La primera oleada de bombardeos de Rusia sobre Siria despertó casi de inmediato los recelos de Estados Unidos. La Casa Blanca duda que los objetivos de los ataques sean exclusivamente posiciones del Estado Islámico.

El Pentágono investiga si los aviones rusos apuntaron también a la oposición moderada que combate al régimen del presidente, Bachar al Asad, según dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. Los ministros de Exteriores de Francia y el Reino Unido también pidieron en las Naciones Unidas garantías de que las operaciones militares de Rusia se dirigen sólo contra el EI.

El Ministerio de Defensa ruso informó que los ataques fueron exclusivamente contra ocho objetivos del Estado Islámico (EI) en zonas montañosas de Siria y negó daños colaterales entre la población civil. Rusia aseguró haber destruido un puesto de mando y un centro de operaciones de los terroristas.

Los ataques de Rusia sitúan al presidente Vladimir Putin a la cabeza en la estrategia para controlar la situación en Siria. Putin, había recibido hace unas horas luz verde del Senado para el envío de las fuerzas aéreas. Según ha aclarado el Kremlin y ha confirmado Damasco, el apoyo se realiza a petición expresa del presidente sirio Asad.

Putin ha defendido que la ofensiva en Siria es la única manera efectiva de hacer frente a los terroristas activos en este país y evitar que lleguen a Rusia. También ha dejado claro que se trata de una ofensiva "temporal" y "no planea lanzarse de cabeza al conflicto sirio".

EEUU seguirá con sus operaciones   

Los ataques fueron respondidos con las dudas de el secretario de Estado, John Kerry. Un portavoz militar confió en poder mantener una reunión con militares rusos para coordinar sus operaciones. Washingron aseguró que la intervención rusa no interrumpirá sus operaciones militares en Siria contra el Estado Islámico. Aviones estadounidenses atacaron este mismo miércoles posiciones yihadistas en Alepo.

La coalición que encabeza Washington "seguirá con sus misiones en Irak y Siria", en el marco de una "misión internacional para degradar y destruir a Estado Islámico", ha subrayado un portavoz del Departamento de Estado.