La UE y Turquía sellaron un acuerdo para devolver a este país a todos los inmigrantes irregulares nuevos llegados a Grecia a partir del domingo, cuya aplicación en la práctica estará llena de dificultades. En un intento de despejar las dudas sobre la legalidad del acuerdo, la declaración conjunta aprobada subraya que se respetará el Derecho internacional y europeo, que no habrá expulsiones colectivas ni devoluciones en caliente, y que se estudiará cada demanda de asilo de manera individual.

"Es un día histórico", aseguró el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, quien consideró el acuerdo un paso muy importante en la relaciones entre Turquía y la UE.

Menos optimista se mostró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dijo: "no tengo ni idea de si se trata de un día histórico, pero sí es un logro en nuestras relaciones".

Vigilancia sobre la aplicación

Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias habían criticado duramente el plan al considerar que estaba al borde de la ilegalidad. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) celebró las aclaraciones legales, pero recalcó que ahora hay que ver cómo se desarrollan en la práctica, puesto que muchas de las garantías que se necesitan aún no existen.

Preguntado por qué piensa hacer para cumplir esa legalidad, Davutoglu dijo que "hasta ahora no ha habido una sola crítica al trato que Turquía da a los refugiados", al tiempo que aseguró que las condiciones de acogida para los refugiados están bien planeadas y que habrá que desarrollar junto a la UE nuevas capacidades de readmisión.

Hasta 300 millones en los próximos meses

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, calculó que el desarrollo del plan turcoeuropeo costará entre 280 y 300 millones de euros en los próximos seis meses y precisará del despliegue de 4.000 funcionarios de los Estados miembros y de las agencias europeas Frontex y Easo.

Asimismo anunció el nombramiento de un coordinador de las labores sobre el terreno, Maarten Verwey, y la concesión de 30 millones de euros de financiación de emergencia al Ejército de Grecia, lo que eleva a 180 millones los fondos destinados al país desde el año pasado.

Tusk aseguró que el acuerdo alcanzado es "una propuesta equilibrada", aceptable para todos los Estados miembros, y que recoge las preocupaciones de Chipre, reticente a acelerar el proceso de adhesión de Turquía a la UE hasta que este país no reconozca a la isla.

Resultados "satisfactorios"

El nuevo compromiso europeo es abrir antes de junio el capítulo 33 del proceso de adhesión de Turquía a la UE, el relativo a las provisiones financieras y presupuestarias, que se sumaría a la apertura de otros cinco capítulos ya pactados el año pasado.

"Los resultados son satisfactorios para todo el mundo", confirmó el presidente chipriota, Nikos Anastasiades, quien dijo que su país espera que Turquía implemente sus obligaciones del protocolo de Ankara y haga un esfuerzo para lograr una "solución pacífica y duradera" a la cuestión chipriota.

La declaración final incluye como guiño a Nicosia un nuevo punto en el que se da la bienvenida al trabajo en curso para mejorar la unión aduanera, explicaron fuentes comunitarias.

Ambas partes prometen, por otro lado, identificar en el plazo de una semana una lista de proyectos a los que conceder parte de los 3.000 millones de euros iniciales acordados para ayudar a los 2,7 millones de refugiados en Turquía. La UE también acepta "movilizar" otros 3.000 millones adicionales una vez se haya agotado esa cantidad inicial a partir de 2018.

"Uno por uno"

El acuerdo incluye el mecanismo conocido como "uno por uno" por el cual la UE se compromete a aceptar a un sirio por cada sirio devuelto a Turquía, con el objetivo de acabar con el modelo de negocio de las mafias de traficantes de personas.

El reparto de esas personas dentro de la UE se hará sobre la base de los compromisos existentes dentro del programa para el reasentamiento de 22.000 refugiados de países terceros, del que quedan disponibles 18.000 plazas.

Una vez se agote este cupo, los Estados miembros podrán seguir acogiendo a sirios procedentes de Turquía de forma voluntaria y esto se descontará de sus compromisos de reubicación, hasta un máximo de 54.000 plazas.

Antes de llegar a ese total de 72.000 plazas se realizará una evaluación o revisión detallada para decidir si el flujo de inmigrantes irregulares desde Turquía está realmente cayendo, ya que de lo contrario el sistema no estaría funcionando y debería dejar de aplicarse.

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