Elif K., una mujer turca, ha sido enviada a prisión tras admitir que había torturado sistemáticamente a su bebé de nueve meses. La mujer se dedicaba a inyectar lejía y jabón líquido en varias partes del cuerpo del su hija. "Desde que tenía un mes de edad, le inyecté lejía y jabón líquido en las orejas, la nariz y el ombligo", dice la mujer.

También le procuraba cortes con una navaja por todo el cuerpo. "Le cortaba con una navaja en la cabeza, los ojos, las piernas, los brazos y el pecho". Asegura que lo hacía porque no sentía afecto por su hija. "No podía amar a mi hija, no podía abrigarme con ella. Decidí torturarla", asegura la mujer.

"Desde que tenía un mes de edad, le inyecté lejía y jabón líquido en las orejas, la nariz y el ombligo, hasta que comenzó a sangrar. Entonces la llevé al hospital para recibir tratamiento. Cuando la dejaron volver a casa, continué torturándola. Le estaba inyectando lejía y jabón, además de cortarla con una navaja en la cabeza, los ojos, las piernas, los brazos y el pecho", relata la mujer.

No es la primera vez que Elif K. es detenida por la policía, pues antes de que la mandaran a prisión por admitir estas torturas hacia su bebé, ya había sido detenida en otras dos ocasiones. Ambas veces había sido puesta en libertad.

La niña fue trasladada al hospital hasta en tres ocasiones

Elif vivía con su marido y sus tres hijos en Avcilar, Estambul. Las primeras sospechas sobre la mujer surgieron después de que su hija estuviese enferma varias veces en poco tiempo. Su marido Eray, padre de la niña, la llevó al médico después de sangrar por las orejas y el ombligo, donde la madre le había inyectado la lejía y el jabón. Además, la pequeña presentaba moratones por todo el cuerpo.

Ante la imposibilidad de los médicos de descubrir qué le ocurría, y tras empeorar su salud, la pequeña fue trasladada al Hospital de la Facultad de Medicina de la Universidad de Estambul. Los médicos detectaron una fractura en el cráneo, rasguños y moratones, así que llamaron a la policía tras sospechar que podría estar ocurriendo algo.

La madre fue detenida e interrogada, pero consiguió convencer a los policías de su inocencia, por lo que fue liberada. Eylul, como se llama la niña, siguió empeorándose e ingresada de nuevo en el hospital. La madre fue interrogada una segunda vez, y otra vez liberada.

Para la tercera vez que la niña fue llevada al hospital, los médicos impidieron que Elif se acercara a su hija. Finalmente, esta vez, se entregó tras acudir con su hija al hospital y admitir que la había torturado, según publica Daily Mail.

Elif compareció en el tribunal, donde ha sido declarada culpable de torturar a su hija, y ha sido enviada a prisión, aunque sin una sentencia clara de momento. La pequeña Eylul vive ahora solo con su padre, y, según varios informes, se encuentra recuperando su salud.