“Sólo es una gota en el océano”. Lo ha admitido el primer ministro griego, Alexis Tsipras, al referirse al primer vuelo de reparto de refugiados organizado por la Unión Europea desde Grecia, que ha trasladado este miércoles a 30 refugiados sirios e iraquíes hasta Luxemburgo. Pero lo modesto de esta cifra no ha impedido que los dirigentes europeos hayan montado un espectáculo, con discursos, fotos y abrazos a los niños de los refugiados incluidos.

A la ceremonia, celebrada en el aeropuerto de Atenas, han asistido, además de Tsipras, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz; el ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn; el comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulos; y el ministro griego de Inmigración, Ioannis Mouzalas. Sus respectivas comitivas prácticamente superaban en número a los demandantes de asilo que iban a viajar a Luxemburgo: cuatro familias sirias y dos iraquíes.

Los políticos han charlado brevemente con los refugiados con ayuda de intérpretes y después les han acompañado hasta la escalerilla del avión. Allí se han hecho fotos con ellos, les han deseado “bon voyage” y les han despedido con la mano cuando ya entraban a la cabina del avión de Aegean Airlines, según ha podido verse en las imágenes de la retransmisión del acto. La portavoz de Avramopoulos colgaba de inmediato en Twitter fotos de la ceremonia.

Tras la salida del vuelo, poco después de las 6:00 comenzaban los discursos de los políticos. Todos han querido intervenir. Como fondo de las comparecencias, la icónica foto de las tres abuelas griegas que dan el biberón a un bebé de una familia de refugiados en tamaño gigante. “Esta imagen detrás de nosotros es la buena cara de Europa. Es la Europa en la que queremos vivir. No queremos vivir en una Europa que construya vallas, barreras y concertinas”, ha dicho el primer ministro griego en su discurso. “Cuando vi la felicidad en la cara de los niños pensé: esto es exactamente lo que tenemos que hacer”, explicaba Schulz.

PREPARAR EL VUELO HA COSTADO TRES SEMANAS

El ministro luxemburgués ha explicado que preparar el vuelo para trasladar a los 30 refugiados ha costado “tres semanas” y ha reconocido que la UE debe acelerar sus respuesta a la crisis de los refugiados. “Tenemos que ir muy rápido. Si no, podría ser demasiado tarde”, ha señalado Asselborn. “Si fracasamos, los valores de la UE quedarán destruidos, ha añadido.

Contando el vuelo de Grecia a Luxemburgo de este miércoles, la UE ha relocalizado hasta ahora únicamente 116 de los 160.000 refugiados a los que se ha comprometido a repartir entre los estados miembros. El primer traslado se produjo el 9 de octubre, con 19 eritreos que viajaron de Italia a Suecia. El 21 de octubre, otros 19 refugiados viajaron de Italia a Suecia y 48 a Finlandia. Al ritmo actual, se tardaría 159 años en completar la redistribución.

El problema que explica esta lentitud es doble. Por un lado, las dificultades para poner en marcha en Italia y Grecia los centros para la identificación, registro y toma de huellas de inmigrantes (hotspots) que han exigido los socios europeos. Su objetivo es separar a los demandantes legítimos de asilo de los inmigrantes económicos, a los que la UE quiere repatriar. De momento sólo funcionan dos ‘hotspots’ de los 11 previstos: uno en Lampedusa y otro en Lesbos. Pero además, el resto de estados miembros han ofrecido muy pocas plazas de acogida inmediata: 1.418 de las 160.000 previstas, según el último recuento publicado este martes por Bruselas. Por ejemplo, España ha puesto a disposición de la UE únicamente 50 plazas.

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