El atentado de Nueva Zelanda, transmitido en directo por su autor, Brenton Tarrant, ha vuelto a desatar las críticas sobre el papel y la utilización de las redes sociales en este tipo de hechos. Facebook indicó este domingo que durante las 24 horas posteriores al ataque, en el que murieron 50 personas y otras 50 resultaron heridas, retiró 1,5 millones de vídeos en todo el mundo, 1,2 millones de ellos bloqueados cuando eran cargados.  

La primera ministra, Jacinda Ardern, llamó a los responsables de todas las redes sociales a tomar medidas para prevenir la incitación al odio y la violencia. Ardern aseguró que Facebook e Instagram siguen retirando imágenes del atentado pero consideró que estas plataformas pueden hacer más.

"Llamaría a las plataformas de redes sociales a demostrar sentido de responsabilidad. Hay mucho trabajo que debe hacerse", insistió.

En este sentido, un juez de Nueva Zelanda ha imputado a un adolescente dos cargos por distribuir las imágenes del atentado en las dos mezquitas de Christchurch, que fue retransmitido en directo por el asaltante a través de Facebook.

El joven, de 18 años, también fue imputado por publicar material diverso la semana previa al atentado, incluidas imágenes de la mezquita con las palabras "objetivo identificado" y mensajes que alentaban a la violencia.

El juez del tribunal de Christchurch, que mantiene el caso bajo secreto de sumario, le aceptó la solicitud de mantener su nombre bajo anonimato pero le rechazó la petición de libertad bajo fianza. Está previsto que el imputado comparezca de nuevo ante el juez el próximo 8 de abril.

El adolescente fue detenido después del asalto del viernes y a raíz de la investigación abierta, confirmó el domingo la Policía, que calificó su implicación en el suceso de "tangencial".

Se trata de una de las tres personas que permanece bajo custodia policial, entre ellas el autor de la masacre, el australiano Brenton Tarrant, de 28 años, quien se encuentra en prisión provisional tras ser imputado el sábado con un cargo de asesinato.

El tercer detenido es un hombre que fue arrestado armado dentro de su coche, cerca del cordón policial dispuesto alrededor de una de las mezquitas, y que ha sido imputado por posesión de armas.

La policía considera que tanto éste como el joven no tienen ninguna implicación en el atentado.