Nueva York

Donald Trump y Hillary Clinton se han erigido como los grandes ganadores del “Supermartes”, un día decisivo de las internas presidenciales de Estados Unidos que los ha encumbrado como los grandes favoritos para enfrentarse por la Casa Blanca en la elección general de noviembre próximo.

Clinton y Trump han triunfado en los estados del sur del país, Alabama, Georgia, Tennessee y Virginia, los primeros donde ha cerrado la votación, en un desenlace que los ayudaba a estirar la ventaja que han logrado marcar respecto a sus rivales desde el inicio de las primarias, en Iowa, a principios de febrero.

Los resultados han mostrado a Clinton y Trump, que -con los resultados finales- han ganado en siete de los once estados en disputa en el bando demócrata y republicano respectivamente, bien encaminados a lograr contundentes victorias sobre el resto de los candidatos.

“Sabemos que tenemos trabajo que hacer”, ha dicho Clinton, al dar un discurso victorioso en Miami, en el que ha apuntado directo contra Trump. “Pero ese trabajo no es hacer grande a Estados Unidos de nuevo. Estados Unidos nunca dejó de ser grande. Tenemos que unir a Estados Unidos”, ha completado.

Clinton y Trump se han llevado la mayoría de los estados que han votado. Luis Sevillano

Además de sus triunfos en el sur, Trump se ha perfilado como el ganador en Massachussets y Vermont, dándole un predominio geográfico que fortalece su candidatura. Trump ha sido presentado por el gobernador de New Jersey, Chris Christie, como el “próximo presidente de Estados Unidos”. En un escenario más formal que el de sus discursos anteriores, Trump ha hablado con Christie parado detrás suyo, y hasta ha respondido a preguntas de la prensa.

“Vamos a ser un mejor partido, vamos a ser un partido más grande”, ha dicho Trump, que se ha presentado como el “unificador” del Partido Republicano. “Una vez que hayamos terminado con todo esto, voy a ir detrás de una persona, Hillary Clinton”, ha completado.

La interna republicana mostraba además una fuerte puja entre el senador de Florida, Marco Rubio, principal rival de Trump en la contienda por la nominación, y el senador ultraconservador de Texas, Ted Cruz, que se quedaba con su estado natal, Oklahoma y finalmente también el más disputado Alaska. Rubio lograba quedarse con Minnesota, su primer triunfo en las primarias.

El “Supermartes” ha sido el día más importante de las internas presidenciales en Estados Unidos. Han votado 11 estados: Alabama, Arkansas, Georgia, Massachusetts, Minnesota, Oklahoma, Tennessee, Texas, Vermont y Virginia, y Alaska, para los republicanos, y Colorado, para los demócratas. Además, la interna demócrata votó en Samoa. Los republicanos repartieron 595 delegados, casi una quinta parte del total, mientras que los demócratas distribuyeron 865, cerca de un cuarto.

Rubio, obligado a ganar en Florida

Las miradas apuntan ahora a otra fecha que ha cobrado tanta o más importancia que el “Supermartes”: el 15 de marzo, cuando se realizarán elecciones en cinco estados, incluidos dos, Florida y Ohio, que serán decisivos en la interna republicana, pues se rigen por el sistema “el ganador se lleva todo” y otorgan 99 y 66 delegados, respectivamente.

Rubio, la gran esperanza del “establishment” republicano para impedir que Donald Trump se convierta en el abanderado del partido, debe ganar sí o sí en Florida, su estado natal. Rubio busca frenar a Trump antes de que el magnate quede encaminado a alcanzar los 1237 delegados necesarios para quedarse la nominación presidencial.

“Donald Trump es una seria amenaza para el futuro de nuestro partido y de nuestro país”, fustigó Rubio, en una carta abierta a los republicanos. Rubio lanzó en los últimos días una desesperara ofensiva para intentar descarrilar la campaña del magnate inmobiliario.



Nada sugiere que podrá hacerlo. Cruz ha logrado redondear una buena noche en las primeras cifras del “Supermartes”, y el promedio de las encuestas nacionales aún marcan una clara preferencia a favor de Trump. De hecho, el último sondeo que abarcó a todo el país, de la cadena CNN y la encuestadora ORC, le otorgó un respaldo del 49% contra el 16% para Rubio.

En la interna demócrata, Hillary Clinton lograba imponerse gracias al respaldo que cosechó en el sur del país, donde el electorado tiene una mayor proporción de hispanos y afroamericanos. Su campaña había trabajado desde hacía meses allí en una “cortina” de protección en un región que es leal a los Clinton.

El triunfo del “Supermartes” permite a Clinton marcar una diferencia que ya puede resultar decisiva respecto de Sanders, que ha logrado montar un desafío mucho más grande de lo previsto.

La antigua secretaria de Estado de Barack Obama ha ampliado su diferencia en el promedio de encuestas nacionales, donde ahora supera 49,6% a 40% en respaldo al senador socialista, según el promedio de encuestas del sitio RealClearPolitics.

Clinton tiene otra ventaja: se ha quedado hasta ahora con la mayoría los “superdelegados”, según un conteo de la agencia de noticias AP. Se trata de delegados de cada estado que tienen libertad para respaldar a cualquier candidato, cuyo papel fue creado para preservar la influencia del “establishment” político. O, en otras palabras, para contener el riesgo de un Donald Trump. Esos delegados se han volcado hasta ahora en Clinton.

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