Estrasburgo

“Los países tienen que entender que, o cooperan en lo internacional, o de las lagunas nacionales van a aprovecharse todos los terroristas”, afirma Maite Pagazaurtundúa, eurodiputada por UPyD. “Lo más importante que hay es el trabajo de los servicios de información y los servicios de información tienen que cooperar y las bases de datos tienen que funcionar”, reivindica.

Pagazaurtundúa no es la única que opina que el intercambio de información en Europa es insuficiente. Este miércoles, el Parlamento Europeo ha aprobado con 548 votos a favor una resolución que urge a los Estados miembros a colaborar más para prevenir amenazas terroristas y frenar la radicalización de jóvenes europeos. “La averiguación de los delitos y la prevención de muchos delitos tiene que ser transnacional”, asegura la eurodiputada vasca, que estuvo involucrada en la elaboración de la resolución.

Hoy día, no existe una lista negra de yihadistas o sospechosos de terrorismo yihadista a nivel comunitario, una de las exigencias de la Eurocámara. Los servicios de inteligencia de los Estados miembros se muestran recelosos a la hora de compartir sus listas por miedo a que se produzcan filtraciones, asegura Pieter Cleppe, director de la oficina de Bruselas del think tank Británico Open Europe. “Francia es especialmente desconfiada, porque mira por encima del hombro a los otros servicios de seguridad” asegura. Para el eurodiputado luso Carlos Coelho, del conservador Partido Social Demócrata portugués, los países se resisten a colaborar porque ven amenazada su soberanía nacional.

El ejemplo más reciente es el de Abdelhamid Abaaoud, considerado el cerebro de los atentados de París del pasado 13 de noviembre. Abaaoud era conocido por los diferentes servicios de inteligencia europeos y sobre él pesaba desde junio una condena de 20 años en Bélgica. Pero las autoridades francesas no tuvieron noticia de que el terrorista había regresado desde Siria a través de Grecia. “No nos fue comunicada ninguna información procedente de países europeos que sugiriera que podía haber entrado en Europa”, afirmó el ministro francés de Interior, Bernard Cazeneuve.

Europa debate ahora el establecimiento de un sistema de registro de pasajeros aéreos (PNR) para combatir el terrorismo y existe un compromiso para lograr un acuerdo antes de fin de año. La propuesta, sin embargo, genera polémica por las vulneraciones de privacidad que sus críticos creen que podría conllevar y en el Parlamento Europeo los grupos políticos discuten sobre cómo debería ser el sistema. “Se recogerían sesenta tipos diferentes de datos, incluyendo direcciones IP, reservas de hoteles, preferencias de viaje”, afirma Cleppe, de Open Europe. “Incluso quien esté a favor de esto tiene que admitir que es mucho más importante que los servicios de inteligencia compartan sus listas de sospechosos terroristas”.

“El PNR no es la panacea contra toda amenaza terrorista”, dice a este diario el eurodiputado por el PSOE y exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar. “El terrorismo que más nos ha golpeado no vino en avión”. En el caso de los últimos atentados de París, por ejemplo, los atacantes accedieron desde Bélgica en coche. “Hay que construir una respuesta europea, no nacional [a la crisis del terrorismo]”, asegura López Aguilar.

Para algunos eurodiputados, como Pagazaurtundúa y Coelho, es necesario optimizar las herramientas con las que ya cuenta Europa para prevenir amenazas terroristas antes de crear nuevos instrumentos como el sistema PNR comunitario. La Eurocámara en su resolución pide también la mejora de las herramientas exigentes, aunque también se muestra a favor del PNR.

Uno de esos instrumentos existentes es el llamado sistema SIS, de intercambio de información del espacio Schengen. “El SIS detecta personas que tienen que ser detenidas, personas cuya entrada en el espacio Schengen tiene que ser denegada, personas que tienen que estar sujetas a una vigilancia discreta”, explica Coelho. “Armas, coches, aeronaves, barcos, billetes y elementos de identificación robados, todo esto son datos que están en el SIS”.

Ciertos tipos de datos importantes para la lucha antiterrorista no están incorporados ahora mismo en el sistema. Uno de ellos son los datos biométricos, como pueden ser las huellas dactilares, que ayudan a evitar el uso de identidades falsas. El SIS tampoco incluye un registro de combatientes extranjeros, personas que viajan a oriente medio para unirse a grupos como el Estado Islámico. Por último, algunos países, dice Coelho, no introducen en el sistema registros de denegaciones de entrada a ciudadanos extranjeros. Esto se traduce en que si a un extranjero se le deniega la entrada en un país de la Unión y ese país no comparte esa información, el extranjero puede volver a intentar la entrada desde otro país europeo sin que éste sepa que ya se le había impedido entrar. Otra herramienta importante a ojos del Parlamento es el registro VIS de visados de entrada.

“Hay bases de datos ya en marcha en las que casi la mitad de los países no colaboran”, denuncia Pagazaurtundúa. Por su parte, López Aguilar reclama una comunidad de inteligencia a nivel europeo. “Es un escándalo que a estas alturas no haya una comunidad europea de inteligencia con información compartida”, sentencia.

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