Diversos organismos en Holanda están pidiendo al Gobierno seguir los pasos de España y Suecia con una ley que exija el consentimiento explícito para mantener relaciones sexuales, pero los partidos políticos holandeses no ven "necesario" dar este paso y abogan por esperar a ver el efecto de estas normas.

"El sexo es una actividad en la que ambos quieren participar. Si ese no es el caso, entonces no es sexo", propuso, iniciando el debate en Holanda, la experta en cuestiones de género Janneke Stegeman, después de anunciarse que el Gobierno español propone una ley que considerará violación el sexo sin consentimiento explícito de los involucrados.

En declaraciones al diario holandés AD, Stegeman afirmó que la legislación actual en Holanda "no es suficiente" para proteger a las víctimas de una violación y pidió seguir los pasos de España pero también de Suecia, que endureció el marco legal el pasado 1 de julio para exigir la petición de permiso antes de tener relaciones sexuales.

Protestas por el caso de "La Manada" Reuters España

En un comunicado, el centro de educación sexual Rutgers explica que la actual ley holandesa solo considera culpable de violación a una persona si ha forzado a la otra a tener relaciones sexuales mediante la violencia o la intimidación, pero no tiene en cuenta ni protege a las que "no se pueden resistir, por ejemplo, porque están bloqueadas por el miedo" o la situación.

"En la ley holandesa actual tiene que haber coerción para que el acto sea punible, pero un 'no' debería ser suficiente para castigar al violador. En muchas violaciones, vemos que una víctima está paralizada por el miedo, no se resiste y la coerción no es necesaria. Pero ha sido violada", añadió la experta en violencia sexual del centro Willy van Berlo.

El ministro de Justicia y Seguridad, Ferdinand Grapperhaus, sin embargo, consideró "innecesario" cambiar la legislación actual en este punto porque "puede llevar a debates complicados" en los tribunales cuando haya un caso de violación. "Por supuesto, también observamos los acontecimientos en el exterior, pero aún no hemos tomado ninguna decisión al respecto", dijo el ministro, que está elaborando una nueva ley de delitos sexuales para penalizar, por ejemplo, la pornografía vengativa con hasta dos años de prisión, sin que se sepa aún si definirá la violación como sexo sin consentimiento explícito.

Sin embargo, Van Berlo insiste en que es importante un cambio legislativo porque "la gente a veces dice que sí primero, y luego no, o sí a los besos pero no a las relaciones sexuales" entre la pareja.

"Es muy importante que los niños y jóvenes aprendan a hablar sobre el sexo a edad temprana y sepan dónde están los límites a sus deseos y que dar permiso es muy importante. Tienen que aprender eso en la escuela y en casa. Por eso la ley requiere ajustes para proteger mejor a algunas víctimas", añadió.

El Parlamento holandés tampoco espera la inclusión del consentimiento explícito en la ley que está elaborando a día de hoy el Ministerio de Justicia. "Nuestras propias leyes morales son buenas y pronto se modernizarán para ofrecer una respuesta, por ejemplo, a los abusos en el mundo digital. Lo más importante es que debemos asegurarnos de que las víctimas siempre se sientan escuchadas y seguras de informar cuando han sido sometidas a algo tan terrible", dijo a la prensa el diputado liberal (VVD), Foort van Oosten.

Por su parte, la parlamentaria de Llamada Democristiana (CDA), Madeleine van Toorenburg, recordó que "aún no se sabe bien cómo funcionará la legislación en Suecia y España", y añadió que "hay rumores de que son legislaciones puramente simbólicas y que la seguridad jurídica se ve comprometida".

Una diputada de los Verdes, Kathalijne Buitenweg, también prefiere "esperar" a ver el efecto de las leyes sueca y española y si "la cantidad de casos de sexo forzado realmente disminuirá" tras la nueva legislación, mientras que el socialista Michiel van Nispen cree que siempre será "difícil de verificar" si alguien ha dado su permiso verbal.

El ultraderechista (PVV) Gidi Markuszower considera que el "verdadero problema" son las sentencias "excesivamente bajas" por violación y aboga a favor de una pena mínima de 20 años y, en caso de reincidencia, la cadena perpetua.