El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ha quedado en libertad tras prestar declaración dentro de la 'Operación Lava Jato', en la que se investiga una trama de corrupción y blanqueo de capitales que tiene por epicentro la firma estatal Petrobras.

La policía federal de Brasil había entrado este viernes en la residencia del expresidente para llevarlo a declarar. Lula da Silva había sido trasladado al aeropuerto de Congonhas, pero tras tres horas de declaración ha abandonado las dependencias policiales.

En esta fase de la Lava Jato, bautizada como Aletheia -que hace referencia a la “búsqueda de la verdad” en griego- se investigan los delitos de corrupción y blanqueo presuntamente llevados a cabo por “diversas personas en el contexto del esquema delictivo y relacionado a Petrobras SA”, según un informe de los agentes federales.

El Ministerio Público Federal de Brasil ha aseverado que Lula da Silva "era uno de los principales beneficiarios" del esquema de enriquecimiento ilícito. Lula estuvo al frente del país entre 2003 y 2010, cuando la corrupción en Petrobras era aguda, según los investigadores. "De hecho, surgieron pruebas de que los delitos lo enriquecieron y financiaron campañas electorales y la caja de su formación política", dicen las autoridades en declaraciones recogidas por O Globo.

Los investigadores han recabado pruebas de que el expresidente se benefició de la reforma de dos propiedades y donaciones de empresas involucradas en el escándalo. Así, el petista habría recibido “muchos” favores de compañías corruptas, apunta France Presse citando a la fiscalía. Con todo, el fiscal general considera que la investigación no es concluyente para mantener al líder brasileño en prisión.

Lula da Silva ha asegurado tras su comparecencia que "no va a agachar la cabeza" y que "[los investigadores] han encendido el fuego en mí y la lucha continúa". El expresidente, que ha dicho haberse sentido como un "prisionero", ha calificado los hechos de este viernes como un "espectáculo mediático". 

Se han emitido un total de 44 órdenes judiciales que también afectan a domicilios usados por los hijos del expresidente y de dos empresarios. De ellas, 33 son de búsqueda y aprehensión y 11 de "conducción coercitiva", cuando se obliga al arrestado a prestar declaración. Los agentes llegaron a la residencia del líder en São Bernardo, una localidad próxima a la urbe de São Paulo, sobre las 6 de la mañana hora local, según Folha de São Paulo.

El caso Petrobras ha salpicado a numerosas figuras políticas de Brasil y golpeado al Partido dos Trabalhadores (PT, Partido de los Trabajadores), al que pertenecen Lula da Silva y la actual presidenta, Dilma Rousseff.

El arresto de Lula da Silva se produce un día después de que Delcídio do Amaral, senador del partido del Gobierno, conectara al expresidente y a Rousseff con el escándalo, según la prensa local.

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