La primera ministra británica, Theresa May, ha convocado a sus ministros a una reunión de urgencia este lunes. El motivo: la inminente votación definitiva para aprobar el brexit este martes en el Parlamento británico se retrasa, según ha confirmado la propia May esta tarde en Westminster. 

La premier ha justificado el retraso ante la fuerte oposición que existe sobre la salvaguarda sobre Irlanda del Norte, uno de los puntos más críticos del acuerdo de divorcio. Aunque ha vuelto a insistir en que era la única solución posible, May ha cambiado de postura y se reunirá de urgencia de nuevo con la UE para intentar arrancar nuevos compromisos "viables" que contenten a los que pensaban votar no. 

Pese a la presión del Parlamento británico para que May fijara una fecha para la votación, la premier se ha limitado a hacer referencia al 21 de enero, la fecha límite para la tramitación legislativa del acuerdo en Westminster. Theresa May ha alegado que necesita "volver a negociar el acuerdo del brexit con la UE" y hasta que esas conversaciones no empiecen, "no se podrá hacer una estimación del tiempo necesario para concluirlas". 

May señala que está buscando dar respuesta a las preocupaciones que los diputados manifestaron sobre la cuestión del 'backstop', pensado para evitar una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte. El objetivo de May sería conseguir que la UE reconociera que el 'backstop' no puede ser indefinido, de manera a evitar la posibilidad de que el Reino Unido pudiese quedar atrapado en la unión aduanera. 

Se trataría de un esfuerzo desesperado por conseguir cambiar las tornas de la votación, que hasta ahora apuntaban hasta una derrota casi segura para la primera ministra británica. 

El acuerdo alcanzado por la UE y Reino Unido para regular los términos del divorcio y marcar las líneas de la relación futura entre ambas partes necesita del voto afirmativo de 320 parlamentarios. Los conservadores suman 315 en Westminster pero ni siquiera en las filas tories iban a votar en el mismo sentido. Los socios de Gobierno de May, el DUP de Irlanda del Norte, ya había advertido que votaría en contra. En la misma línea se ha manifestado el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn. 

La decisión de última hora pretende evitar un humillación en la Cámara de los Comunes, que con toda probabilidad iba a tumbar el acuerdo que May ha defendido a capa y espada como el "único posible". 

La estrategia de May para sacar adelante al acuerdo y sobrevivir políticamente se centra en repetir un mantra confirmado por Bruselas, no hay margen para negociar otro acuerdo. "Si este acuerdo no sale adelante, volvemos a la casilla de salida", ha advertido. 

Corbyn pide a May que se vaya

Las reacciones de la oposición al inaudito retraso de la votación definitiva no se han hecho esperar. El líder laborista Jeremy Corbyn asegura que el Reino Unido ni siquiera tiene "un Gobierno en funciones" y señala que hasta el Ejecutivo cree que el plan de May para abandonar la UE "es un desastre". El líder laborista le ha espetado a May que "si no es capaz de renegociar el acuerdo del brexit", se vaya.

Por su parte, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, calificó de "patético y cobarde" el retraso de la votación en el Parlamento británico.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró que la UE no renegociará el acuerdo pero dijo que está dispuesto a discutir cómo facilitar que Londres lo ratifique. "No renegociaremos el acuerdo, incluyendo la salvaguarda (para Irlanda del Norte), pero estamos dispuestos a discutir cómo facilitar al Reino Unido la ratificación", dijo Tusk a través de la red social Twitter.