Londres

“Mi marido solía discutir mucho con Zac Goldsmith”, explica Anne, una mujer viuda de unos 70 años vecina de Barnes, la villa al suroeste de Londres que pertenece al distrito electoral del candidato conservador a la Alcaldía de la capital, Zac Goldsmith. “Discutían de política, mi marido le recriminaba que no hiciera nada para los niños ni para la gente sin techo, ni para los ancianos, le decía piense en ello, pero Goldsmith no tenía respuestas, mi marido siempre le ganaba con la dialéctica”, dice sentada en una cafetería.

El establecimiento está situado en una plazoleta muy cerca de la parada de tren de Barnes Bridge. Al fondo se atisba un puente y el río, con la escuela de remo a la otra orilla. La mujer, de elegantes arrugas y vivos ojos azules, fuma un cigarrillo de liar y da lentos sorbos a un café con leche mientras espera que sean las cuatro de la tarde para ir a recoger a sus nietos de la escuela. Su marido era trabajador del ferrocarril; siempre votó a candidatos laboristas. “Goldsmith nunca ha hecho nada por la gente, es egoísta, sólo sale a la calle en época de elecciones, el resto del tiempo lo pasa en su mansión de seis millones en Richmond Park; yo creo que es demasiado rico”, se queja Anne.

Zac Goldsmith, que tiene 41 años y procede de una de las familias más ricas del país, se enfrenta al laborista Sadiq Khan en las elecciones londinenses del jueves con el objetivo de suceder al saliente regidor de la urbe y compañero de partido, Boris Johnson. Su padre, James, era un político, hombre de negocios y fundador de un partido creado sólo para convocar un referéndum para salir de la UE y que funcionó de 1994 a 1997. Su madre es una habitual de la alta sociedad y tiene siete hermanos, entre ellos, Jemima, editora de la revista New Statement y casada con un famoso jugador de críquet paquistaní.

Goldsmith vive en una de las áreas más pudientes de Londres. Ione Saizar

Al igual que el primer ministro, David Cameron, y Boris Johnson, Zac Goldsmith fue enviado a estudiar a la elitista escuela de Eton, de la que fue expulsado después de que hallaran marihuana en su habitación. Más adelante, al recordar aquella época, dijo que la droga no era suya, aunque aceptó la decisión porque no era inocente del todo.

Su padre tenía una fortuna estimada de 1.200 millones de libras cuando murió en 1997. Goldsmith pertenece a ese 0,05 por ciento privilegiado de la población. Su riqueza procede de sus antepasados. Su abuelo fue parlamentario tory y empresario hotelero. Su padre estaba domiciliado fiscalmente en Francia y Zac heredó también este derecho de su padre hasta que, cuando consiguió un escaño en el Parlamento, David Cameron le convenció para que declarara sus impuestos en Reino Unido.

Al igual que su padre, Goldsmith es partidario de la salida del Reino Unido de Europa. Se dice que es fue uno de los motivos por los que Cameron apenas ha hecho campaña con Goldsmith.

La plaza en su distrito, que había estado tranquila hasta ahora, empieza a llenarse de madres que caminan con sus niños de la mano. “Aunque somos vecinos, a su esposa sólo la conozco a través de la prensa”, lamenta Anne, mientras se levanta, coge una bolsa de plástico con la merienda de sus nietos y se marcha.

Zac Goldsmith está casado en segundas nupcias con la heredera del imperio Guiness, con quien tiene dos niños. Previamente estuvo casado con la ecologista y joyera Shehrazade Goldsmith durante diez años y tuvieron tres hijos hasta que se separaron después de que él reconociera que le había sido infiel.

Goldsmith nunca fue a la universidad. Tras la escuela pasó un tiempo viajando por el mundo. Trabajó dos años en Estados Unidos en un think tank. Entre 1998 y el 2007 fue el editor de la revista The Ecologist, que era propiedad de su tío.

Algunos de sus vecinos le reprochan a Godsmith no tener programa. Ione Saizar

“Barnes es el último bastión del Londres inglés”, explica Tom, un hombre de unos sesenta y tantos sentado en un banco tranquilo y solitario frente a un estanque en lo que se conoce como el Green. “Si cruzas el puente de Hammersmith, al otro lado del río parece otra tierra distinta; Londres se ha vuelto muy multicultural”.

Tom creció en Ladgrove Road, cerca del mercado de Portobello, pero se trasladó a esta área de Londres hace 16 años porque “se volvió muy multicultural y no hay apenas gente inglesa, sólo unos pocos”. “El Londres real ya ha desaparecido, yo crecí cerca de Portobello Road, que era un auténtico cockney market, y todo eso ya ha desaparecido, y los comerciantes que tenían una parada ahí desde hacía generaciones, y tuvieron que desprenderse de sus paradas que pasaron a manos de extranjeros y de asiáticos. Los ingleses se han ido marchando”, asegura.

Tom asegura que Goldsmith representa a lo que él llama gente inglesa. Ione Saizar

Las elecciones a la Alcaldía de Londres nunca han sido sobre partidos sino más bien sobre los políticos y su personalidad. Y lo mismo sucede ahora. La confrontación entre Khan y Goldsmith es el enfrentamiento entre dos perfiles opuestos. Khan, hijo de inmigrantes paquistaníes (su padre fue conductor de autobuses), europeísta y educado en la escuela pública. Goldsmith millonario de familia pudiente, educado en Eton y euroescéptico.

Junto al lago, hay una muchacha sentada sobre un pañuelo gigante que está comiendo un emparedado, una madre que pasea a un niño en un carrito y avanza por entre los patos que descansan sobre la hierba en la orilla. Es una hora tranquila y silenciosa que rompe el estruendo de un avión que pasa rasgando el cielo, muy bajo. El aeropuerto de Heathrow está cerca. Al pasar por Barnes y por Richmond los aviones empiezan a descender. Goldsmith fue uno de los que se rebelaron en contra de su partido y se opusieron a la construcción de la tercera pista en el aeropuerto, incluso llegó a amenazar con dimitir como parlamentario.

“Goldsmith es muy popular en este área, éste es un fortín conservador, de clase media alta y alta, de una comunidad blanca y conservadora a la vieja usanza, con un sentimiento muy fuerte de comunidad, de que esté todo limpio y seguro”, cuenta Paul, un hombre inglés de unos 45 años vestido con un llamativo chándal que regresa a casa después de hacer ejercicio. “Un día vinieron a mi casa gente del partido de Goldsmith y me preguntaron a quién pensaba votar y cuando les dije que a Sadiq Khan, empezaron a decirme que Khan era musulmán y que podía tener conexiones con los extremistas, cosa que me extrañó porque Khan es un abogado pro-derechos humanos, pero éste fue su discurso, y definieron a Khan como la marioneta de Corbyn. Tradicionalmente ha sido un ecologista, pero no sé lo que propone”, concluye Paul, que trabaja en el sector de las finanzas y tiene un hijo que acaba de entrar en la escuela de St Paul, la más prestigiosa de la zona, “donde Cameron y Goldsmith enviarán a estudiar a sus hijos”.

Goldsmith ha sido muy criticado por la campaña negativa que ha hecho contra Sadiq Khan acusándolo de “extremista”, una táctica que le ha valido la regañina de políticos de su propio partido.  

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