Ha pasado cerca de una semana y las causas del siniestro aéreo aún se desconocen. El pasado sábado, un avión comercial ruso se estrelló con 224 personas a bordo en la península egipcia del Sinaí. El suceso ha llevado a gobiernos, como Reino Unido, a interrumpir su tráfico aéreo con el aeropuerto de Sharm el Sheij, del que despegó el avión, ante la posibilidad de que fuera obra de terroristas. El Gobierno británico cree que se metió una bomba en la bodega antes del despegue, informa este viernes la BBC. El último en decidir una suspensión de vuelos ha sido la propia Rusia este viernes.

Las autoridades egipcias y rusas, con todo, piden que se espere a los resultados de la investigación para sacar conclusiones. Rusia podría ser objetivo del Estado Islámico por sus bombardeos en Siria y la economía de Egipto se puede ver afectada, ya que depende en gran medida del turismo.

Éstas son las certezas e interrogantes sobre esta tragedia aérea.

Lo que sabemos

1. No hay supervivientes. Las 224 personas que viajaban en el avión han fallecido, según han confirmado Rusia y Egipto. Siete de ellos eran miembros de la tripulación y el resto pasajeros, incluida una veintena de niños.

Entre las víctimas había algunos ucranianos, pero la mayoría eran turistas rusos, ya que Egipto es un destino frecuente para ellos. Por ejemplo, en los primeros nueve meses del año pasado unos dos millones de rusos viajaron a Egipto, según The Moscow Times.

La aeronave, un Airbus A-321 operado por la compañía rusa Kogalymavia -también conocida como MetroJet-, quedó destrozada. Tras perder el contacto, se precipitó sobre la península del Sinaí, donde el Gobierno egipcio combate a insurgentes islamistas.

2. Fuerzas yihadistas han reclamado la autoría de la tragedia. Pocas horas después de que se produjera la catástrofe, el grupo armado local Wilayat Sin, vinculado al Estado Islámico, afirmó haber acabado con las personas a bordo del Airbus en respuesta a la campaña militar que Rusia libra en Siria. Las autoridades rusas y egipcias no tardaron en poner en entredicho las afirmaciones de los yihadistas.

El miércoles, el Estado Islámico reclamó de nuevo la autoría del siniestro y afirmó que revelará finalmente cómo lo hizo, pues inicialmente publicó un vídeo que mostraba supuestamente cómo un misil tierra-aire había alcanzado la aeronave. Pero los expertos descartaron enseguida la veracidad de las imágenes y la posibilidad de que un misil de esas características alcanzara el aparato, que volaba a gran altura.

3. El aparato desapareció de los radares al poco de despegar y volaba a gran altitud. El Airbus perdió el contacto a las 7:14, poco más de 20 minutos tras el despegue. Se encontraba a unos nueve kilómetros sobre el nivel del mar.

4. El avión tenía 18 años y había sufrido un accidente. El avión fue fabricado en 1997 y pasó a manos de Kogalymavia en 2012. En total, acumuló 21.000 vuelos y unas 56.000 horas. Sin embargo, 18 años no se consideran demasiados para un avión.

En 2001, el aparato golpeó su cola contra la pista de aterrizaje en el aeropuerto de El Cairo cuando tomaba tierra, según la Red de Seguridad para la Aviación.

Por otro lado, Kogalymavia, que fue fundada en 1993 y tiene una flota de siete aviones para 12 destinos internacionales, suspendió un examen el año pasado, informó The Guardian. Una inspección en marzo de 2014 puso de manifiesto violaciones de seguridad, que la aerolínea solucionó con premura.

Lo que desconocemos

1. ¿Hubo una bomba en el avión? Esta es la teoría que defiende el Reino Unido. Fuentes de Estados Unidos del ámbito de la seguridad respaldan la hipótesis del Gobierno británico de que la aeronave fue derribada en un ataque terrorista.

“Tenemos que ver los resultados de la investigación, [pero] la razón por la que actuamos antes es por inteligencia e información que poseemos que nos proporcionó la preocupación de que es más que probable que se tratara de una bomba terrorista”, afirmó el primer ministro británico, David Cameron, este jueves.

Investigadores británicos desplazados al lugar del siniestro creen ahora que alguien puso un explosivo en la bodega del avión, bien en una pieza de equipaje, bien sobre ella, informa este viernes la BBC.

Sus declaraciones llegaron horas después de que el miércoles las autoridades británicas suspendieran el tráfico aéreo entre el Reino Unido y Sharm el Sheij, que es un importante destino turístico. Reino Unido planea ahora traer de vuelta a más de 20.000 ciudadanos que se han quedado atrapados en Egipto después de que se cortaran las salidas desde El Sheij.

Ucrania e Irlanda han instruido a sus aerolíneas a que suspendan sus conexiones con el aeropuerto egipcio. El Ministerio de Exteriores de España ha recomendado este viernes no viajar a Egipto. La propia Rusia ha decidido suspender vuelos este viernes. Aerolíneas como Lufthansa, Fly Emirates o Air France también han anunciado que evitarán sobrevolar la zona como “medida de precaución”. El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dicho que "hay una posibilidad" de que se hiciera estallar una bomba en el avión. 

El martes, se informó de que un satélite militar estadounidense había detectado una liberación repentina de calor sobre el Sinaí en el momento del incidente. Aunque Rusia pide esperar a los resultados de la investigación oficial, un alto cargo de la aviación rusa afirmó el domingo que el aparato se destruyó en el aire.

Este jueves, las autoridades británicas confirmaron que llevan meses dudando de la seguridad del El Sheij. A finales del año pasado, el Ejecutivo de Cameron envió a un grupo de expertos en seguridad a inspeccionar el aeropuerto y el complejo turístico.

La teoría de la bomba no gusta a Rusia ni a Egipto. Rusia apoya al Gobierno de Bashar al Asad en Siria y bombardea objetivos que considera terroristas, lo que además de la oposición -según varias informaciones- también incluye al Estado Islámico allí.

Por otro lado, la dañada economía de Egipto podría sufrir un duro golpe. El turismo representaba más del 10% del PIB egipcio para el año pasado, según datos del Consejo para el Turismo Mundial.

Las acciones de las compañías de turismo como Thomas Cook y TUI Group cayeron este jueves.

2. ¿Se produjo un fallo técnico? La compañía ha afirmado que el siniestro no es fruto ni de un error humano ni de un problema técnico. “La única causa explicable es un impacto físico en el aparato”, dijo el subdirector general de Kogalymavia.

Poco después de ocurrir la tragedia, los medios informaron de que el avión había pedido hacer un aterrizaje de emergencia. El ministro de la Administración Civil de Egipto, sin embargo, contradijo esta semana esas informaciones y dijo que no se conocía que el avión tuviera un problema técnico.

El golpe en la cola que recibió la aeronave en 2001 al aterrizar en El Cairo pudo tener que ver. Al menos otros dos aviones que sufrieron el mismo tipo de daño causaron tragedias años después de haber sido reparados. Un avión de Japan Airlines se estrelló en 1985 y mató a 520 personas. El aparato había golpeado su cola siete años antes y las reparaciones habían sido defectuosas. Lo mismo le ocurrió a una aeronave de China Airlines que en 1990, 22 años después de ser reparada, se rompió en el aire a causa de una descompresión explosiva.

La aerolínea rusa ha negado que el accidente pudiera haber influido en el siniestro, ya que el avión fue reparado completamente tras el golpe.

Además, el copiloto del Airbus siniestrado en Egipto se había quejado del estado del aparato.

3. ¿Fue derribado por un proyectil? Expertos en seguridad han cuestionado que los combatientes yihadistas en el Sinaí pudieran haber alcanzado el Airbus con un misil antiaéreo. A esa altura y con el armamento del que se cree disponen los yihadistas de la zona, es poco probable que un proyectil impactara el avión, como ya informó este diario.

El periodista especializado en información científica y tecnológica Toni E. Cantó explicaba a EL ESPAÑOL el sábado en que sucedió la tragedia que las lanzaderas que se cree posee la rama del Estado Islámico en Egipto no pueden alcanzar objetivos a más de 6.000 metros y el avión estaba unos 3.000 por encima de esa altura.

4. ¿Tuvo lugar un error humano? La compañía ha descartado esta posibilidad. Valery Nemov, identificado como el capitán del avión, tenía más de 12.000 horas de vuelo a sus espaldas, de las cuales unas 4.000 corresponden a vuelos con aviones Aurbus A-321. Las autoridades rusas han criticado a la aerolínea al considerar que son afirmaciones “prematuras” que “no están basadas en ningún hecho real”.

La compañía llevaba dos meses sin pagar a la tripulación del avión, según el Servicio Federal para el Trabajo de Rusia. Las cajas negras del avión se están analizando, aunque de momento no ha trascendido ninguna información al respecto.

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