No es Donald Trump -o al menos no parece serlo- el cristiano que responda al tópico de poner la otra mejilla, ni siquiera si es el mismísimo Papa el que le lanza la bofetada. Es verdad que Francisco, en el vuelo de regreso a Roma tras su gira mexicana, golpeaba primero, afeando al aspirante a la candidatura republicana a la Casa Blanca su poca cristiandad por "pensar en construir muros", más que en derribarlos.

El Pontífice criticaba con sus palabras el discurso del magnate estadounidense acerca de la conveniencia de erigir una barrera física en la frontera entre México y Estados Unidos que evitara lo que, a su juicio, es un tránsito de "criminales y violadores", un pensamiento que el Papa entiende como algo que "no es cristiano".

Las críticas de Francisco no se quedaron ahí. Al saber que Trump había dicho de él que era un político, el líder de la Iglesia Católica tiró de ironía: "Gracias a Dios que yo soy un político, porque Aristóteles define al hombre como un 'animal politicus'".

En todo caso, optó por no orientar el voto de ninguna manera: "Sobre lo de qué aconsejara votar o no votar, en eso no me meto", afirmó. "Sólo digo: este hombre no es cristiano si es que dice esto".

Donald Trump, por su parte, tardó tan poco en responder que casi podría decirse que se la tenía guardada a Francisco en un cajón pese a que en esos momentos celebraba un mitin en Carolina del Sur. Fue como abrir una peculiar caja de Pandora de la que salió una notable dosis de condescendencia: "Cuando el Vaticano sea atacado por el Estado Islámico, que sabemos que es el objetivo final para ellos, puedo prometer que el Papa sólo deseará y rezará para que Donald Trump sea el Presidente para que eso no suceda".

Y siguió. No sólo para expresar lo "vergonzoso" que le parece que el Papa "ponga en cuestión la fe y la religión" de una persona y para acusar al Pontífice de ser "un peón" en manos de los mexicanos, para que "haga lo que quieren" y sin que se le haya ofrecido sólo "una parte de la historia" sin que se le haya mostrado "el crimen, el tráfico de drogas y el impacto económico negativo que las políticas actuales tienen en Estados Unidos", según recoge Efe.

Al final, el Papa es "un tipo maravilloso"

Tras todos esos comentarios, el magnate pareció querer suavizar la situación y concluyó que el papa Francisco es "un tipo maravilloso" y negó haber entrado en una pelea con él por las críticas a su persona.



"No creo que esto sea una pelea. Creo que (el Papa) dijo algo más suave de lo que luego transmitieron los medios", explicó Trump en la CNN, donde también insinuó que el pontífice podría haber estado influido por el Gobierno mexicano en temas migratorios y por tanto haber oído "sólo una parte de la historia".

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