir de esto?”, preguntó Vimont. "No veo uno".